Bajo un volcán, drama romántico con tintes de acción dirigido por Martín Cuervo (Con quién viajas) y protagonizado por William Levy (Montecristo) y Maggie Civantos (Historias, Antes de la quema), que se estrenó en salas de cine españolas el 20 de junio de 2025. Cuenta la historia de amor entre Mario y Dani, un piloto y una vulcanóloga que viajan hasta las Islas Canarias para controlar la erupción del volcán de Garachico. Tras conocerse, se dan cuenta de que tienen pensamientos opuestos, pero un detalle muy importante en común: el deseo entre ambos.
Crítica de 'Bajo un volcán'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Bajo un volcán
Título original: Bajo un volcán
Reparto:
William Levy (Mario Torres)
Maggie Civantos (Dani)
Adriana Torrebejano (Ana Salamero)
Elia Galera (Comandante Carles)
Fabiola Guajardo (Ximena)
Antón Lofer (Cabo López)
Martín Cuervo (Álvaro)
Vicente Ayala (Alcalde Betancor)
Victor Hubara (Nauzet)
Raquel San Nicolás (Yaiza)
Año: 2025
Duración: 92 min.
País: España
Director: Martín Cuervo
Guion: Martín Cuervo, Irene Niubo
Fotografía: Pablo Bürmann
Música: Iván Valdés
Género: Drama romántico
Distribuidor: Beta Fiction Spain
Tráiler de 'Bajo un volcán'
Sinopsis
Bajo un volcán es una historia de amor sucedida durante la amenaza de erupción de un volcán. Cuando Mario Torres, capitán y piloto militar llega a Tenerife, la erupción del volcán parece haber remitido. Dani, una experta vulcanóloga, sin embargo, teme una reactivación violenta. Eso le lleva a un conflicto con el comité científico del organismo encargado. Con esa amenaza sobre el pueblo Garachico, el amor y la pasión que nace entre Mario y Dani, es tan inevitable como cualquier catástrofe natural. Una vez confirmada la amenaza, ambos deben luchar contra el volcán y sus propios sentimientos. (Beta Fiction Spain)
Dónde se puede ver la película en streaming
Romance entre cenizas
Desde el principio, Bajo un volcán intenta que la tensión emocional entre ambos protagonistas crezca al mismo tiempo que lo hace la amenaza volcánica. Sin embargo, ni el romance resulta especialmente creíble ni la trama científica se desarrolla con el rigor o el interés que requeriría. Todo está demasiado al servicio de un melodrama algo artificial, en el que la catástrofe natural sirve más como metáfora de los sentimientos que como auténtico motor narrativo.
Las decisiones del comité científico, el conflicto institucional y la evacuación del pueblo parecen más excusas que verdaderas líneas argumentales. Lo que podría haber sido un drama tenso y emotivo termina cayendo en fórmulas previsibles y en escenas que rozan lo telenovelesco.
Funcional y televisiva
Martín Cuervo rueda con corrección, pero sin rasgos personales claros. La puesta en escena es funcional, con un buen aprovechamiento de los paisajes naturales de Tenerife, aunque el montaje tiende a abusar de los fundidos dramáticos y de los ralentíes en momentos emocionales, lo que acentúa un aire televisivo que no beneficia al conjunto.
Se percibe cierta voluntad de épica contenida, pero el tono no termina de consolidarse. Cuando intenta ser seria, Bajo un volcán resulta demasiado blanda, y cuando quiere emocionar, fuerza los resortes con escenas que carecen de naturalidad.
Química forzada
El mayor problema de Bajo un volcán es la falta de química entre los protagonistas. William Levy, que interpreta a Mario, recurre constantemente al gesto contenido y monótono, lo cual encaja con su perfil militar pero empobrece emocionalmente su evolución. Dani, interpretada por Maggie Civantos, es más vibrante y convincente, pero la relación entre ambos nunca llega a sentirse real. El romance, base del drama, se queda en una sucesión de diálogos cargados de subtexto forzado y silencios supuestamente intensos.
Los personajes secundarios apenas están esbozados. Los miembros del comité científico parecen más caricaturas que profesionales, y los conflictos burocráticos o técnicos carecen de peso dramático. Todo está supeditado a la historia de amor y esta, por desgracia, no consigue sostener el conjunto.
Belleza natural desaprovechada
A nivel visual, el mayor acierto es la elección de localizaciones. Tenerife y la costa ofrecen una belleza salvaje que a ratos se impone al drama. Sin embargo, los efectos digitales de la erupción son discretos y no logran transmitir sensación de amenaza real.
La fotografía se inclina por tonos cálidos en las escenas románticas y más fríos en los momentos de tensión, pero la transición entre ambos estilos es brusca. La música, por su parte, abusa de la épica emocional, subrayando demasiado cada cambio de tono y dejando poco espacio para la sutileza.
Conclusión de 'Bajo un volcán'
Bajo un volcán intenta unir pasión y desastre, ciencia y emociones, pero se queda a medio camino en todos sus frentes. No hay suficiente intensidad en el romance, ni suficiente tensión en el conflicto natural. Lo que podría haber sido un drama envolvente acaba siendo una película tibia, lastrada por un guion plano y una puesta en escena poco inspirada.
No es una película ofensivamente mala, pero tampoco tiene suficiente fuerza como para destacar. Sus mejores momentos están en las imágenes del paisaje y en alguna línea emotiva aislada, lo demás, como la lava que nunca termina de explotar, se queda debajo de la superficie.
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