Anton, su amigo y la revolución rusa dirigida por Zaza Urushadze, narra la historia de dos amigos de la infancia que tuvieron que afrontar los efectos, en su entorno, de la Revolución Rusa y la Primera Guerra Mundial. Estreno en salas de cine españolas el 12 de febrero.
Se trata de la última película del realizador, guionista y productor georgiano Zaza Urushadze, director de la afamada Mandarinas (2013), nominada al Óscar a la mejor película extranjera y al Globo de Oro a la mejor película en lengua no inglesa en el año 2014.
Anton, su amigo y la Revolución Rusa fue seleccionada en el Jerusalem Film Festival, en el Toronto Jewish Film Festival y en el Jewish International Film Festival (JIFF). Su estreno en España rinde un claro homenaje también a Zaza Urushadze, el director de la película, fallecido prematuramente a sus 54 años, el pasado 7 de diciembre de 2019. ¡Descanse en paz!
Crítica de ‘Anton, su amigo y la revolución rusa’
Ficha Técnica
Título: Anton, su amigo y la revolución rusa
Título original: Anton
Reparto:
Juozas Budraitis (Yakiv in old age)
Natalia Ryumina (Christina)
Oleg Simonenko (Troyskyi)
Regimantas Adomaitis (Anton in old age)
Sebastyan Anton (Father Fridrikh)
Año: 2019
Duración: 102 min.
País: Ucrania
Director: Zaza Urushadze
Guion: Dale Eisler, Zaza Urushadze, Vadym Yermolenko
Fotografía: Mikhail Petrenko
Música: Patrick Cannell, Miroslav Skorik
Género: Drama. Amistad | Infancia.
Distribuidor: European Dreams Factory
Tráiler de ‘Anton, su amigo y la revolución rusa’
Sinopsis
Anton, su amigo y la Revolución Rusa explora cómo los lazos universales de la amistad infantil son más fuertes que los prejuicios de un mundo adulto, desgarrado por el odio y la venganza tras la Primera Guerra Mundial y la Revolución Rusa. Es el año 1919. La historia se desarrolla en un pequeño pueblo de Ucrania, una región poblada por familias alemanas muchas décadas antes para cultivar la rica tierra cercana al Mar Negro. Pone de relieve el verdadero significado de la amistad porque, juntos, Anton y Jakob encuentran fuerza y consuelo.
Se trata de una amistad moldeada por la fascinación de ambos en la contemplación de las nubes y el significado del cielo tal como ellos lo imaginan. Aunque Anton es católico y Jakob judío, su amistad es más poderosa que sus diferentes antecedentes religiosos. Su confianza mutua cuando eran niños y el mundo imaginario que crean los protegen del miedo, la violencia y las divisiones que los rodean. (European Dreams Factory)
Dónde se puede ver la película en streaming
Una bonita amistad
Con una duración de 102 minutos, Anton, su amigo y la Revolución Rusa sigue la historia inspirada en hechos reales de dos niños, uno cristiano y otro judío. Unos niños a los que les tocó vivir los convulsos acontecimientos de la Revolución Rusa y las atrocidades de la Primera Guerra Mundial. Película basada en hechos reales que se argumenta principalmente y de forma sólida como una oda hacia estos dos amigos de la infancia.
El reparto es excepcional e incluso los personajes más secundarios tienen mucho carisma y presencia en cámara para dar empaque a la obra. El cura de la Iglesia del pueblo, el comerciante o la comandante del ejército bolchevique son ejemplos claros de unos personajes bien definidos que afianzan la atmósfera de la historia hacia buen puerto.
Anton, su amigo y la Revolución Rusa representa claramente la inocencia de estos dos niños que sin saber lo que pasa en su entorno deciden hacer lo correcto sin tener idea de las consecuencias de sus actos. En vista de los últimos minutos de la cinta esto indudablemente cae como una losa para los dos compañeros de la infancia ya mayores.
La parte técnica
Está rodada con gran elegancia atendiendo a movimientos de cámara cuidados al milímetro con enfoque y composición perfecta. Al ser una fotografía tan correcta, a veces resulta demasiado estática y no consigue tener esa versatilidad que se le pedía por lo menos, en algunos momentos de la cinta. A mi parecer, se echa de menos una lectura menos clásica en el tratamiento del film para, en ocasiones, darle más fuerza e impacto en sus escenas de más acción o tensión.
Antón, su amigo y la Revolución Rusa contiene una bella iluminación en los rostros de los personajes siendo suave, sutil y muy delicada. A veces el uso del angular en la cámara distorsiona las esquinas del plano y ensucia la experiencia del espectador. Aunque tampoco sea un impedimento para disfrutar de la película, sí que se aprecia cierta desilusión y apaciguamiento en las escenas posteriores.
Las imágenes de la película son el resultado del trabajo del director de fotografía Mikail Petrenko formado en Toronto. La película se rodó en alemán y ruso para capturar la autenticidad del período. Se ha realizado en colaboración de coproductores de Ucrania, Georgia, EE.UU y Canadá.
Momento culmine de la cinta
Es una película que deja a medio camino la resolución de los dos amigos por lo que al acabar la cinta nos deja un sabor agridulce. Además, la presentación del personaje principal en Anton, su amigo y la Revolución Rusa, no queda del todo clara hasta el final del film y aunque esto sea premeditado da una sensación extraña y escueta. No obstante, consigue su objetivo y en general la cinta transmite emociones poderosas en momentos clave de la película.
En los últimos compases del largometraje tampoco se observa una buena construcción de los planos que se resuelven torpemente sin ningún tipo de épica, tensión o intriga. En los momentos finales de la película constantemente por sí sola advierte febrilmente, lo que va a ocurrir y por lo tanto esa esencia de suspense se disipa cayendo, lamentablemente, en saco roto. Sin embargo, sin paliativos, podemos decir que es una dolorosa construcción de una infancia difícil en un momento de la historia de la humanidad escabrosa y convulsa.
"Para un director, Anton, su amigo y la Revolución Rusa proporciona una rara oportunidad que explotar no solo un desconocido período histórico, sino las poderosas y complejas emociones que se desatan en tiempos revolucionarios. Combina tragedia con venganza, miedo con esperanza, todo contrastado con la inocencia de la infancia", apuntó Zaza Urushadze al finalizar la película.
Conclusión de 'Anton, su amigo y la Revolución Rusa'
No obstante en Anton, su amigo y la Revolución Rusa hay algunas secuencias memorables de la mano de Sebastyan Anton, Natalia Ryumina, Oleg Simonenko o Simson Bubbel que hacen un trabajo excelente en toda la trayectoria de la historia que comienza en el 1918. Es una oda al romanticismo que tuvieron los dos amigos para con su amistad y al cómo lograron anteponerse a la adversidad de la vida.
Con respeto y admiración solo me queda decir: ¡Descanse en paz Zaza Urushadze!
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