Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades, la última película dirigida por el cineasta mexicano, Alejandro González Iñárritu, llega este 16 de diciembre a la plataforma de Netflix. Pretende dar una vuelta al recibimiento frío y críticas negativas que ha rodeado a su película más autorreferencial. Aquí se permite abordar temáticas personales por medio de pasajes surrealistas y una narrativa desestructurada, que solo lo podría filmar un director consagrado internacionalmente. Fue presentada en la 79ª edición del Festival Internacional de Cine de Venecia en competencia por el León de Oro el 1 de septiembre y se estrenó en salas españolas el 4 de noviembre de este año.
Crítica de Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades
Resumen
Ficha Técnica
Título: Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades
Título original: Bardo (or False Chronicle of a Handful of Truths)
Reparto:
Daniel Giménez Cacho (Silverio)
Griselda Siciliani (Lucia)
Íker Sánchez Solano (Lorenzo)
Leonardo Alonso (Cínico)
Andrés Almeida (Martin)
Ximena Lamadrid (Camila)
Ruben Zamora (Hermano Silverio)
Fabiola Guajardo (Tania)
Omar Leyva (LAX Official)
Grantham Coleman (CNN Reporter)
Mar Carrera (Lucero)
Edison Ruíz (Cínico)
Año: 2022
Duración: 174 min.
País: México
Director: Alejandro González Iñárritu
Guion: Alejandro González Iñárritu, Nicolás Giacobone
Fotografía: Darius Khondji
Música: Bryce Dessner
Género: Comedia dramática
Distribuidor: Netflix
Tráiler de 'Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades'
Sinopsis
Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades es una experiencia épica, una película visualmente impactante y envolvente, ambientada en el viaje íntimo y conmovedor de Silverio, un reputado periodista y documentalista mexicano afincado en Los Ángeles que, tras ser nombrado ganador de un prestigioso premio internacional, se ve obligado a regresar a su país natal, sin saber que este sencillo viaje le llevará a un límite existencial.
La locura de sus recuerdos y temores han decidido atravesar el presente, llenando su vida cotidiana de una sensación de desconcierto y asombro. Con emoción y abundantes risas, Silverio se enfrenta a cuestiones universales y a la vez íntimas sobre la identidad, el éxito, la mortalidad, la historia de México y los vínculos familiares profundamente emocionales que comparte con su mujer y sus hijos. En definitiva, lo que significa ser humano en estos tiempos tan peculiares. (Netflix)
Dónde se puede ver la película en streaming
Identidad mexicana y preocupaciones íntimas
Película producida, dirigida, coescrita y editada por Alejandro González Iñárritu, Bardo, se centra en un periodista/documentalista mexicano que, al igual que su director, vio prosperar su carrera en los Estados Unidos. A punto de aceptar un importante premio por su trabajo, Silverio (Daniel Giménez Cacho) regresa a México y reflexiona sobre su tierra natal y su hogar adoptivo. Tal y como Iñárritu se ganó la aclamación de los Oscar con películas como Babel (2006), Birdman (2014) y The Revenant (2015), la comparación es clara. Pero su guerra interna de identidad se desarrolla en un viaje resbaladizo y surrealista que es igualmente fascinante y frustrante.
Aunque usa la identidad nacional como conflicto externo, Iñárritu prefiere fabricar una aventura para el personaje principal, que entra y sale de ensoñaciones y pesadillas mientras hace una especie de paseo improvisado por áreas y eventos locales. Incluye también una fiesta por su premio, donde se encuentra con su difunto padre en el baño, reducido en tamaño al niño que alguna vez fue. Este tipo de extensiones visuales es común en Bardo, que envía al personaje a extraños mundos de simbolismo e historia (conversación con Hernán Cortés, por ejemplo), lo que también implica un replanteamiento a los conflictos México-Estados Unidos.
Comedia impactante y a veces tonta
La película Bardo lleva al espectador a través de varias tomas largas, cuidadosamente coreografiadas, que recuerdan al frenético Birdman (2014) del propio Iñárritu. Pues el director nuevamente hace alarde de sus cualidades del plano secuencia para adentrarnos en una extrañeza, donde inyecta un desconcierto oscuro que busca el humor en escenas de muerte, derrota e incluso genocidio.
Un ejemplo sorprendente es el comienzo del film, cuando Silverio y su esposa se enfrentan a la muerte de su hijo recién nacido. En lugar de una escena sombría de drama desgarrador, la comedia incómoda nace del parto explícito en la que un bebé susurra que "el mundo está demasiado jodido" y educadamente solicita que lo devuelvan al útero de su madre. Los médicos obedecen, creando una comedia física ginecológica para después mostrar a la madre deambulando por un pasillo del hospital con el cordón umbilical detrás de ella.
Conclusión de 'Bardo'
Bardo es más alucinante por su técnica que por su drama. Es psicológicamente interesante, pero no satisfactoriamente apasionante. Es una exploración de un hombre en guerra consigo mismo. Pero al final, Iñárritu no parece estar seguro de lo que significa ganar o perder esa batalla. Entonces, quizás el destino no sea el punto; tal vez es todo sobre el viaje.
No es que Bardo se trate solo de su revelación del tercer acto, pero resulta difícil involucrarse emocionalmente en la batalla existencial que se desarrollaba en los tejados iluminados con luces de neón, los centros turísticos bañados por el sol y los desiertos abrasadores. Con este marco, Iñárritu crea una película visualmente impactante, pero que su ejecución y grandilocuencia fotográfica no puede salvar.
Reportaje de Bardo en Días de Cine TVE
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