Este 24 de octubre se estrenó Edén, una de las películas más esperadas de Ron Howard. A pesar del interés suscitado, ha llegado directamente a la plataforma de Amazon Prime en España. Cuenta con un elenco de lujo formado por Jude Law, Ana de Armas, Vanessa Kirby, Daniel Brühl y Sydney Sweeney, entre otros. Tuvo su estreno original en el Festival de Toronto de 2024.



Edén

Crítica de 'Edén'

Ficha Técnica

Título: Edén
Título original: Eden

Reparto:
Jude Law (Ritter)
Ana de Armas (Baronesa)
Vanessa Kirby (Dore)
Daniel Brühl (Heinz)
Sydney Sweeney (Margret)
Jonathan Tittel (Harry Wittmer)
Felix Kammerer (Rudolph Lorenz)
Toby Wallace (Robert Phillipson)
Ignacio Gasparini (Manuel Borja)
Richard Roxburgh (G. Allan Hancock)
Paul Gleeson (Stampa)
Thiago Moraes (Capitán)
Nicholas Denton (Ray Elliott)
Tim Ross (Primer oficial de Hancock)
Antonio Alvarez (Gobernador de Galápagos)
Benjamin Gorroño (Traductor del Gobernador)

Año: 2024
Duración: 129 min
País: Estados Unidos
Dirección: Ron Howard
Guion: Noah Pink
Música: Hans Zimmer
Fotografía: Mathias Herndl
Género: Intriga
Distribución: Amazon Prime

Filmaffinity

IMDb

Tráiler de 'Edén'

Sinopsis de 'Edén'

Edén nos lleva a 1932. Un grupo de europeos busca una nueva vida en una isla deshabitada del archipiélago de las Galápagos. Ellos y quienes les siguen creen haber encontrado el paraíso, pero descubren que el infierno son los demás. (AMAZON PRIME).

Dónde se puede ver la película en streaming



Edén
Foto de Amazon Prime

El paraíso que se pudre

La historia tiene todos los ingredientes para un gran drama de supervivencia, aislamiento, pasiones reprimidas, conflictos ideológicos y la fragilidad humana expuesta al límite. Sin embargo, el guion se queda corto en su desarrollo, lo que debería ser una poderosa reflexión sobre la utopía y el ego se transforma en una narración algo plana, demasiado pendiente de explicar y poco dispuesta a dejar respirar la tensión natural del conflicto.

El principal problema es que la película no termina de decidir si quiere hacer un thriller psicológico, un drama histórico o una tragedia existencial, en su búsqueda por equilibrar todos esos géneros, el relato pierde ritmo y coherencia emocional.

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Foto de Amazon Prime

La utopía que se escapa

Ron Howard es un cineasta de oficio, sólido, con una carrera llena de aciertos, pero en Edén parece perder la brújula narrativa. Su mirada es más académica que apasionada, y aunque intenta mantener un equilibrio entre el realismo histórico y la tensión moral, el resultado se siente demasiado limpio para una historia que pedía suciedad, sudor y locura.

Hay, sin embargo, cierta nobleza en su intento por retratar la lucha entre idealismo y naturaleza humana. Howard entiende el material, pero no logra encontrar el tono adecuado, no hay riesgo, no hay misterio, y cuando llega el clímax, se siente más como una lección moral que como un estallido emocional.

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Foto de Amazon Prime

Solos ante el mundo

El elenco es lo suficientemente competente como para sostener la historia, pero no lo bastante intenso como para elevarla. Las interacciones entre ellos, que deberían ser el corazón de la película, carecen de la electricidad necesaria, no hay suficiente tensión, ni deseo, ni peligro real. Los actores parecen entender la gravedad de lo que viven, pero no logran comunicarla. En una historia donde el infierno son los demás, Howard no consigue que esos “demás” sean lo bastante fascinantes o temibles.

El bello vacío del paraíso 

Si algo puede rescatarse con claridad de Edén es su factura técnica. La fotografía es un espectáculo visual, los contrastes entre la exuberancia de la selva, el azul cristalino del mar y la soledad abrasadora de las Galápagos crean una atmósfera hipnótica, pero, de nuevo, la belleza juega en contra de la historia, el entorno resulta tan pulcro y tan perfectamente iluminado que el sufrimiento humano se diluye entre postales idílicas.

Edén
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Conclusión

Edén no es un desastre, pero sí un naufragio elegante, un ejemplo de cómo incluso las historias más apasionantes pueden perder su fuerza cuando se filman con miedo al desorden, y en una película donde la locura y la pasión deberían haber devorado la pantalla, Howard nos deja, paradójicamente, ante un paraíso tan perfecto que termina siendo aburrido.

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