Otro thriller coreano que cumple sus expectativas podría ser perfectamente el titulo de esta crítica. Así es también como podría definirse la película de Shin-yeon Won, A Bloody Aria (2006). El filme se encuentra en el género que mejor dominan los surcoreanos o por lo menos el que más reconocimiento tiene fuera de su país. Si hubiera que destacar algo por lo que se diferencia este filme de la mayoría es por una extraña estructura narrativa que emplea la película.
Crítica de A Bloody Aria
Resumen
Ficha técnica
Título: A Bloody Aria
Título original: Guta-yubalja-deul
Reparto:
Ye-ryeon Cha (In-jeong)
Suk-kyu Han (Moon-jae)
Kyeong-ho Jeong (Hong-bae)
Shi-hoo Kim (Hyun-jae)
Byung-joon Lee (Young-sun)
Mun-shik Lee (Bong-yeon)
Dal-su Oh (O-guen)
Año: 2006
Duración: 115 min.
País: Corea del Sur
Director: Shin-yeon Won
Guion: Shin-yeon Won
Fotografía: Kim Dong-Eun, Kim Byung-Seo
Música: Jun-seong Kim
Género: Terror. Thriller
Distribuidor: Prime Entertainment
Tráiler de A Bloody Aria en VO
Sinopsis
Byung-soo es un profesor universitario que se encuentra con una de sus alumnas en la audición de un musical. El maestro decide conquistar a la pupila y para ello la lleva en su coche a un sitio apartado. Cuando ella le rechaza y huye, aparecen una serie de jóvenes brutales que traerán el caos.
¿Te gusta la ópera?
La película nos presenta a dos personajes que en principio el espectador piensa que son los principales. Se trata del personaje femenino que interpreta Ye-ryeon Cha (In-Jeong) y el masculino Byung-joon Lee (Young-Sun). Él es un conocido profesor de ópera, y ella, suponemos, una de sus estudiantes. A pesar de estar casado, las intenciones de este personaje son las de acostarse con su pupila. Sin embargo, mientras busca literalmente un picadero donde realizar su acción, se encuentra con tres personajes que están torturando a un joven que interpreta Kyeong-ho Jeong (Hong-Bae).
En realidad, podríamos hacer incluso una ensalada de personajes y padecer el síndrome del occidental que es incapaz de distinguir a asiáticos, pero lo cierto es que la historia de los dos principales y con los que empieza en filme en realidad, son un truco que emplea el guion para involucrar al espectador en la historia. Mediante ellos, se nos cuenta la trama principal, que está ligada más con lo que ellos ven que con sus propias historias, que en realidad son irrelevantes. Mediante esta focalización transcurre todo el metraje del filme. La película nos hace de esta manera testigo de todo lo que pasa, y en cierta manera sufre con los dos involucrados (Todo hay que decirlo, menos con Young-Sun, que en el filme está dibujado de una manera evidente para que el espectador le odie).
Giro final (Alerta Spoiler)
Y al final, como no podía ser de otra manera al tratarse de un thriller coreano, nos encontramos ante una historia de venganza. En la escena inicial, veíamos a un policía interpretado por Suk-kyu Han (Moon-Jae) que detenía al profesor de música por exceso de velocidad. Finalmente, nos enteramos de que se trata del hermano mayor de Hong-Bae, al que lo están torturando por el propio pasado Moon-Jae, quien en el antes de ser policía sirvió en el ejército y torturó con una disciplina castrense excesiva al cabecilla de los torturadores.
Escrito, parece una trama demasiado enrevesada, pero precisamente la película tiene el don de saber contar la historia sin recurrir a demasiadas trampas. Todas las piezas se ponen progresivamente para que el espectador las recoloque una vez conocido el giro de guion. Así, cobran sentido escenas en las que se ve como torturan al joven haciéndole desfilar como si fuera un soldado, o la violencia inusitada de todo el procedimiento. A la manera Old Boy (imposible no citar esta película cuando se habla de A Bloody Aria), el filme narra una venganza que en principio parecía solo pura maldad.
Un subtexto interesante: crítica a la violencia militar y policial.
En realidad A Bloody Aria, a pesar de que no se desarrolla de manera notable en las formas si lo hace en un rico subtexto que subyace en la película. La película, desde el momento en que nos presenta al personaje del policía, no deja de ser una crítica a los sistemas policiales y militares del país, que usan la fuerza a su antojo, de una manera personalista y sin seguir a una ley imparcial. De hecho, una de las cosas que mejor transmite el filme (y en parte sirve la estructura narrativa anteriormente comentada), es la desolación y la sensación de total abandono que tienen los dos personajes capturados y que es trasladable al espectador. Desde el momento en que son atrapados dudamos en todo momento de que tengan alguna escapatoria posible, si depende esta de la policía.
Conclusión
Un thriller que para los amantes del cine coreano es indispensable. Para los demás quizá pueda hacerse un pelín cuesta arriba, especialmente en los primeros minutos, pero pasado esta primera parte del metraje el filme te tiene ya en sus manos.