Dunkerque dirigida por Christopher Nolan es sin duda una de las mejores películas de 2017 y por tal motivo su nominación al Oscar como Mejor Película. Acompañada de una magistral partitura musical a cargo del maestro Hans Zimmer, la película gira en torno a un único evento: la evacuación de las tropas británicas y aliadas de la playa de Dunkerque durante la Segunda Guerra Mundial. Sin muchos diálogos, con poco o ningún desarrollo de los personajes, Dunkerque nos ofrece un impresionante espectáculo visual de acción, drama e inclusive terror.



Crítica de Dunkerque

Ficha Técnica

Título: Dunkerque
Título original: Dunkirk

Reparto:
Fionn Whitehead (Tommy)
Aneurin Barnard (Gibson)
Barry Keoghan (George)
Mark Rylance (Mr. Dawson)
Tom Glynn-Carney (Peter)
Tom Hardy (Farrier)
Jack Lowden (Collins)
Kenneth Branagh (Bolton)
James D'Arcy (Winnant)
Cillian Murphy (Soldado)
Harry Styles (Alex)

Año: 2017
Duración: 107 min.
País: Estados Unidos
Director: Christopher Nolan
Guion: Christopher Nolan
Fotografía: Hoyte van Hoytema
Música: Hans Zimmer
Género: Belica. Drama
Distribuidor:  Warner Bros Pictures España

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Sinopsis

Dunkerque empieza con una escena en la que cientos de miles de tropas británicas y aliadas se encuentran rodeadas por tropas enemigas. Atrapados en la playa, con el mar cortándoles el paso, se enfrentan a una situación imposible a medida que el enemigo se acerca. Dunkerque se rodó en localizaciones de Francia, Países Bajos, Reino Unido y Los Ángeles. (Warner Bros Pictures España)

Premios

  • 3 Premios Oscar: Mejor montaje, sonido y efectos sonoros. 8 nominaciones.2017
  • Globos de Oro: Nominada a mejor película, director y banda sonora. 2017
  • Premios BAFTA: 8 nominaciones, incluyendo Mejor película y Mejor director. 2017
  • National Board of Review (NBR): Mejores 10 películas del año. 2017
  • American Film Institute (AFI): Top 10 - Mejores películas del año. 2017
  • Critics Choice Awards: Mejor montaje (ex aequo). 8 nominaciones. 2017
  • Críticos de Los Angeles: Mejor montaje. 2017
  • Satellite Awards: 11 nominaciones incluyendo mejor película y director. 2017
  • Sindicato de Productores (PGA): Nominada a Mejor película. 2017
  • Sindicato de Directores (DGA): Nominada a mejor director/película. 2017
  • Sindicato de Actores (SAG): Nominada a Mejores especialistas de acción. 2017
  • Asociación de Críticos de Chicago: Mejor director. 2017

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Atrapados en la playa

Es Mayo de 1940. La segunda Guerra está lejos de terminar. Alemania ha conquistado gran parte del territorio francés, las fuerzas aliadas han sido empujadas hacia el mar quedando atrapadas en las playas de Dunkerque.

Hay 400 000 hombres acorralados sin sitio donde guarecerse, esperando un rescate casi imposible y solo siendo apoyados por una fracción de la fuerza aérea de Inglaterra y Francia. Todos esperando un milagro que inesperadamente daría el giro a la historia del mundo. Si bien, como dijo Churchill en su famoso discurso, “las guerras no se ganan retirándose”, Dunkerque parece ser la excepción de esa regla, pues si esa batalla la hubiera ganado Alemania, Inglaterra habría dimitido, Estados Unidos jamás se hubiera integrado a la guerra y el mundo sería otro absolutamente. Así es la historia. Al final del episodio  330,000 soldados Franceses, Belgas y Holandeses fueron evacuados.

Dunkerque

Christopher Nolan se ha caracterizado por la magnificencia de sus producciones y con Dunkerque no da paso atrás. Dirige esta gran obra con una sobriedad y una maestría que impacta.

Cuando presenta esa playa cuajada de hombres absolutamente a merced del enemigo y sin sitio donde ocultarse, hace patente no solo los horrores de la guerra que a todos alcanza y cuya suerte final de sobrevivencia puede depender de un lugar en una fila o los caprichos de alguien con un mando alto.  Al unísono la película es un glorioso grito de saludo a la bravía del espíritu militar ante el inminente enfrentamiento con el destino, que marcaría el resultado de la guerra y del mundo como lo conocemos.

En esta enorme variedad de fuerzas de combate; Belgas, Inglesas, Francesas y Holandesas, se refleja perfectamente el micromundo de que en la guerra no hay distinción de nacionalidades, ni de posiciones políticas o sociales, la muerte y el peligro son absolutamente democráticos y actúan velozmente.

Magistral dirección de Nolan

Dunkerque es una impresionante y portentosa obra de arte cinematográfico, que va estrechándose angustiosamente sobre nuestros ánimos sin mostrarnos una salida feliz dada de la nada, es cruel y quirúrgicamente real; como la guerra.

No obstante todas las etiquetas que se le puedan colgar a Nolan en base a su producción de cine de corte “Hollywoodense”, el hecho es que mucho más allá del presupuesto multimillonario y los grandes efectos, el despliegue de recursos de producción, y la fama que lo precede, Nolan aterriza sólidamente en otros campos mucho más intangibles. Da, dentro de todo lo espectacular, una historia de un gran coraje humano; se mete hasta el centro de sus personajes y en medio del bombardeo y la metralla. Esos muchachos no son más “carne de cañón anónima”, son ellos, los que lucharon, los héroes desconocidos; arrastrados a situaciones que se salen de sus manos. Ese es su destino irrevocable.

Pero por encima de eso, son hombres con toda una historia detrás, no importa si son soldados rasos o grandes generales, o civiles decididos a dar la mano como puedan.  Cada uno tiene un mundo detrás y todo esto lo logra hacer patente Nolan con una sobriedad y una definición que dejan huella, usando primordialmente la poderosa e imperturbable fuerza de la imagen y ante eso no hay más que quitarse el sombrero.

Dunkerque

Nolan acierta en tiempo y espacio con el lanzamiento de esta cinta, en medio de un año que se ha caracterizado por los vaivenes en la política europea tras del Brexit, cuando ronda en torno de Europa ese sentimiento británico de reposicionamiento (cierto o no) como independiente y fuerte y cuando el terrorismo ha hecho ya de las suyas en suelo inglés.

Revivir la casta del pueblo (quien es el auténtico salvador de la batalla) refuerza lo que los discursos políticos y las reacciones de los ingleses ante los ataques terroristas han dejado claro: no van a rendirse.

Al mismo tiempo, la película tiende la mano a la frágil línea que define la inestabilidad que da la guerra: la zozobra y el miedo, los mismos dramas que se vivieron hace casi un siglo parecen reaparecer, las caras han cambiado, los nazis se han transformado en otras fuerzas, (igual o más tenebrosas) que amenazan el mundo. Y la respuesta del ciudadano común y corriente deberá seguir siendo la misma.

Nolan se arriesga en la estructura del guion, que él mismo escribió y maneja un portentoso circo de tres pistas simultáneas (pero que no necesariamente terminan al mismo tiempo)  El muelle, el mar y el aire, cada uno con una duración diferente una semana, un día y algunas horas… hasta llegar a un punto en el que se entrecruzan solo por unos minutos las tres, proveyendo a la narrativa de la película de una fuerza inusual que se incrementa exponencialmente con el crispante score de Hans Zimmer y la impecable cinematografía de Hoyte van Hoytema, así como a la perfecta edición de  Lee Smith.

Todo ello condensa magistralmente en lo absoluto este abrumador espectáculo, mientras las historias corren en sus diversos escenarios  al ritmo de la premura y el peligro que aumentan segundo a segundo, para gritarnos  la desesperación elevada al 400,000 (tanto y por cada uno, de los hombres que esperaban ser evacuados de la playa)

El muelle y el mar

Dunkerque nos mantiene al borde esperando soluciones, tratando de mantener con vida a los protagonistas sin importar lo negro de su panorama, sabiendo que lo más desesperante es que ellos estaban casi en casa (solo separados unas millas por el canal entre Francia e Inglaterra) pero al mismo tiempo, en la playa estaban a solo unos kilómetros del avance enemigo.

La primera gran pista donde Nolan se desarrolla: “El muelle”, se establece desde que el personaje principal: Tommy (Whitehead) logra llegar a la playa y contempla esas interminables filas de soldados esperando ser extraídos. Inmediatamente al ver el yermo de la playa comprendemos  que todos están en un peligro latente.

Dunkerque

En ese lugar no hay donde esconderse, representan un blanco fácil y al mismo tiempo es la única puerta por la que pueden ser rescatados. La frágil línea del destino se tiende entre la vida, la muerte, el mar y el enemigo y nos definen las tres pistas: El muelle, el mar y el aire

Tommy se encuentra con otros dos soldados: Gibson (Barnard) y Alex (Styles), y rápidamente y sin mucho protocolo ni diálogo  se alían en medio de la desesperación para tratar de salir de ese lugar, lo cual obviamente va a ser, no solo peligroso, sino extremadamente difícil. Esa es la tácita regla entre ellos: escapar al precio que sea.

La segunda pista de acción es el mar. En su yate, un hombre inglés: Dawson (Rylance), su hijo adolescente, Peter (Glynn-Carney) y el mejor amigo de Peter, George (Keoghan) dejan puerto para ir hacia Francia. Están decididos a ayudar a todos los hombres que se pueda. En su camino se topan con oficial náufrago en estado de shock (Murphy) que se niega a regresar a la batalla. Pero ellos no van a regresar a puerto, pase lo que pase.

Las escenas aéreas

La tercera pista de la trama se hace en los cielos. En los heroicos esfuerzos de los pilotos por derribar al enemigo. Farrier (Hardy) y Collins (Lowden). Hardy es el líder del escuadrón que arriesga hasta la última gota de combustible para proteger desde el aire la operación.

En cada una de las escenas de batalla aérea, Nolan da un despliegue de movimientos de cámara, incrementando al máximo el suspenso y la acción. Pero lo más significativo es que lo valioso de todo esto no es la super producción, ni las acrobacias, sino la presencia luminosa de la cámara, la visión para componer todo un lenguaje visual que se desgarra en imágenes, el ingenio, la trama y las reacciones de Hardy en la batalla… pues en definitivo se ha consagrado como el líder de la expresividad detrás de una máscara (Y como referencia no olvidemos su actuación en Mad Max)

Conjuntando todo esto, Dunkerque es un espectacular homenaje a la imagen, más que nada al cine.

Dunkerque

Envuelto en la terrible y magnífica capa de la guerra, Nolan deja que la imagen hable, se apuntala en la economía del dialogo hablado y se vuelve exuberante en los discursos de la imagen; en lo que las reacciones, más que las palabras mismas nos relatan y nos estremecen.

Tal vez porque en medio de las bombas lo lógico no es argumentar largos discursos, sino dejar salir la emoción, el odio, el pánico y las respuestas. Porque  mientras se lucha por la vida, no se elaboran complicadas estructuras gramaticales, sino frases contundentes y se actúa.

Conclusión de Dunkerque

Nolan da sin duda la mejor lección sobre cintas bélicas con una historia que no deja lugar para escapar de ella. Usando la poderosa fuerza de la imagen y todos los recursos que desde los actores y hasta el último de los técnicos pudieron brindar. Sin escenas de masacre explicitas da una estocada profunda en el ánimo de la concepción de la guerra, la muerte y la supervivencia. Con todas las culpas y logros que ello conlleva.

Cuando las tropas fueron evacuadas y Churchill dio su memorable discurso a la nación (y al mundo) en donde resumía su política y el espíritu inglés de la guerra diciendo “Lucharemos en las playas, en la tierra, en el campo y en las calles y nunca nos rendiremos” Se había tirado la suerte de la guerra. Pasarían algunos años más, pero el espíritu que se puso a prueba en muchas más ocasiones, nunca dudó de la victoria.

Reportaje de Dunkerque en Días de Cine TVE

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