Nominada al Óscar a Mejor Documental, Banda sonora para un golpe de estado, se puede ver en Filmin desde el 28 de febrero de 2025. A ritmo de Jazz surge esta reescritura del episodio de la Guerra Fría que llevó a dos músicos a colarse en la ONU en protesta por el asesinato del hombre que soñó e hizo posible un Congo libre: Patrice Lumumba.
Crítica de 'Banda sonora para un golpe de estado'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Banda sonora para un golpe de estado
Título original: Soundtrack to a Coup d'Etat
Reparto:
Louis Armstrong
Miles Davis
Nina Simone
Dizzy Gillespie
Abbey Lincoln
Max Roach
Miriam Makeba
John Coltrane
Eric Dolphy
Ornette Coleman
Nikita Khrushchev
Malcolm X
Año: 2024
Duración: 150 min.
País: Bélgica
Director: Johan Grimonprez
Guion: Johan Grimonprez
Fotografía: Jonathan Wannyn
Música:
Género: Documental
Distribuidor: Filmin
Tráiler de 'Banda sonora para un golpe de estado'
Sinopsis
El jazz y la descolonización se entrelazan en esta montaña rusa histórica que reescribe el episodio de la Guerra Fría que llevó a los músicos Abbey Lincoln y Max Roach a colarse en el Consejo de Seguridad de la ONU en protesta por el asesinato de Patrice Lumumba.
Dónde se puede ver la película en streaming
Jazz y un micrófono en la ONU
Banda sonora para un golpe de estado cuenta cómo el jazz se coló en los pasillos del poder para denunciar el asesinato de Patrice Lumumba, el héroe congoleño que se atrevió a desafiar a las potencias occidentales. Johan Grimonprez teje una red donde las notas de Max Roach y la voz de Abbey Lincoln son balas contra el neocolonialismo.
Es como un thriller con solos de batería, conspiraciones en la ONU, discursos que arden y músicos que convierten el escenario en trinchera. Si el jazz fue el blues de los oprimidos, aquí suena a himno de guerra.
Historia y ritmo
Johan Grimonprez no dirige, hace honor a la historia, su cámara gira entre imágenes de la ONU, conciertos en ebullición y panfletos revolucionarios. El montaje es un caos controlado, como una jam session, donde los músicos comparten protagonismo sin pedir permiso.
Los archivos restaurados tienen la textura de un vinilo viejo, con rayones que gritan "esto pasó, por muy doloroso que sea". Eso sí, a veces Banda sonora para un golpe de estado parece demasiado enrevesado, ¿es un ensayo político? ¿un concierto? ¿un alegato anticapitalista? al final, da igual, el ritmo te atrapa.
La música que desafiaba a los tanques
Si Banda sonora para un golpe de estado fuera un disco, Abbey Lincoln sería la voz que rasga el alma y Max Roach, la batería que marca el compás de la rebelión, las canciones no son fondo musical, son discursos con acordes, en cada solo, en cada grito de Lincoln, suena la rabia de un continente saqueado.
Hasta la ONU, ese club de trajes caros, tiembla cuando los músicos irrumpen con temas que son puños en alto. Johan Grimonprez nos recuerda que el jazz no era solo música… era resistencia con ritmo.
Conclusión de 'Banda sonora para un golpe de estado'
Banda sonora para un golpe de estado es un documental estéticamente innovador y políticamente contundente, que demuestra que la música puede ser un acto de protesta tan poderoso como un discurso o una manifestación, es como ese disco que encuentras en un mercadillo y te cambia la vida, crudo, urgente, sin tiempo para disculpas. El jazz no es solo un tema en la película, sino su motor narrativo.
Las composiciones de Max Roach, Abbey Lincoln y otros artistas de la época acompañan las imágenes con una energía visceral, convirtiendo la historia en algo más que un relato documental, es una experiencia sensorial.
Recomendado para quien crea que la música puede derribar imperios, o al menos sacudir conciencias. ¿Qué si el jazz venció al neocolonialismo? no, pero aquí suena a que lo intentó, y eso ya es épico.
Únete a nuestro CANAL DE TELEGRAM