Crimson Gold es una de las películas más devastadoras del cine iraní contemporáneo. Dirigida por Jafar Panahi y escrita por Abbas Kiarostami, la obra traza un retrato ferozmente realista de la desigualdad social en el Teherán de comienzos del siglo XXI. A través de la historia de Hossein, un repartidor de pizzas que lentamente se ve empujado hacia la desesperación podemos observar la realidad del Irán de inicios de siglo. Ganadora del Premio del Jurado de Una Cierta Mirada en Cannes 2003 y de la Espiga de Oro en la Seminci del mismo año, llega el 14 de noviembre de 2025 por primera vez a los cines españoles, más de veinte años después de su estreno internacional.



Crimson Gold película

Crítica de 'Crimson Gold'

Ficha Técnica

Título: Crimson Gold
Título original: Talaye Sorkh (Crimson Gold) / Sangre y oro / Oro carmesí

Reparto:
Hussein Emadeddin (Hussein)
Kamyar Sheissi (Ali)
Azita Rayeji (La novia)
Shahram Vaziri (El joyero)
Ehsan Amani (El hombre en la casa de té)
Pourang Nakhayi (El hombre rico)
Kaveh Najmabadi (El vendedor)
Saber Safael (El soldado)

Año: 2003
Duración: 97 min.
País: Irán
Director: Jafar Panahi
Guion: Abbas Kiarostami
Fotografía: Hossein Jafarian
Música: Peyman Yazdanian
Género: Drama
Distribuidor: Surtsey Films

Filmaffinity

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Tráiler de 'Crimson Gold'

Sinopsis

Cuando su amigo Ali le muestra el contenido de un bolso extraviado que contiene el recibo de la compra de un collar, a Hussein el precio le resulta inimaginable. Su sentimiento de inferioridad crece cuando él y su amigo son confundidos con ladronzuelos de poca monta y también cuando, por su aspecto, se les impide el acceso a una joyería. Hussein trabaja repartiendo pizzas por los barrios más ricos de la ciudad. Tiene así la oportunidad de observar, siquiera fugazmente, el tren de vida que se oculta en esas viviendas de lujo. En una ocasión, sin embargo, se le presenta la oportunidad de probar las delicias y placeres de ese estilo de vida. (Surtsey Films)



Una realidad despojada de adornos

En la primera escena Crimson Gold revela el desenlace y despliega, en un largo flashback, el proceso de humillación cotidiana que lleva a estallar a su protagonista. Este recurso no busca generar suspense, sino despojar la narración de toda ilusión de cambio. Lo que vemos es un destino sellado por las estructuras sociales.

La cámara, casi siempre fija y situada a la altura de los ojos, acompaña al protagonista en sus trayectos por una ciudad dividida entre el lujo ostentoso y la miseria silenciosa. Jafar Panahi filma los interiores de los apartamentos ricos con una distancia glacial, casi documental, mientras que los espacios marginales —las calles, las motos, los pasillos estrechos— son el territorio de Hossein, donde la precariedad se vuelve una forma de vida.

Guion y dirección sublimes

Así como la dirección de Jafar Panahi es cruda y directa, el guion de Abbas Kiarostami aporta la precisión moral y el minimalismo característicos de su obra: cada diálogo encierra una tensión de clase que nunca necesita volverse explícita. El gesto más banal, ya sea una mirada de desprecio o un comentario condescendiente, adquiere un peso ético enorme. La interpretación de Hossain Emadeddin, basada en su propia experiencia, dota al personaje de una autenticidad brutal; su cuerpo torpe y su mirada perdida condensan la violencia invisible del sistema de clases.

Panahi transforma el realismo en denuncia. Su estilo austero y su negativa a la espectacularidad son actos políticos: el cine se convierte en testimonio de lo que el poder no quiere mostrar. En este sentido, Crimson Gold dialoga con el neorrealismo italiano y con la tradición crítica del cine iraní posterior a la revolución, pero va más allá: su mirada es amarga, desencantada, consciente de la imposibilidad de redención dentro del marco social que retrata.

En su aparente sencillez, la película es una reflexión profunda sobre la dignidad, la injusticia y la alienación urbana. La violencia que estalla no es un acto individual de locura, sino la consecuencia lógica de un sistema que despoja al sujeto de toda esperanza.

Crimson Gold

Conclusión de 'Crimson Gold'

En definitiva, Crimson Gold es un retrato demoledor de la desigualdad contemporánea, filmado con una sobriedad que multiplica su potencia ética. Jafar Panahi convierte lo cotidiano en una forma de resistencia, y demuestra, una vez más, que el cine puede ser un espacio de verdad frente a la hipocresía del poder.

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CINEMAGAVIA
8 / 10
80 %
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Guillem Uceda i Oliver
Guillem Uceda i Oliver (Barcelona, 1999). Estudié Comunicación Audiovisual en la UAB y cursé un máster en Estudios comparativos de Literatura, Arte y Pensamiento en la UPF. También he cursado el master de profesorado y actualmente estoy trabajando en mi doctorado en Humanidades. En mi tiempo libre hablo de cine y cuesta soportarme.
crimson-gold-pelicula-critica-estreno-cineCrimson Gold es un retrato demoledor de la desigualdad contemporánea, filmado con una sobriedad que multiplica su potencia ética. Jafar Panahi convierte lo cotidiano en una forma de resistencia, y demuestra, una vez más, que el cine puede ser un espacio de verdad frente a la hipocresía del poder.

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