Giacomo Abbruzzese debuta en la ficción con una obra muy personal, Disco Boy, la única película italiana que compitió en la edición 73.ª del Festival de Cine de Berlín. La cinta ha sido premiada con el Oso de Plata a la mejor contribución artística por la fotografía de Hélène Lovart. Antes de su estreno en salas de cine españolas 27 de diciembre de 2023, Disco Boy participó en la Sección Esbilla del Festival de Gijón y en la Sección Nuevas Olas del Festival de Sevilla. Una historia que narra los dos bandos de una guerra, desde el lado francés y desde el lado nigeriano.
Crítica de 'Disco Boy'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Disco Boy
Título original: Disco Boy
Reparto:
Franz Rogowski (Alex)
Morr N'Diaye (Jomo)
Laetitia Ky (Udoka)
Leon Lucev (Paul)
Matteo Olivetti (Francesco)
Robert Wieckiewicz (Gavril)
Mutamba Kalonji (Sunday)
Max Geller (Reclutador de la Legión)
Michal Balicki (Mikhail)
Año: 2023
Duración: 91 min.
País: Francia
Director: Giacomo Abbruzzese
Guion: Giacomo Abbruzzese
Fotografía: Hélène Louvart
Música: Vitalic
Género: Drama. Bélica
Distribuidor: Adso Films
Tráiler de 'Disco Boy'
Sinopsis
Tras un difícil viaje a través de Europa, Aleksei llega a París para alistarse en la Legión Extranjera francesa. Lejos de allí, en el delta del Níger, Jomo lucha contra las compañías petroleras que amenazan la supervivencia de su aldea. Más allá de las fronteras, de la vida y de la muerte, de algún modo, sus destinos se entrelazarán. (Adso Films)
Dónde se puede ver la película en streaming
La atracción del contrario
Disco Boy es un producto italiano con aire internacional, casi apátrida por parte de Giacomo Abbruzzese, psicodélica y estéticamente muy alejada del cine normativo del país. Cuenta la historia de dos guerreros que sueñan con tener una vida diferente. Franz Rogowski es uno de ellos, un bielorruso que, huyendo de su pasado, intenta rehacer su vida a costa de las vidas ajenas; por otro lado, en el delta del río Níger está Jomo, un guerrero rebelde y revolucionario del MEND, dispuesto a defender su tierra sin miedo a alcanzar el sacrificio extremo.
El choque entre ambos es inevitable y Abbruzzese tiene el mérito de filmar su lucha como una danza. Con este fin, utiliza la cámara térmica para ofrecer una perspectiva en la que víctima y verdugo puedan ser confundidos, liberándose de sus respectivos personajes. No obstante, Disco Boy no trata de teorizar sobre la guerra, sino que presenta un retrato místico y sagrado del encuentro con el otro. Tienen una cultura y un pasado diferentes; para el mundo son desconocidos, extranjeros, y en consecuencia enemigos.
La ficción en el mundo real
Giacomo Abbruzzese procede del documental y, quizá por se motivo, no busca mostrar lo real tal cual lo percibimos, sino reescribirlo y estilizarlo para ofrecer una visión mucho más amplia de un hecho concreto; su gesto cinematográfico es poético, buscando romper con el estereotipo y tomando referencias de cineastas como Leos Carax, Gaspar Noé e incluso Claire Denis, sobre todo en el aspecto formal del filme y el tratamiento de los cuerpos.
Disco Boy habla sobre la alteridad, la conversión y la capacidad de transformarse en otro. El modo de narrar esto resulta fascinante gracias al peculiar estilo y al gran cuidado formal del director, alejándose de la película media italiana. Destacan los primeros planos y los planos detalle que vinculan en paralelo la relaciones entre Europa central y la desolación africana occidental. Así, escapa de los habituales esquemas ideológicos y políticos.
Para fusionar ambos mundos utiliza diferentes recursos, como las tomas de calor térmico, donde la vida se convierte en un viaje hacia la muerte. Somos incapaces de distinguir dónde se sitúa cada una de ellas. Pero la lucha también trasciende y llega hasta la pista de baile, una metáfora y una experiencia más espiritual que física.
Aleksei y Jomo son dos polos opuestos que se atraen magnéticamente. Cada uno carga con su propio horror indescriptible y de ahí que se relacionen en un contexto onírico, como hechizados. El espectador asiste a este espectáculo incapaz de reconocer quién está soñando qué. El tercer polo de esta relación es la música. Vitalic fusiona a los protagonistas en un solo aliento, llevándolos en varios momentos del metraje hasta la cima del abismo.
Conclusiones de 'Disco Boy'
Disco Boy es un excelente debut que trabaja, con inteligencia y conocimiento del mundo, en la ambigüedad. Se trata de una producción funcional y franca al contar la desesperación que sufre en el hombre en la tierra, con una narración visual un tanto esotérica, llena de luces de neón y sonidos eléctricos. Sin embargo, no solo sirve como una feroz crítica a la guerra y a la lucha por los recursos, sino que presenta ideas conceptuales y de ficción muy innovadoras. Esto se traduce visualmente en secuencias hipnóticas, gracias a las elecciones tan cuidadas en la dirección.
La mirada de Giacomo Abbruzzese persigue la centralidad de los cuerpos; cuerpos que se entrenan, que luchan, que bailan, que sufren, que sueñan, que aman y que finalmente solo quieren la redención.
Reportaje de Disco Boy en Días de Cine TVE
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