El teorema de Marguerite, dirigida y guionizada por Anna Novion, participó en Special Screenings del Festival de Cannes, donde ganó el CST Young Film Technician Award a Mejor diseño de producción. En el terreno nacional, se programó en la sección Esbilla del Festival de Gijón de 2023. La película explora los retos personales y académicos a los que se enfrentan las mujeres en la ciencia y ofrece una reflexión sobre la búsqueda de la identidad, la resiliencia y la capacidad de reinventarse ante el fracaso. Estrenada en salas de cine españolas el 13 de septiembre de 2024.



El teorema de Marguerite

Crítica de 'El teorema de Marguerite'

Ficha Técnica

Título: El teorema de Marguerite
Título original: Le Théorème de Marguerite

Reparto:
Ella Rumpf (Marguerite Hoffmann)
Jean-Pierre Darroussin (Laurent Werner)
Clotilde Courau (Suzanne)
Julien Frison (Lucas Savelli)
Sonia Bonny (Noa)
Xiaoxing Cheng (M. Kong)
Idir Azougli (Yanis)
Camile de Sablet (La formatrice)
Karl Ruben Noel (La bailarina)
Ava Baya (La novia de la bailarina)
Gautier Boxebeld (El gerente)
Esdras Registe (El colega)
Leïla Muse (El periodista)

Año: 2023
Duración: 112 min.
País: Francia
Director: Anne Novion
Guion: Anne Novion, Mathieu Robin, Marie-Stéphane Imbert, Agnès Feuvre, Philippe Paumier, Sara Wikler
Fotografía: Jacques Girault
Música: Pascal Bideau
Género: Drama. Intriga
Distribuidor: Adso Films

Filmaffinity

IMDB

Tráiler de 'El teorema de Marguerite'

Sinopsis

Marguerite es una brillante estudiante de matemáticas de la prestigiosa Escuela Superior de Lyon. Siendo la única mujer de su promoción, todo parece ir perfectamente mientras prepara la exposición de su tesis. En el día clave, un pequeño error pone su situación al borde del abismo. Marguerite entonces decide hacer borrón y cuenta nueva, y empezar de cero. (Adso Films)

Dónde se puede ver la película en streaming



Un colapso académico y un viaje a ninguna parte

Marguerite es como ese problema de matemáticas que nadie quiere resolver, brillante, compleja y con un final que nadie entiende.

El teorema de Marguerite arranca con su mente al borde del colapso, defendiendo una tesis que parece más un juicio final que un examen. Pero cuando todo se derrumba y su mentor académico la abandona, la promesa de redención se desvanece.

Huyendo de todo, da un giro hacia lo desconocido que la película narra con la emoción de un libro de texto, el guion plantea preguntas fascinantes, ¿qué hay tras la obsesión por el éxito? ¿Cómo se reconstruye una identidad hecha trizas? Pero las respuestas se pierden en un limbo narrativo, como si la directora hubiera olvidado dirigir el tercer acto.

El teorema de Marguerite

Sobriedad que roza la frialdad

Anne Novion dirige como si la cámara estuviera congelada en un laboratorio de ciencias, los planos son estáticos, es minimalismo que raya en lo anestesiado, sí, refleja el aislamiento de Marguerite, pero también convierte al espectador en un testigo distante, como mirando una pecera desde otro planeta.

Hay momentos que piden un acercamiento a la angustia y algún primer plano, pero Novion prefiere un plano general y otro y otro y por si acaso otro más. Este estilo para ciertos momentos es el adecuado pero la cinta carece de dinamismo emocional, dificultando la conexión del espectador con la protagonista.

Jean-Pierre Darroussin

Una actriz en busca de un personaje

Ella Rumpf hace lo que puede interpretando a Marguerite, camina por pantalla con la mirada de quien carga una mochila llena de piedras, susurra diálogos como si temiera despertar al guion, es como ver a una pianista talentosa tocando en un piano desafinado, hay técnica, pero la melodía no llega.

Los secundarios son figurantes de lujo, el mentor académico parece un NPC de videojuego, aparece, da un discurso, desaparece, y los personajes del "mundo real" que Marguerite explora tienen menos profundidad que un meme de Twitter.

El teorema de Marguerite película

Un laboratorio de emociones

La banda sonora de El teorema de Marguerite es tan discreta que parece compuesta por el sonido de un lápiz escribiendo en un cuaderno vacío. El montaje es pausado, sí, pero no contemplativo, es como si alguien hubiera puesto la película en cámara lenta y se hubiera ido a tomar algo.

Los diálogos suenan interesantes en teoría, pero imposibles de conectar, hasta los escenarios, aulas grises, cafeterías anónimas, parecen diseñados para un simulador de tristeza e incertidumbre.

Ella Rumpf

Conclusión de El teorema de Marguerite

El teorema de Marguerite plantea temas profundos sobre la autoexigencia y la identidad fuera del ámbito académico, pero que se queda a medio camino en su exploración.

Su ritmo pausado, su tono distante y la falta de desarrollo emocional hacen que la película pierda impacto, dejando más preguntas que respuestas.

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