El pasado 22 de febrero se estrenó Chavela, la última chamana en el Teatro Marquina de Madrid. Después del éxito cosechado en su gira, ha seguido triunfando en la capital madrileña, agotando varias de las funciones durante su temporada. Protagonizada por Rozalén, Nita, Luisa Gavasa, Paula Iwasaki, Raquel Varela y Laura Porras, la pieza es un homenaje a la vida y mito de Chavela Vargas, reviviendo algunas de sus canciones míticas y momentos muy significativos de su vida. Se representa hasta el 4 de mayo de 2025.
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Título: Chavela, la última chamana Título original: Chavela, la última chamana
Reparto: Rozalén
Nita
Luisa Gavasa
Paula Iwasaki
Raquel Varela
Laura Porras
Duración: 100 min. apróx. Dirección: Carolina Román Dramaturgia: Carolina Román Dirección, composición musical y creación de espacio sonoro: Alejandro Pelayo
Escenografía: Javier Ruiz de Alegría (AAPEE)
Diseño de videoescena: Ezequiel Romero
Iluminación: Raúl Baena y Eduardo Vizuete
Vestuario: Elda Noriega (AAPEE)
Espacio Sonoro: Pilar Calvo
Movimiento escénico: Carolina Román y Óscar Martínez Gil
Coach vocal: Óscar Martínez Gil
Ayudante de dirección: Óscar Martínez Gil
Ayudante de vestuario: Paula Fecker
Caracterización: Elda Noriega Diseño de caracterización cartel y fotos promocionales: Chema Noci
Director de producción y producción ejecutiva: Fabián T. Ojeda Villafuerte
Adjunta a la dirección de producción: Alicia González
Ayudante de producción y regiduría: Amanda R. García
Administración: Sandra Castro
Dirección Técnica: Davitxun
Técnica/o de Sonido: Pilar Calvo y Manuel Solís
Equipo técnico: Mister Nilson
Técnico audiovisuales: Óscar Lanckmans
Construcción de escenografía: Readest
Construcción de piano: Miguel Angel Infante (Utilería-atrezzo)
Jefa de Prensa: María Díaz
Fotografía cartel y promoción: Sergio Parra
Fotografía Escena: Bárbara Sánchez Palomero
Diseño Gráfico y cartel: Óscar Martínez Gil
Adaptación y dossier: Estudio Cadelca
Gestión de medios digitales: Pedro Durán
Publicidad digital: Bombyte e Ymas
Distribución: GG Producción Escénica
Producción ejecutiva: Producciones Rokamboleskas
Equipo Rokambolekas: Fabián T. Ojeda Villafuerte y Nacho Guerreros
Agradecimientos: María Cortina, Nuria-Cruz Moreno, Barco Pirata Producciones, Pedro Durán, Milagros Revenga, Ajedrez Eventos México, Bernardo Noval y Cristina Solana de espacio Must Wanted. Embajada de México en España. Fundación Casa México. IMEX-Instituto de México en España. Producción: Producciones Rokamboleskas
Tráiler de 'Chavela, la última chamana'
Sinopsis de 'Chavela, la última chamana'
Si pensamos nuestra existencia como un ovillo, siempre le prestamos más atención a la punta de la vida y menos a la de la muerte.
Chavela Vargas vino al mundo a cantar verdades con el corazón y con la daga de su voz. Una vez dijo: “Yo no me voy a morir porque soy una chamana y nosotros no nos morimos, nosotros trascendemos".
María Isabel Anita Carmen de Jesús Vargas Lizano vuelve a casa después de una larga gira, la última. Su amiga “La Pelona” viene a buscarla dentro de tres días y Chavela oscila entre el filo de este y el otro mundo. De vez en cuando olvida quién es, pero un hilo rojo la lleva lejos; a esos lugares en “donde amó la vida”, a un limbo de recuerdos que la visitan antes de la partida. Allí, una anciana espera a la muerte, una niña herida manda dentro de una mujer y un Mito se hace eterno.
Los personajes aparecen y se desvanecen en una puesta escénica dotada de un realismo mágico. Cada noche, canalizaremos a “el Mito” que nos cantará y llevará a ese mundo onírico.
Chavela nos enseñará a mirarnos en su espejo libre y rotundo, viviendo, muriendo y haciéndose eterna.
Por eso Chavela Vargas es mucho más que todo eso. Chavela somos todos y todos somos Chavela.
Levanta tu copa y brindemos por esta muerte que se vuelve vida. Únete a este tránsito de lucidez terminal y asciende con ella por esos escalones para llegar al cielo, hasta su cielo. (PRODUCCIONES ROKAMBOLESKAS).
Foto de Bárbara Sánchez Palomero
La mujer frente a la vida
Carolina Román ya ha demostrado una sensibilidad exquisita en otros trabajos como “Juguetes rotos”, por lo que, las expectativas sobre su planteamiento de la gran Chavela Vargas en Chavela, la última chamana eran altas. Y las cumple. La dramaturgia de la obra realiza un retrato de la cantante desde un lado humano, más allá del éxito musical como icono mediático. Por ello, se refleja el modo de pensar, de vivir, de amar. A través de la fórmula del recuerdo, se va explorando el pasado conjugándose con el final de los días de la mexicana. A pesar de ser un recurso que ya se ha visto previamente, en este caso, se utiliza de una forma acertada y permite que haya una selección de momentos concretos para dar mayor ligereza y énfasis a la intención de la pieza.
Lógicamente, la música forma parte también de la historia, como no podía ser de otra manera, siendo el puente hacia los sucesos que se enmarcan en la obra y sirviendo como propio relato en sí. Una buena estrategia que permite que se revivan algunos de los éxitos de nacida en Costa Rica, de una manera natural y fluida. Por otro lado, cabe destacar un buen uso de la comedia, en su justa medida, para evitar desmarcarse de la esencia elegida para el montaje al completo. Para terminar, destacar su influencia onírica, esa especie de realismo mágico, que impregna de personalidad al montaje. Únicamente, como punto a mejorar, es la falta de concretización de las distintas etapas de Chavela en el cuerpo de sus intérpretes.
Foto de Bárbara Sánchez Palomero
La música del alma
Los nombres que protagonizan Chavela, la última chamana son de altura, encabezados por Rozalén, Luisa Gavasa y Paula Iwasaki, junto a ellas, Raquel Varela y Laura Porras. En primer lugar, Paula Iwasaki soporta gran parte del peso de la pieza de una forma magistral, la actriz se deja invadir por el fantasma de Chavela y lo da todo sobre el escenario. Con lo cual, realiza una interpretación impoluta. Está magnífica. Después, Luisa Gavasa ofrece un trabajo muy sólido, con gran sensibilidad, con una fuerza frágil que combina el fuego y el hielo, la pasión y la calma. Rozalén cumple con su participación musical, con un ritual expresivo sonoro muy bien ejecutado. Por último, Raquel Varela y Laura Porras actúan de una forma verosímil, en sus distintas transformación, dando juego al conjunto actoral.
La puesta en escena de la pieza es una maravilla, es uno de los aspectos más destacables. Para comenzar, aplaudir una escenografía que va desvelando sus distintas capas, siendo las proyecciones audiovisuales uno de los puntos más fuertes. La música es otro elemento fundamental, con una interpretación en directo de Alejandro Pelayo (Marlango) que invade el patio de butacas, conjugándose con la voz de las artistas que logran momentos de gran belleza. Sin embargo, hay algo de flaqueza en su ritmo, hay momentos que no consiguen la misma rapidez o brillantez que los momentos culmen, quedándose algo más lentos en tiempo. Aun así, su final apoteósico, junto con partes realmente viscerales y emotivas, encandilan a los espectadores.
Foto de Bárbara Sánchez Palomero
Conclusión
Chavela, la última chamana es un homenaje a la música, la belleza, la pasión, al miedo y al vivir, a través de la carne de Chavela. La dramaturgia logra captar el retrato que se desea hacer, desde el imaginario de Carolina Román, que logra nuevamente demostrar su sensibilidad en este texto. A nivel interpretativo, hay un trabajo redondo, una comunicación y sinergia muy bien construidas, destacando una maravillosa Paula Iwasaki, que se transforma en la cantante al completo. La puesta en escena es una maravilla a nivel técnico y estético, flaqueando algo más en el ritmo, pero sabiendo llevarlo a su máximo en la parte final. Una melodía del recuerdo que enamora por el cariño, la pasión y la verdad que transmite sobre la figura de Chavela Vargas.
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