El silencio de Julie (Julie Keeps Quiet), de Leonardo Van Dijl, una historia de abusos sexuales y psicológicos en el mundo del deporte que cuenta con la tenista Naomi Osaka, ganadora de 4 Grand Slams, como productora ejecutiva y una de sus principales impulsoras. Mejor película internacional en Atlántida Mallorca Film Fest 2025 (del 27 de julio al 27 de agosto en Filmin).



El silencio de Julie (Julie Keeps Quiet) película

Crítica de 'El silencio de Julie'

Ficha Técnica

Título: El silencio de Julie
Título original: Julie zwijgt / Julie Keeps Quiet

Reparto:
Tessa Van den Broeck (Julie)
Ruth Becquart (Liesbeth, la Madre)
Koen De Bouw (Tom, el padre)
Claire Bodson (Sofie)
Laurent Caron (Jeremy)

Año: 2024
Duración: 97 min.
País: Bélgica
Director: Leonardo Van Dijl
Guion: Ruth Becquart, Leonardo Van Dijl
Fotografía: Nicolas Karakatsanis
Música: Caroline Shaw
Género: Drama
Distribuidor: Surtsey Films

Filmaffinity

IMDB

Tráiler de 'El silencio de Julie (Julie Keeps Quiet)'

Sinopsis

Como jugadora estrella de una academia de tenis de élite, la vida de Julie gira en torno al deporte que ama. Cuando su entrenador es investigado y suspendido repentinamente, todos los jugadores del club se animan a hablar. Pero Julie decide guardar silencio... (Filmin)

Dónde se puede ver la película en streaming



Cuando el silencio es una elección (o no)

El silencio de Julie (Julie Keeps Quiet) no es una película que levante la voz, pero precisamente por eso impacta más. Ambientada en el entorno aparentemente glamuroso del tenis de élite, esta historia no trata de victorias ni de rankings, sino del ruido interno que genera un entorno de presión, poder y abuso.

Lo que hace grande al guion de El silencio de Julie es que nunca nos obliga a “entender” del todo a Julie, sus razones permanecen a menudo ocultas, como ocurre en la vida real. ¿Es miedo? ¿Lealtad? ¿Confusión? ¿Vergüenza?. El filme no responde, solo observa, permitiéndonos ver cómo ese silencio se convierte en una jaula emocional. El deporte, lejos de ser una vía de escape, es el escenario donde todo ocurre y, al mismo tiempo, lo que impide que ella se detenga.

El silencio de Julie película

Un bisturí emocional

Leonardo Van Dijl demuestra una madurez inusual en la puesta en escena. No recurre a grandes giros ni escenas impactantes, opta por una cámara casi documental, que sigue a Julie como si no quisiera interrumpirla. Hay una claridad milimétrica en cómo filma los espacios, pasillos largos, vestuarios, pistas de entrenamiento donde la soledad es tan física como emocional.

Su forma de mostrar el deporte es seca, carente de épica. Aquí no hay música triunfal ni momentos de gloria, el tenis, en vez de engrandecer a Julie, la encierra. La dirección enfatiza la repetición, el esfuerzo solitario, el cuerpo como instrumento de otros, en ese entorno cerrado, el silencio es también parte del entrenamiento.

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La potencia de lo no dicho

Tessa Van den Broeck, que interpreta a Julie, ofrece una de esas interpretaciones difíciles de explicar, no porque no sea buena, sino porque lo es desde la contención más absoluta. No hay grandes monólogos, ni lágrimas, ni estallidos, lo que hay es tensión permanente en los ojos, en la forma de respirar, en los hombros rígidos de quien lleva más peso del que puede soportar, su mirada esquiva habla más que cualquier testimonio.

El resto del reparto se pone a su servicio, padres que no saben cómo acercarse, compañeros que buscan validación, entrenadores sustitutos que intentan llenar un hueco incómodo, todos orbitan alrededor de Julie, mientras ella, en el centro, guarda su silencio como una forma de protección o de sumisión.

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Frialdad y perfección

La fotografía de El silencio de Julie (Julie Keeps Quiet) tiene una limpieza casi clínica, colores fríos, espacios bien iluminados pero impersonales, como si todo ocurriera en un limbo de normalidad. Esa elección es clave, el abuso, el poder, el miedo, todo ocurre en espacios aparentemente “seguros”, perfectamente ordenados, donde nadie sospecharía nada.

El montaje, preciso pero nada vistoso, refuerza la rutina, el bucle que vive Julie, no hay flashbacks ni reconstrucciones del hecho investigado. Todo está en el presente, en cómo ella esquiva, se protege, se enfrenta y, sobre todo, se calla.

Conclusión de 'El silencio de Julie'

El silencio de Julie (Julie Keeps Quiet) no busca moralizar ni resolver. Su mayor virtud es que, frente a un tema tan grave como el abuso, elige el enfoque más complejo, mostrar cómo una víctima puede también ser una aliada pasiva del sistema que la oprime, no porque quiera, sino porque no encuentra otra salida.

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