El Teatro Fernando Fernán Gómez de Madrid acoge Cigarreras, adaptación teatral de La Tribuna de Emilia Pardo Bazán. Cándido Pazó, encargado de la dramaturgia y dirección, recupera para la escena la obra fundacional del naturalismo en España. Un elenco formado íntegramente por mujeres (Susana Dans, Tamara Canosa, María Roja, Isabel Naveira, Ledicia Sola, Mercedes Castro, Casilda G. Alfaro, Covadonga Berdiñas, Ana Santos y Mercedes Castro) da vida a las trabajadoras de la fábrica de cigarrilos de Marineda. Su historia es una tesis sobre la lucha de clases, el determinismo social y la situación de la mujer a finales del siglo XIX.

Cigarreras puede disfrutarse de martes a domingo hasta el 26 de octubre de 2024 en la sala Girau del Teatro Fernán Gómez de Madrid.



Cigarreras

Crítica de 'Cigarreras'

Ficha Técnica

Título: Cigarreras
Título original: Cigarreras

Reparto:
Susana Dans
Tamara Canosa
María Roja
Isabel Naveira
Ledicia Sola
Mercedes Castro
Casilda G. Alfaro
Covadonga Berdiñas
Ana Santos
Mercedes Castro

Duración: 90 min. apróx.
Dirección: Cándido Pazó
Versión: Cándido Pazó
Basada en: "La Tribuna", de Emilia Pardo Bazán
Música: Manuel Riveiro
Escenografía:
Dani Trillo
Iluminación:
Alfonso Castro
Vestuario:
Martina Cambeiro
Espacio sonoro:
Manuel Riveiro
Ayudante de dirección:
Antonio Mourelos
Directora de producción:
Belén Pichel
Producción: Teatre Romea

Tráiler de 'Cigarreras' 

Sinopsis de 'Cigarreras'

Cigarreras está basada en La Tribuna de Emilia Pardo Bazán. La primera novela española sobre los derechos de la mujer trabajadora, que tiene como protagonista a una obrera inteligente: Amparo. La versión y la dirección es de Cándido Pazó, un hombre fundamental de la escena gallega y el montaje cuenta con siete actrices también gallegas, que interpretan todos los personajes. (TEATRO FERNÁN GÓMEZ). 



Cigarreras
Foto de Teatre Romea

Una lectura contemporánea de La tribuna

No fueron pocos los detractores de La tribuna cuando fue publicada en 1883. La crítica conservadora la consideró un atentado a los valores tradicionales. Tampoco gustó su enfoque y estilo, que adaptaban el naturalismo francés, del que poco antes Doña Emilia había teorizado en Una cuestión palpitante. Lo cierto es que no se trata de una novela sencilla ni en su forma ni en su fondo. Su final trágico, con una heroína derrotada, resulta problemático. De hecho, las presiones de su marido para que se retractase desencadenaron decisión de la escritora de separarse y consagrarse a la literatura.

Antes de entrar en el Fernán Gómez, me preguntaba cómo resolverían este y otros problemas, como la coralidad de los personajes o el espíritu de la ciudad de Marineda que impregna las páginas de La tribuna.

La versión de Cándido Pazó ofrece una lectura arriesgada y muy sugerente sobre el texto de Pardo Bazán. En primer lugar, nos encontramos con la presencia de Doña Emilia en escena, que actúa como narradora. Un recurso, a priori, poco teatral, pero que en esta ocasión se integra con naturalidad, interactuando con algunos personajes en un ejercicio metaliterario con tintes cervantinos. Susana Dans vuelve a encarnar a la escritora, a la que ya había dado vida en el telefilm La condesa rebelde (2011). También sorprende la ausencia de protagonistas masculinos, lo que da total protagonismo a las mujeres. La ciudad de Marineda se convierte en un telón de fondo que queda fuera de los muros de la fábrica, casi único espacio escénico.

Teatro Fernán Gómez
Foto de Teatre Romea

Solidaridad y lucha de clases

Junto a Amparo, la protagonista de La Tribuna, interpretada por María Roja, Cándido Pazó ha construido la personalidad individual de cada una de las cigarreras que la acompañan. Cada una con su historia y su habla. El trabajo actoral de todo el elenco es sobresaliente; la química entre ellas es palpable. Logran capturar su lucha en un entorno adverso y la solidaridad que las mantiene a flote. La obra se convierte así en un poderoso retrato de la vida de las mujeres de clase obrera de la época, con su doble opresión: la social y la de género.

Las diferencias sociales se reflejan en los dos planos en que se desarrolla la obra: la fábrica y el saloncito de Doña Emilia. Los grandes ventanales con diseño industrial son a la vez realistas y simbólicos. La ciudad y la Gloriosa quedan fuera. El interior, donde están los útiles de trabajo, es el espacio de reflexión y de lucha de este puñado de mujeres. Dani Trillo es responsable de la escenografía.

Teatro Fernán Gómez
Foto de Teatre Romea

Martina Cambeiro ha diseñado un vestuario, que juega un papel importante en la ambientación realista. Doña Emilia viste un elegante traje negro, símbolo de su estatus, mientras que las cigarreras llevan faldas y delantales de telas sencillas. Solo Amparo, que aspira al ascenso social y a romper con las limitaciones de clase, viste un colorido mantón y pendientes llamativos.

Transformación y continuidad

A pesar de que los cambios con respecto a la obra original son sustanciales, su espíritu queda intacto. La vocación realista, el determinismo social, la lucha de clases y la situación de la mujer siguen siendo centrales. Pazó no pretende resolver la ambigüedad moral de la novela ni enmendar la obra de Doña Emilia. Sin embargo, sí hay una voluntad de poner en valor la lucha obrera de estas mujeres y su solidaridad como motor de cambio, lo que resulta inspirador hoy y siempre.

Cigarreras
Foto de Teatre Romea

Conclusión

Cigarreras, de Cándido Pazó, rinde homenaje a La tribuna de Emilia Pardo Bazán. A través de una adaptación arriesgada y un elenco completamente femenino y sobresaliente, el montaje invita a la reflexión sobre la situación de las mujeres, tanto en el pasado como en el presente. La obra pone de manifiesto la importancia de la solidaridad entre mujeres como motor de cambio, convirtiéndose en una oportunidad de oro para conocer o reencontrarse con este clásico de nuestra literatura.

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