El hoyo 2, la esperada segunda entrega del universo El hoyo, una de las películas españolas más populares de la historia de Netflix, ocupando el quinto lugar en la categoría de películas de habla no inglesa con 82.800.000 visualizaciones y cuya segunda entrega, protagonizada por Milena Smit y Hovik Keuchkerian, llega a la plataforma el 4 de octubre de 2024.
Crítica de 'El hoyo 2'
Resumen
Ficha Técnica
Título: El hoyo 2
Título original: El hoyo 2
Reparto:
Milena Smit (Perempuan)
Hovik Keuchkerian (Zamiatin)
Natalia Tena
Óscar Jaenada
Ken Appledorn
Pedro Bachura
Armando Balboa
Zorion Eguileor (Trimagasi)
Hoji Fortuna
Iván Massagué (Goreng)
Antonia San Juan (Imoguiri)
Bastien Ughetto
Año: 2024
Duración: 99 min.
País: España
Director: Galder Gaztelu-Urrutia
Guion: Pedro Rivero, Galder Gaztelu-Urrutia, Egoitz Moreno, David Desola
Fotografía: Jon Sangroniz
Música: Aitor Etxebarria
Género: Ciencia ficción. Thriller
Distribuidor: Netflix
Tráiler de 'El hoyo 2'
Sinopsis
A medida que un líder misterioso impone su ley en el Hoyo, una nueva inquilina se implica en la batalla contra este controvertido método para luchar contra el brutal sistema de alimentación. Pero cuando alimentarte del plato equivocado se convierte en una sentencia de muerte, ¿hasta dónde estarías dispuesto a llegar para salvar tu vida? (Netflix)
Dónde se puede ver la película en streaming
Repetición sin innovación
El hoyo 2, dirigida nuevamente por Galder Gaztelu-Urrutia, intenta profundizar en la distópica y brutal sociedad que se presentó en su predecesora, pero esta vez desde una perspectiva diferente. El hoyo 2 continúa con el macabro escenario de una prisión vertical en la que los prisioneros deben alimentarse de los restos que dejan aquellos en los niveles superiores. En esta secuela, una nueva inquilina se une a la lucha contra el sistema y un líder misterioso que ha impuesto su propia ley. Sin embargo, la película lucha por encontrar su propia identidad, perdiéndose en repeticiones y una trama que no logra igualar el impacto de la primera entrega.
Uno de los problemas más evidentes de El hoyo 2 es su falta de innovación. La primera película impactó por su concepto original y su feroz crítica a las desigualdades sociales. Sin embargo, en esta secuela, el filme repite muchos de los mismos puntos de la primera película sin añadir mucho al debate. La introducción de un líder misterioso y un nuevo personaje que se une a la batalla contra el sistema apenas aporta profundidad adicional al conflicto. Aunque la idea de un sistema de alimentación jerárquico sigue siendo poderosa, la secuela no consigue elevar la narrativa ni explorar nuevas capas de esta distopía.
Personajes desdibujados y sin evolución
Otro aspecto que debilita El hoyo 2 es la construcción de personajes. La nueva inquilina, que debería ser el motor de la narrativa, carece de la profundidad emocional que podría hacerla memorable. Aunque su motivación para luchar contra el sistema es clara, el guion no le da suficiente material para evolucionar o conectar con el público. De hecho, su lucha se siente forzada y carente de las complejidades que hicieron que los personajes de la primera película fuesen tan impactantes.
El líder misterioso, que podría haber añadido una capa intrigante al conflicto, también queda reducido a un villano poco interesante, sin el desarrollo necesario para que sus acciones tengan un peso real en la historia. Los diálogos entre los personajes tampoco logran transmitir la desesperación ni la filosofía de supervivencia que fueron cruciales en la primera entrega. Como resultado, el espectador se encuentra desconectado de sus motivaciones y del peligro que enfrentan.
Aspectos técnicos y ritmo desigual
Desde el punto de vista técnico, El hoyo 2 mantiene la atmósfera opresiva y claustrofóbica de la primera película, pero sin el mismo impacto visual. La prisión vertical sigue siendo el escenario principal, pero la falta de novedades en la presentación visual hace que la película pierda parte de su capacidad para sorprender. Mientras que en la primera entrega cada nivel del Hoyo parecía estar impregnado de un significado simbólico, en esta secuela esa sensación se diluye.
El ritmo de El hoyo 2 también es un problema significativo. Hay momentos en los que la tensión se desvanece debido a la falta de desarrollo narrativo, y la acción, que debería ser el motor que mantenga el interés, se siente dispersa y sin dirección clara. Aunque hay algunas secuencias que intentan emular la brutalidad de la primera película, la falta de una narrativa coherente hace que estos momentos se sientan gratuitos y, en última instancia, poco efectivos.
Conclusión de 'El hoyo 2'
El hoyo 2 tiene una premisa que, en teoría, debería haber permitido una expansión interesante del universo distópico que tan bien presentó la primera película. Sin embargo, en lugar de aprovechar ese potencial, la secuela se queda atrapada en la repetición de los mismos temas, con personajes poco desarrollados y una falta de dirección narrativa clara. Aunque el escenario sigue siendo visualmente impactante y la película mantiene algunos de los elementos tensos y claustrofóbicos que hicieron que el original fuera tan efectivo, El hoyo 2 no logra captar la misma intensidad ni el mismo sentido de relevancia social.
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