Los hermanos gemelos suizos Ramón y Silvan Zürcher componen un panóptico poético sobre formas de relaciones humanas, que serpentea entre un estudio de la vida cotidiana, un cuento de hadas y un retrato psicológico de un mundo frágil. Tras su éxito en la Berlinale con El extraño gatito (2013), La chica y la araña es la segunda entrega de una trilogía sobre la unión humana. Una balada sobre la necesidad de cercanía y el dolor de la separación. Mejor Guion en el Festival de Mar del Plata 2021 y seleccionada para la Sección Oficial de la Seminci 2021. Estreno en salas de cine españolas el 16 de septiembre de 2022.
Crítica de 'La chica y la araña'
Resumen
Ficha Técnica
Título: La chica y la araña
Título original: Das Mädchen und die Spinne
Reparto:
Liliane Amuat (Lisa)
Yuna Andres (Eleni)
Henriette Confurius (Mara)
Lea Draeger (Nora)
Ivan Georgiev (Markus)
Ella Gfeller (Emma)
Flurin Giger (Jan)
Dorian Heiniger (Hamid)
Andre Hennicke (Jurek)
Ursina Lardi (Astrid)
Dagna Litzenberger-Vinet (Kerstin)
Birte Schnoeink (Criada)
Philippe Schuler (Remover)
Sabine Timoteo (Karen)
Año: 2021
Duración: 99 min.
País: Suiza
Director: Ramon Zürcher, Silvan Zürcher
Guion: Ramon Zürcher, Silvan Zürcher
Fotografía: Alexander Haßkerl
Música: Philipp Moll
Género: Drama
Distribuidor: Vitrine Filmes
Tráiler de 'La chica y la araña'
Sinopsis
Lisa se muda de casa. Mara se queda. Entre eltrajín de cajas y los trabajos de pintura y carpintería, empiezan a abrirse abismos. El deseo invade los espacios de la casa y se pone en marcha una montaña rusa emocional. Una película acerca de una catástrofe en clave tragicómica. Una balada poética sobre el cambio y la fugacidad. (Vitrine Filmes)
Dónde se puede ver la película en streaming
Un vals de cuerpos en movimiento permanente
Es difícil explicar de qué trata La chica y la araña. La protagonista real de la película es la amiga de Lisa (Liliane Amuat), Mara (Henriette Confurius), una mujer muy observadora, intensa e inquietante. Cuáles son las relaciones exactas dentro del círculo de amigos y familiares de Lisa a menudo no está del todo claro, lo que provoca un buen rompecabezas para el espectador. Pero al final todo se trata de la danza constante de atracción y repulsión, el deseo de intimidad y el miedo a ella.
Ese baile constante nos llega en forma de muchos, muchísimos diálogos. Los personajes hablan de amor, sexo, deseo y aversión, a menudo en forma de historias. Vemos a la madre de Lisa enamorarse del trabajador de la construcción Jurek (André Hennicke). Vemos también a la solitaria Sra. Arnold (Margherita Schoch) y su amor por un gato fugitivo. Al mismo tiempo que seguimos la mirada escrutadora, medio anhelante, de la misteriosa Mara.
La chica y la araña es una película dinámica, un movimiento permanente entre cuerpos, en lugares estrechos, en el que intervienen muchos personajes con vínculos más o menos distendidos. Precisamente es entre las habitaciones de dos apartamentos, sus rellanos, pasillos, donde se desarrolla casi toda la trama de este largometraje suizo, ganador del Mejor Guion en el Festival de Mar del Plata 2021. Ofreciendo un vals de cuerpos, que se rozan o se evitan, hay múltiples complicidades, atracciones o deseos de cercanía que poco a poco van saliendo a la luz en esta multitud de vecinos que rodean a Lisa y Mara.
Realismo mágico
Los diálogos sesgados también se sitúan en la frontera de la crudeza simplista, avanzando hacia las fronteras de una ilusión poética de la cotidianidad. Es la repetición de movimientos básicos dentro del encuadre que transforman nuestra mirada: raspar, desmontar, pintar, crear, y entre las acciones, el diálogo narrativo que no revela nada más allá de lo ya gráfico. Cada elemento humano en escena está dotado de un pensamiento analítico, aunque sus intenciones caminen por la banalidad del vacío.
Después de ver, analizar y comprender, caminamos más atentos por el mundo, prestamos atención al atasco de la puerta, damos la bienvenida a la irregularidad del pavimento. Si una taza se cae, merece nuestra atención porque el objeto se ha escapado. Y una araña ya no es solo una criatura que tiramos, sino un ser que está ahí. El mundo es de cosas, que fundamentalmente no difieren entre sí. Cada animal, cada cosa, cada ser humano puede convertirse en el punto de partida del realismo agencial, una teoría propuesta por Karen Barad. En resumen, esto es realismo mágico. El cine de los hermanos gemelos Ramon y Silvan Zürcher hace visible la magia en nuestra realidad completamente banal.
Conclusión de 'La chica y la araña'
La chica y la araña se mantiene fílmicamente unida por elementos recurrentes como un gato escapado, un perro que limpia con una esponja, una o dos arañas extrañas que aparecen de vez en cuando, agujeros de los que el vino corre y revolotea hacia abajo. También están las imágenes coloridas, con una llamativa cantidad de amarillo y rojo. Toda esta amalgama de elementos nos conduce a contemplar una trama disfrutable, que es al mismo tiempo demasiado ensimismada, reflexiva, contemplativa en combinación con misteriosa e inescrutable. El resultado final nos puede provocar incertidumbre y contrariedad al termino de la película, pero con toda seguridad no nos dejará indiferentes.
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