"David Puerto 'Pizpireto'": A carcajada limpia

David Puerto 'Pizpireto', un show de comedia alegre vivaz y algo coqueto o eso dice la RAE.

Está orquestado por David Puerto, un cómico que hace de sus reflexiones y vivencias un espectáculo de comedia, buscando el lado positivo de la vida, si es posible, o al menos el lado gracioso. Haciendo uso del monólogo clásico (Stand-up), improvisación (crowd work) y comedia musical.

Un show lleno de interacción con el público, gamberrismo, elegancia... todo muy pizpireto. (TEATRO LA LATINA). 

Directo al pan

David Puerto ofrece en Pizpireto un espectáculo en vivo, donde confecciona un show en el que se lanza de lleno a la interacción con el público. Por ello, se aplaude la valentía de centralizar una parte importante en la frescura, en la improvisación, en hacer partícipes a los asistentes. Además, no se limita a ir pasando de un bloque a otro sin más, sino que a lo largo de la pieza va dejando entre sí distintas perlas con las que unifica todo el relato. Gracias a ello, se consigue una sensación de unión, una cohesión que brilla, dado que transmite comunidad para y por los espectadores. No se puede negar la rapidez y la perspicacia de Puerto, supera con creces las expectativas que se puede tener con su trabajo, lo que indica su talento.

También se disfruta de los monólogos, que sirven de respiro para los espectadores y equilibra el efecto inmersivo con el puro stand up. Sin embargo, no se produce de una forma abrupta, sino que sabe hacerlo de manera fluida, para que no se rompa la atmósfera del show. De esta forma, desarrolla distintas historias que logran su cometido, hacer reír y hacer pasar un buen rato al público. Además, se añade que evita repetirse e hila su concepto de una forma espléndida. Así, capta la atención de su público, que se entrega en su totalidad y evita la desconexión. El final, con cierto número, al igual que cierta carrera, indican la inteligencia de su elección y la rapidez mental que maneja. Junto con ello, se une la originalidad y que todo se impregna de su sello de identidad.

Una elección acertada

Lógicamente, David Puerto es quien se sube la escenario para enfrentarse durante más de 90 minutos a un público que espera ver lo que conoce en redes sociales, por ejemplo. No obstante, no sólo cumple con dichas expectativas, sino que potencia sus virtudes humorísticas en directo, donde no hay trampa ni cartón. Por ende, hace honor al nombre del show, Pizpireto, junto a una comedia ácida, socarrona, llena de naturalidad, donde triunfa por esa cercanía ante su público. Su expresividad es un plus, conectando así con los asistentes. También se valora los pequeños dejes o expresiones, que identifican rápidamente su estilo. Se encuentra absolutamente cómodo, juega y hace jugar a los demás, una entrega total ante la escena y una frescura de alto nivel.

A nivel técnico, se acompaña de pocos elementos sobre la escena, pero tampoco tiene necesidad de más. La razón no es otra que su propuesta se fundamenta en la interacción con el público. A diferencia de otros humoristas, aquí no son sólo las filas más cercanas al escenario las que gozan de ser participes, sino que también ofrece la posibilidad a aquellos que se encuentran más alejados. Un acierto total. También se valora a los ayudantes que le acompañan, que aunque no participan de una forma activa, aportan y dejan algún chascarrillo. Durante el despliegue técnico, durante la función del 19 de mayo, se logró muy buen trabajo, los distintos juegos de iluminación para diferenciar en qué parte del espectáculo se estaba, fueron efectivos, la microfonía activada en su justo momento y los ajustes de sonido fueron óptimos. Un espectáculo efectivo.

Conclusión

David Puerto Pizpireto ofrece un espectáculo original, lleno de humor, que hace que se disfrute de principio a fin y en el que se lanza completamente a conectar con su público. El talento se hace palpable desde el principio, sabe lo que hace y lo potencia, por lo que, no sólo supera las expectativas, sino que logra un show coherente, con ritmo y en el que no paran las risas. Su desempeño sobre el escenario es dinámico, hay una cercanía, donde se observa las tablas que ya tiene sobre sus hombros. Un maestro de ceremonias exquisito. No es un espectáculo de comedia más, sino que confecciona su propio sello de identidad y triunfa por lo que le hace especial, convirtiéndose en un éxito absoluto.

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