Baltimore, película dirigida por Joe Lawlor y Christine Molloy, llegará a los cines el 12 de junio de 2025 de la mano de VerCine. Se trata de un thriller político basado en hechos reales estrenado en el Festival de Cine de Telluride de 2023, y que fue nominado a Mejor Película (sección Albar) del Festival de Gijón.
Crítica de 'Baltimore'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Baltimore
Título original: Baltimore
Reparto:
Imogen Poots (Rose)
Tom Vaughan-Lawlor (Dominic)
Lewis Brophy (Martin)
Jack Mullarkey (Eddie)
Patrick Martins (Walter)
Dermot Crowley (Donal)
Andrea Irvine (Señora Beit)
John Kavanagh (Señor Alfred Beit)
Flynn Gray (Patrick)
Martha Breen (Sophie)
Carrie Crowley (La madre de Rose)
Simon Coury (El padre de Rose)
Vanessa Ifediora (Alice)
Año: 2023
Duración: 98 min.
País: Irlanda
Director: Christine Molloy, Joe Lawlor
Guion: Christine Molloy, Joe Lawlor
Fotografía: Tom Comerford
Música: Stephen McKeon
Género: Thriller
Distribuidor: VerCine
Tráiler de 'Baltimore'
Sinopsis
Basada en los hechos reales que rodearon un infame robo de arte en 1974, Baltimore cuenta la historia de la heredera inglesa, Rose Dugdale, nacida dentro de la nobleza terrateniente inglesa que se convirtió en voluntaria del IRA. Dugdale se rebeló contra el camino tradicional que se le había trazado y se radicalizó tras las atrocidades del Domingo Sangriento en Irlanda del Norte en 1972. (VerCine)
Dónde se puede ver la película en streaming
La transformación de Rose Dugdale
Baltimore construye un relato biográfico que busca explorar tanto el contexto político como el conflicto personal de su protagonista. Baltimore no se limita a exponer los hechos históricos, sino que intenta adentrarse en la mente de una mujer atrapada entre su pasado aristocrático y sus convicciones revolucionarias.
La trama tiene un ritmo irregular, su primera mitad, más introspectiva, ofrece un retrato sólido de la evolución de Rose. Sin embargo, en el segundo acto, cuando la acción se intensifica con el ingreso de Rose en el IRA, la narración se vuelve algo fragmentada y pierde parte de la profundidad emocional inicial.
Elegancia y distancia emocional
Christine Molloy y Joe Lawlor optan por una puesta en escena sobria y cuidada. Visualmente, Baltimore es elegante, los encuadres meticulosos y el trabajo de cámara pausado buscan reforzar el carácter reflexivo del filme. Sin embargo, esta apuesta estética conlleva un riesgo, por momentos, Baltimore se siente fría y distante, lo que dificulta que el espectador conecte emocionalmente con la protagonista.
La dirección parece más interesada en observar que en implicarse, lo que resulta coherente con un enfoque casi documental, pero que puede dejar al público con la sensación de que falta un mayor pulso narrativo. Cuando la película se adentra en los aspectos más tensos, la dirección no termina de exprimir todo el potencial dramático de estas situaciones.
Un sólido anclaje interpretativo
El gran poder de Baltimore es su protagonista, Imogen Poots ofrece una interpretación contenida y matizada de Rose Dugdale. Su trabajo es capaz de transmitir la tensión interna del personaje, la lucha entre la lealtad familiar y la pulsión revolucionaria, entre el privilegio y la culpa. Poots evita cualquier tentación de caricaturizar a Rose; por el contrario, construye un retrato lleno de matices, dotando de humanidad a un personaje que, por su propia naturaleza, podía haber resultado hermético.
Sobriedad que refuerza el tono
A nivel técnico, Baltimore brilla por su sobriedad, la fotografía, con su paleta desaturada y su cuidada composición, refuerza el clima sombrío de la historia. Los escenarios, desde los salones aristocráticos hasta los escondites del IRA, están recreados con un notable rigor histórico.
El montaje es fluido en los tramos más introspectivos, aunque en los momentos de mayor tensión narrativa podría haber sido más dinámico. La banda sonora es minimalista, utilizada con mesura, lo que encaja bien con el tono reflexivo de la cinta, aunque a veces se echa en falta un mayor apoyo musical para intensificar emocionalmente algunas escenas clave.
Conclusión de 'Baltimore'
Baltimore es un drama biográfico que aborda con honestidad y rigor una historia fascinante, la radicalización de una heredera británica que se convierte en militante del IRA. La dirección de Christine Molloy y Joe Lawlor apuesta por la elegancia visual y la contención emocional, lo que aporta solidez pero también cierta frialdad al conjunto.
La gran virtud de Baltimore reside en la interpretación de Imogen Poots, que logra dotar de profundidad a un personaje complejo. Sin embargo, el guion podría haber explorado con mayor fuerza las contradicciones internas de Rose y las implicaciones morales de sus actos.
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