El gran carnaval, película estrenada a principios de los años cincuenta y dirigida por el gran Billy Wilder, no tuvo mucho éxito entre el público de su época pese a ser una obra maestra a los ojos de grandes directores como Woody Allen. Por eso muchos cinéfilos nos preguntamos cuáles fueron las causas del fracaso de este film.
El gran carnaval es un drama que se centra en el personaje de Chuck Tatum (Kirk Douglas), un periodista sin escrúpulos que se ve obligado a trabajar en un pequeño periódico de Nuevo México dado que atraviesa una crisis en su carrera. Cuando Leo (Richard Benedict), el dueño de un negocio en Kentucky, queda atrapado en una cueva, el cínico reportero intenta retrasar a toda costa el rescate del pobre trabajador, con el fin de escribir grandes titulares y volver a triunfar en el mundo del Periodismo.
Resumen
Ficha Técnica
Título: El gran carnaval
Título original: Ace in the Hole
Reparto:
Kirk Douglas (Chuck Tatum)
Jan Sterling (Lorraine Minosa)
Robert Arthur (Herbie Cook)
Porter Hall (Jacob Q. Boot)
Frank Cady (Al Federber)
Richard Benedict (Leo Minosa)
Ray Teal (Sheriff Gus Kretzer)
Lewis Martin (McCardle)
John Berkes (Papa Minosa)
Frances Dominguez (Mapa Minosa)
Gene Evans (Ayudante del sheriff)
Año: 1951
Duración: 111 min.
País: Estados Unidos
Director: Billy Wilder
Guion: Billy Wilder, Lesser Samuels, Walter Newman
Fotografía: Charles Lang (B&W)
Música: Hugo Friedhofer
Género: Cine negro
Distribuidor: FILMAX, S.A.
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Sinopsis
Charles Tatum es un periodista sin escrúpulos que atraviesa una mala racha a causa de su adicción al alcohol, razón por la que se ha visto obligado a trabajar en un pequeño diario de Nuevo México. Cuando un minero indio se queda atrapado en un túnel, Tatum ve la oportunidad de volver a triunfar en el mundo del periodismo. Entonces, en connivencia con el sheriff del pueblo, no sólo convierte el caso en un espectáculo, sino que, además, retrasa cuanto puede el rescate.
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Contextualización y localización del film
Esta película se estrenó a principios de los años 50, concretamente en el año 1951. En aquel momento, la sociedad americana, en plena guerra fría tras seis años de guerra mundial, estaba cambiando a nuevas formas de vida. Esto se puede observar en el desarrollo de grandes barrios residenciales y la influencia de la televisión, recién llegada entonces.
Dado que la televisión tuvo un gran éxito, la industria del cine buscó salidas y alternativas nuevas a sus productos. La gran depresión y la Segunda Guerra Mundial trajo consigo películas marcadas por la prohibición. Por eso, durante la década de los cincuenta aparecen obras que habían sido censuradas, se alimenta el film noir, y nacen películas cargadas de valentía y originalidad como El gran carnaval.
Sin embargo, El gran carnaval fue un fracaso. Esto se debe a que esta película no sólo es una crítica al periodismo, sino a la sociedad americana de entonces, que en aquel momento presumía de salir victoriosa de un importante conflicto bélico. Basta con analizar a la sra. Minosa (interpretada por Jan Sterling), que resulta ser una joven fría y cruel, es decir, lo contrario a lo que debería ser una casada estadounidense. O el sheriff (Ray Teal), que en lugar de acatar las leyes y ser honrado, es totalmente corrupto. Esto hace sentir al espectador inseguridad y fomenta el escepticismo ante las normas sociales, ya que… ¿Acaso no existen ese tipo de seres en la vida real? ¿Acaso no podía darse por aludido el público americano al ver los comportamientos de algunos personajes de la película?
Análisis del simbolismo del film
El gran carnaval es una película llena de detalles que marcan la diferencia. Por eso, es una obra que merece la pena ver más de dos veces. Es difícil interpretar todos los mensajes que Wilder quiere hacernos llegar si no le prestamos demasiada atención a estas pequeñas cosas.
El simbolismo está presente en cada escena, desde el "Tell the truth" que aparece en la oficina de Porter Hall (Jacob Q. Boot), que alude a lo que debería ser la labor de un periodista honrado, hasta el cartel situado frente a la cueva en la que agoniza Leo, en el que se ruega una recaudación de fondos para salvar a Minosa. No es casualidad que este cartel y el cuadro con la frase "Tell the truth" sean las únicas cosas que no cambian de lugar al final de la película. Es sin duda una crítica al amarillismo y a todo lo relativo a la falsedad social.
El estilo de Billy Wilder
La relación entre el carácter del director y el fracaso del film es bastante grande. La obra de Billy Wilder destaca por manifestar giros de argumento, ironías y paradojas. Muestra en ella una sensibilidad que le permite explorar lo cómico y lo dramático en los seres humanos y sus relaciones dentro de un marco social, del cual critica las diferentes convenciones y contradicciones que presenta. En sus películas podemos descubrir cómo personas aparentemente honradas y respetables resultan ser despreciables, y cómo, por el contrario, hombres y mujeres que están en una situación de anomia son capaces de actuar de manera mucho más correcta que aquellas que son aceptadas por la sociedad.
Cabe destacar que El gran carnaval es la primera obra de Wilder tras concluir su colaboración con Charles Brackett después de 12 años trabajando juntos. Por eso esta película marca el comienzo de una nueva etapa bastante diferente en la carrera del director, en la cual se lanzó al reto de coescribir, dirigir y producir sus películas. Lesser Samuels y Walter Newman fueron los colaboradores que ayudaron a Wilder con el brillante guión de esta obra, que está inspirada en un desastre minero de 1925.
La historia de Floyd Collins
En enero de 1925, todo Estados Unidos estuvo pendiente (o por lo menos había oído hablar) de Floyd Collins, un hombre aficionado a la espeleología que murió atrapado en una cueva en febrero de aquel mismo año. William Burke Miller, un reportero que trabajaba por aquella época en el periódico dominical de Louisville, fue el único periodista que logró adentrarse en la cueva donde estaba Collins pocos días antes de la desgracia que tuvo lugar aquel cuatro de febrero. De hecho, consiguió bajar siete veces y hacer a la víctima una entrevista un tanto surrealista a 60 metros bajo tierra.
En 1926, Miller ganó el premio Pulitzer por los servicios que ofreció para salvar la vida de Collins.
Por tanto, Wilder tomó como inspiración a un hombre que fue un ejemplo para la sociedad americana para construir a Chuck Tatum, el personaje principal de la película, por el que, paradójicamente, es difícil sentir empatía.
El efecto espejo: la sociedad reflejada en un circo
Sí, Chuck Tatum es una persona despreciable, pero fijémonos en otros personajes no menos curiosos. Por ejemplo, a lo largo del film aparece repetidas veces una familia norteamericana que utiliza como entretenimiento la tragedia de Leo. Junto a ella se unen otras familias que montan una enorme caravana cerca de la cueva, y poco a poco se va formando un circo lleno de puestos y atracciones.
Muchas veces, a lo largo de una película, el público se ve reflejado en ciertos personajes no muy virtuosos, y esto genera un rechazo hacia la realidad que quiere mostrar el director. En el caso de El gran carnaval, las familias que asisten al "circo" representan a los miembros de una sociedad morbosa y simple, que disfruta de los chismes y las desgracias ajenas, lo cual provocó un gran efecto espejo en el público de los años cincuenta.
El gran carnaval, pese a las críticas demoledoras que recibió en su tiempo por distintas razones, es una película que debe pasar de generación en generación. No sólo por la originalidad del estilo de Wilder y el brillante contenido simbólico del film, sino también porque es necesario que existan películas críticas con el género humano y la sociedad, para desarrollar un espíritu inconformista con el que mejorar el mundo actual.
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