Centauro es la nueva película de acción del director Daniel Calparsoro ("Cien años de perdón", "Hasta el cielo"). Una historia oscura sobre un aspirante a piloto que se ve obligado a trabajar para una organización criminal, tras descubrir que la madre de su hijo está en deuda con unos narcotraficantes. Viviendo así una doble vida, siendo por el día un trabajador que además está a prueba en una escudería. Y por la noche aprovechando sus habilidades motociclistas para hacer envíos al margen de la ley.
La cinta está protagonizada por Álex Monner ("El Cover"), Carlos Bardem ("Adiós") y Begoña Vargas ("Las leyes de la frontera"). Centauro, que es un remake de la película francesa de 2017 "Burn out", llega a Netflix el 15 de junio.
Crítica de 'Centauro'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Centauro
Título original: Centauro
Reparto:
Àlex Monner (Rafa)
Begoña Vargas
Carlos Bardem
Édgar Vittorino (Carlos)
Patricia Vico
David Cruz Barje (Jinete)
Adrián Garín
Sebastián Ciontescu (Jairo)
Año: 2022
Duración: 89 min.
País: España
Director: Daniel Calparsoro
Guion: Gaël Nouaille, Gemma Ventura. Remake: Yann Gozlan, Guillaume Lemans, Simon Moutairou. Novela: Jérémie Guez
Fotografía: Josu Inchaustegui
Música: Carlos Jean
Género: Acción. Thriller
Distribuidor: Netflix
Tráiler de 'Centauro'
Sinopsis
Adicto a las emociones fuertes y a la velocidad, Rafa lucha por convertirse en un piloto profesional de motociclismo, hasta que descubre que la madre de su hijo tiene una deuda con unos narcotraficantes. Para mantener a salvo a su familia, Rafa decide poner su talento como corredor al servicio de la organización criminal. Piloto de circuito de día, temerario kamikaze de noche, Rafa pronto se ve obligado a tomar decisiones que cambiarán su vida para siempre. Remake de la película "Burn Out" de Yann Gozlan. (Netflix)
Dónde se puede ver la película en streaming
Ruedas en vez de patas de caballo
Centauro está protagonizada por Rafa (Álex Monner), un chico joven que sueña con convertirse en piloto profesional de motos. Un sueño que compagina con su trabajo en el puerto de Barcelona y su papel de padre. Y es que Rafa tiene un hijo, fruto de una relación anterior que acabo mal por su culpa. Una situación que Rafa podrán enmendar cuando descubre que la madre de su hijo (Begoña Vargas) está en peligro. Ya que la joven ha adquirido una deuda con unos traficantes, fruto de su precaria situación.
Una amenaza que hará que Rafa se introduzca en ese peligroso mundo, haciendo uso de su habilidad con las motos. De este modo, Rafa compaginará su vida como trabajador y aspirante a segundo piloto de una escudería. Con su vida nocturna al margen de la ley, haciendo peligrosas entregas a más de 200km/h. En una bajada a los infiernos que él cree tener delimitada en el tiempo, incapaz de asumir los riesgos implícitos de sus actos. Así como poniendo en juego su sueño de hacerse con un puesto de piloto profesional.
Una dualidad mal resuelta y un contexto a brocha gorda
Formándose así una dualidad que Centauro no sabe explotar. Habría sido interesante ver el recorrido de un personaje que tiene que decidir entre su pasión y su familia. Entre aquello que abandonó y aquello que siempre ha perseguido. Pero aquí todo se resuelve sin motivo y con precipitación. Precipitación que se ve claramente también en esa dualidad entre el chico de barrio legal que trabaja y se esfuerza encima de una moto. Y el delincuente que traslada paquetes entre Barcelona y Marsella. El delincuente que no duda frente al jefe de los narcos y que se enfrenta a retos a base de estimulantes.
Toda una serie de circunstancias que van pasando por la cinta como simples anécdotas. Pareciendo que asumir el rol de conductor para una organización criminal fuera fácil. Fruto de una decisión rápida y azarosa. Sin dotar al espectador de ningún contexto que permita situar a los personajes. Porque tanto Rafa como la madre de su hijo son pobres, pero la cinta no reflexiona sobre su situación. Simplemente da la sensación que eres pobre y recurrir a la delincuencia es la única salida. Cuando Rafa tiene un trabajo y una incipiente carrera en el mundo del motociclismo.
Mucha velocidad y riesgo, pero carente de profundidad
Siendo Centauro una película que carece de un guion solvente y unas tramas de mayor calado. De hecho la cinta se sustenta casi exclusivamente en sus secuencias de acción. Secuencias muy estimulantes que consiguen ponerte en la piel de alguien que vive cara a cara con la velocidad. En un claro ejemplo de la contrastada experiencia de su director para brillar en el ámbito de la acción. Con secuencias de persecuciones y carreras que podrán atraer a los amantes del género.
Sin embargo, como hemos dicho su guion resulta muy convencional y realmente flojo. Empezando por lo que tarda en arrancar y siguiendo por lo planos que son tanto los personajes como los diálogos. Con un final abrupto y muy difícil de creer. Actores o concretamente una actriz como Begoña Vargas realmente desaprovechada. Y un escenario, la Barcelona incendiada del octubre de 2019 tras la sentencia del "procés", que se utiliza de forma meramente efectista.
Conclusión de 'Centauro'
En resumen, Centauro destaca exclusivamente por sus secuencias de acción, repletas de persecuciones al límite y carreras en circuito. Momentos en los que Calparsoro despliega su pericia en estas lides, así como el innegable presupuesto con el que cuenta. Sin embargo, más allá de esto la película resulta vacía y formularia. Todo lo que se cuenta es predecible y falto de alma.
Resulta complicado hasta empatizar con la lucha interior de su protagonista. Un tipo que tiene que trabajar para una organización criminal, con la intención de salvar a la madre de su hijo. Iniciando una doble vida, como piloto de motos en ciernes de día y kamikaze repartidor de noche, que en ningún momento goza de la profundidad necesaria.
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