El barco de amor es una comedia romántica escrita y dirigida por el también actor Bruno Podalydès (Paris Je t´aime). Se trata de una cinta en marcada clave humorística, protagonizada por un grupo de amigos en apuros económicos que verán una oportunidad de ganar un buen dinero extra. ¿Cómo? Gracias al jefe de uno de ellos y los catorce mil euros que está dispuesto a destinar para que le organicen un fin de semana romántico. ¿La sorpresa? La identidad de la mujer por la que suspira el ricachón.
La película está protagonizada por Daniel Auteuil (Caché), Sandrine Kiberlain (Crónica de un amor efímero), Denis Podalydès (El oficial y el caballero) e Isabelle Candelier (Primavera en Normandía). El barco del amor llega a cines el 17 de julio de 2024.
Crítica de 'El barco del amor'
Resumen
Ficha Técnica
Título: El barco del amor
Título original: La petite vadrouille
Reparto:
Sandrine Kiberlaine (Justine)
Daniel Auteuil (Franck)
Denis Podalydès (Albin)
Bruno Podalydès (Jocelyn)
Isabelle Candelier (Sandra)
Año: 2024
Duración: 96 min.
País: Francia
Director: Bruno Podalydès
Guion: Bruno Podalydès
Fotografía: Patrick Blossier
Música: Frédéric Junqua
Género: Comedia romántica
Distribuidor: Adso Films
Tráiler de 'El barco del amor'
Sinopsis
Justine, su marido y su círculo de amigos encuentran una solución a sus problemas de dinero: organizarán un falso crucero romántico para Franck, un rico inversor empeñado en seducir. Sólo hay un problema: es a Justine a quien Franck propone este fin de semana de enamorados… (Adso Films)
Dónde se puede ver la película en streaming
Robando en nombre del amor
El barco del amor se toma unos minutos de ligera presentación de personajes, para rápidamente llevarnos a la chicha de la trama. Es decir, al estudio y planificación de la mejor forma posible de robar un buen dinero. Y es que mientras, Sandra (Isabelle Candelier), Albin (Denis Podalydès), Justine (Sandrine Kiberlain) o Jocelyn (Bruno Podalydès) sobreviven como pueden con realidades laborales de lo más particulares, Franck (Daniel Auteuil) es un rico empresario sin problemas. ¿Qué une a todos ellos? Justine trabaja para Franck y éste le pedirá que le organice un fin de semana romántico para conquistar a una mujer. Sin demasiadas restricciones y con catorce mil euros como presupuesto. Un porcentaje a su consideración para ella misma.
Sin duda una propuesta curiosa que al compartirla con su marido, Albin, propiciará el plan. ¿Y si le organizan ellos mismos el fin de semana con sus amigos? ¿Y si reparten entre el grupo y sin decirlo muy alto se quedan ellos dos un poquitín más? Vista la necesidad, poco tardan en concluir sobre la idoneidad del plan y el grupo de perdedores, que cuenta con un capitán de barco, se montan a preparar la ruta, los platos a degustar, las paradas. Todo sobre un escuálido canal, lleno de esclusas y de vistas nada lujosas. Dará igual, seguramente, por eso que dicen de que el amor es ciego.
El paso del tiempo
En un recorrido inaudito que El barco del amor irá combinando con una especie de suave reflexión sobre el paso del tiempo. Sobre lo que se piensa que se puede llegar a ser y lo que finalmente se logra. Con estos amigos tan singulares, que a pesar de la dureza general de las circunstancias, siguen juntos. Rencillas y tejemanejes al margen. Todos ya lejos de una juventud que te permite mirar al presente con la inconsciencia del que aún tiene fuerza para rato. Lo que pasa es que la reflexión se queda muy diluida, en un guion repetitivo y que parece encallar demasiado rápido. Desaprovechando a un grupo de actores que cualquier otra película desearía.
Elenco muy interesante, propuesta alejada del brillo de sus intérpretes
A lo que El barco del amor podría argumentar con su humor afilado y tiernamente absurdo. Pero tampoco en ello destaca. Consigue de cuando en cuando alguna ligera sonrisa, pero nunca un encadenación verdadera de momentos divertidos. Una vez se asimila lo increíble del crucero, no hay más armas para contentar a un público simplemente a la espera de un buen ritmo y una sensación de suave disfrute.
Sin duda, si se ve hasta el final es por el mencionado plantel de actores. Todos ellos bastante convincentes en sus respectivos roles. Mención especial para el ridículo marido amenazado al que da vida Denis Podalydès. Así como la mujer que se encarga de que todo no desvaríe de forma fatal, encarnada por Sandrine Kiberlaine. Y mención especial para el ayudante del capitán. Sus formas pueden recordar al cine mudo. Siempre siguiendo a la perfección ese tono entre ridículo y naif.
Conclusión "El barco del amor"
En resumen, El barco del amor es una comedia romántica que no brilla ni en su humor, ni en su romance. Protagonizada por un grupo de amigos en problemas económicos que ven en la organización de un estrambótico crucero romántico una salvación. Si bien su premisa es original y ridículamente divertida, su desarrollo se queda muy corto para el elenco con el que cuenta. Salvada, precisamente, por la experiencia de actores de tanta relevancia como Sandrine Kiberlain, Daniel Auteuil o Denis Podalydès.
Reportaje de El barco del amor en Días de Cine TVE
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