Ciudad tóxica (Toxic Town), miniserie británica de cuatro episodios dirigida por Minkie Spiro (El problema de los 3 cuerpos, Barry), que se puede ver desde el 27 de febrero de 2025 en Netflix. Se trata de un angustioso drama que se adentra en uno de los escándalos medioambientales más estremecedores de la historia británica moderna. Ambientada en la ciudad de Corby, en las Midlands, la serie repasa el periodo comprendido entre finales de la década de 1980 y mediados de la de 1990, cuando un alarmante número de bebés nacieron con deformidades en las extremidades superiores. El trasfondo fue la demolición de una antigua planta y el transporte sin protección de los materiales.
Crítica de 'Ciudad tóxica'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Ciudad tóxica
Título original: Toxic Town
Reparto:
Jodie Whittaker (Susan McIntyre)
Aimee Lou Wood (Tracey Taylor)
Claudia Jessie (Maggie Mahon)
Lauren Lyle (Dani Holliday)
Robert Carlyle (Sam Hagen)
Rory Kinnear (Des Collins)
Brendan Coyle (Roy Thomas)
Joe Dempsie (Derek Mahon)
Michael Socha (Peter)
Toby Eden (Connor)
Stephen McMillan (Ted)
Matthew Durkan (Mark Taylor)
Simon Harrison (Bill Martin)
Año: 2025
Duración: 60 min.
País: Reino Unido
Director: Minkie Spiro
Guion: Jack Thorne, Amy Trigg
Fotografía: Sergio Delgado
Música: Sion Trefor
Género: Drama. Basada en hechos reales
Distribuidor: Netflix
Tráiler de 'Ciudad tóxica'
Sinopsis
En East Midlands, un trágico caso de contaminación por residuos tóxicos desata una lucha por la justicia. Tres madres se enfrentan al sistema, responsabilizando a las autoridades por las alarmantes tasas de defectos congénitos en las extremidades de los bebés nacidos en Corby, que triplican la media nacional. (Netflix)
Dónde se puede ver la serie en streaming
Cuando el sistema te envenena
Ciudad tóxica (Toxic Town) cuenta cómo tres madres descubren que su pueblo es un experimento fallido de su gobierno. La serie alterna entre el horror silencioso y la épica burocrática de demandar a un sistema que prefiere comprar trajes caros a limpiar sus deshechos.
Lo más poderoso de la historia es su dimensión humana, Ciudad tóxica no solo retrata el caso judicial, sino también las consecuencias emocionales y económicas que la lucha tiene sobre las protagonistas y sus familias.
Un estilo sobrio pero efectivo
Minkie Spiro dirige con la delicadeza de un informe forense, planos grises que huelen a humo tóxico, silencios que pesan más que un discurso político, la cámara se pasea por Corby como un fantasma, fábricas abandonadas que parecen esqueletos, casas donde el papel pintado se cae junto a las esperanzas, no hay efectos Hollywoodenses, hasta la lluvia parece ácido.
Su dirección consigue que la historia se sienta cercana y creíble, permitiendo que el peso emocional recaiga sobre los personajes y su lucha. El uso de una fotografía fría y opresiva refuerza la sensación de desesperanza y vulnerabilidad de las protagonistas, mientras que el montaje mantiene un ritmo ágil, combinando la evolución del caso con los desafíos personales de las madres que lideran la batalla legal.
Rabia y lágrimas
Las protagonistas gritan, lloran, y te hacen sentir su impotencia como si fuera tuya también. La química entre ellas es tan real que hasta comparten miradas que parecen decir ¿en serio vamos a aguantar otra reunión?.
Los personajes secundarios, como abogados y funcionarios, aportan profundidad a la historia, mostrando los distintos niveles de responsabilidad y complicidad en el caso. El antagonismo no es caricaturesco, Ciudad tóxica evita crear villanos unidimensionales, mostrando cómo las instituciones priorizan sus intereses económicos sobre la vida de las personas.
Un paisaje que enferma
La fotografía es un personaje más, cielos plomizos, hospitales con luces que parpadean como alertas de emergencia, hasta el sonido contribuye, el zumbido de un fluorescente en una oficina pública te taladra el cerebro como un recordatorio de que el sistema está roto.
Los efectos especiales brillan por su ausencia, algo que celebro porque le da más realismo al problema que se trata, la música es discreta, de hecho solo se llega a escuchar en pocas ocasiones y en segundo plano, como si supieran que el verdadero drama ya está en pantalla.
Conclusión de 'Ciudad tóxica'
Ciudad tóxica (Toxic Town) es una miniserie contundente, emotiva y bien construida, que pone en evidencia las consecuencias de la contaminación industrial y la lucha de las víctimas por ser escuchadas.
Su enfoque realista, su ritmo ágil y sus sólidas actuaciones la convierten en una propuesta ideal para quienes disfrutan de historias basadas en hechos reales sobre justicia, corrupción y resistencia ciudadana.
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