Una figura que siempre destaca es la de Pablo Picasso. Creador, junto con Georges Braque, del cubismo, es considerado uno de los mayores pintores que ha tenido el siglo XX, al pertenecer a diferentes movimientos artísticos, dada su longevidad. Declarado pacifista y comunista en lo político, el malagueño dejó este mundo dos años antes de la muerte de Franco, lo que le impidió ver la llegada de la democracia a España.

De su larga estancia en Francia, se ha hablado poco de su amistad con su peluquero, Eugenio Arias, quien también estaba exiliado en el país galo por su vínculo con el Partido Comunista. La ciudad de Vallauris fue donde ambos se conocieron y trabaron una amistad que duró hasta la muerte de Picasso.

De hecho, Arias, quien falleció en 2008, fue el principal impulsor de la creación de un museo dedicado al célebre pintor en Buitrago de Lozoya, uno de los municipios más bellos de Madrid y pueblo natal del peluquero, quien fue apodado como el Barbero de Picasso.

De esa amistad, ha nacido El barbero de Picasso, que se despide del Teatro Español este 20 de julio, tras una temporada de éxito con varias semanas con todas las entradas vendidas. Amigos desde 1948, la obra narra distintas etapas en la amistad del pintor y el peluquero y sirve de retrato de aquellos exiliados que añoraban a su tierra natal, que estaba tan cerca, pero a la vez tan lejos.



El barbero de Picasso

Crítica de 'El barbero de Picasso'

Ficha Técnica

Título: El barbero de Picasso
Título original: El barbero de Picasso

Reparto:
Mar Calvo (Jacqueline Roque)
José Ramón Iglesias (Valdés)
Antonio Molero (Eugenio Arias)
Pepe Viyuela (Pablo Picasso)

Duración: 90 min. apróx.
Dirección: Chiqui Carabante
Dramaturgia: Borja Ortiz de Gondra
Escenografía: Walter Arias
Vestuario:
Salvador Carabante
Espacio Sonoro:
Peña&del Moral
Ayudante de dirección:
Pablo M. Bravo
Ayudante de escenografía:
Víctor Longás
Ayte. de vestuario:
Montserrat Torres
Residente de ayudantía de dirección:
Majo Moreno
Producción: Teatro Español y Amor al Teatro

Tráiler de 'El barbero de Picasso'

Sinopsis de 'El barbero de Picasso'

Borja Ortiz de Gondra comenzó su andadura como dramaturgo a mediados de los años noventa ganando el premio Marqués de Bradomín y, como una buena parte de los autores de aquella generación, su relación con la escena ha sido continuada y fructífera. En los últimos años hemos podido disfrutar en diversos escenarios de su trilogía autoficcional sobre su propia familia: Los Gondra, que le ha valido un buen número de reconocimientos.

El barbero de Picasso es una hilarante comedia que toma como punto de partida la conocida relación de amistad y camaradería que el pintor malagueño mantuvo con su peluquero Eugenio Arias en Vallauris desde 1948. Choques culturales en aquella Francia de exiliados que discuten animadamente, a la española, sobre toros, política o arte, mientras nos conducen a reflexionar sobre nuestro pasado; sobre nuestra ancestral incapacidad, también muy española, de comunicarnos para construir. (TEATRO ESPAÑOL). 



El barbero de Picasso
Foto de Javier Naval

Dos grandes en vivo: Molero y Viyuela

Creada por Borja Ortiz de Gondra, quien comenzó su andadura en la dramaturgia a mediados de los 90, obteniendo el premio Marqués de Bradomín, esta obra dirigida por Chiqui Carabante, configura una obra intimista llena de humor y comedia. En esta versión, se cuenta con dos de los grandes actores del género: Antonio Molero y Pepe Viyuela.

Un tema que se agradece es que la obra opte por introducir diálogos completos en francés, como el momento en el que el peluquero y el artista se conocen. El motivo es que, justamente, ambos no saben que son españoles, lo que hace natural que la conversación sea en la lengua de Molière, en la que especialmente Molero muestra un dominio del acento magnífico.

Bajo ese barniz de comedia y con el carácter cercano de Picasso, la obra muestra la dificultad de lograr un diálogo adecuado entre los propios exiliados. A pesar de que eran ambos comunistas, la manera de ver la vida del barbero y el pintor era tan distinta, que eso provocaba aireadas discusiones en lo político, en lo social y en lo personal.

Teatro Español
Foto de Javier Naval

Reflexionar sobre el pasado con nostalgia y humor

Eso se refleja en una obra que invita a la reflexión del pasado reciente. Junto a ello, esa atmósfera de nostalgia por la patria perdida, de no poder volver, de ver morir a los seres queridos desde la triste distancia, del temor de ser detenido con sólo pisar suelo español.

Un ejercicio de memoria histórica en la que, por otro lado, impera el humor, ese toque de comedia añeja que evoca a grandes del cine como José Luis Garci o Fernando Fernán Gómez (también grande en el teatro). Gracias a las interpretaciones de Viyuela y Molero.

Los dos son maestros de la comedia y es en el teatro donde se ve más su magia. Viyuela era el ideal para encarnar a un Picasso disfrutón, cuya añoranza por España le hace querer hacer una auténtica corrida de toros en suelo francés. Es interesante cómo el pintor buscaba sentir su patria querida a través de un arte tan violento y sangriento como es la tauromaquia, una contradicción propia del carácter español.

A su lado, Molero, más sensato por su oficio, que mira con más perspectiva, con esa mirada que hace plantearse temas más terrenales, como el hecho de saber que su legado será extranjero y cómo él mismo ha terminado siendo casi tan francés como español (llegando a lamentar que haya palabras que sólo las piense en una lengua que no es la materna).

El barbero de Picasso
Foto de Javier Naval

Conclusión

Todo con un aura entre nostálgica, melancólica y cómica. El resultado es una obra estupenda, en la que destaca también su apartado técnico (aplauso para la escenografía y el sonido). Con dos grandes en pleno estado de gracia como protagonistas, El barbero de Picasso es esa pieza ideal para combinar entretenimiento con memoria.

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