El timador de Tinder (en inglés The Tinder Swindler) es un documental de una hora y veinte minutos producida y estrenada en la plataforma Netflix el 2 de febrero de 2022. Su directora es Felicity Morris, quien debuta en el rol de la dirección con esta pieza del género True crime. Morris trabaja en la industria como productora y su anterior proyecto fue también la exitoso docu-serie Don't F**k with cats, que se encuentra también en Netflix. Por tanto, Morris aprovecha el género para traer a la opinión pública temas controvertidos que conviene analizarlos en esta crítica.
Crítica de 'El timador de Tinder'
Resumen
Ficha Técnica
Título: El timador de Tinder
Título original: The Tinder Swindler
Reparto:
Kristoffer Kumar
Cecilie Fjellhøy
Pernilla Sjöholm
Ayleen Charlotte
Erlend Ofte Arntsen
Natalie Remøe Hansen
Año: 2022
Duración: 114 min.
País: Reino Unido
Director: Felicity Morris
Guion: Felicity Morris
Fotografía: Edgar Dubrovskiy
Música: Jessica Jones
Género: Documental
Distribuidor: Netflix
Sinopsis
Este no, este no, este tampoco... No es fácil encontrar el amor online. Por eso, cuando Cecilie da con un guapo playboy multimillonario que resulta ser el hombre de sus sueños no se lo puede creer. Pero los sueños no son reales y, para cuando descubre que ese ejecutivo internacional no es quien dice ser, ya es demasiado tarde: se lo ha robado todo. Sin embargo, donde acaba el cuento de hadas empieza un thriller de venganza. Cecilie descubre a sus otras presas y todas deciden que no volverán a ser víctimas: El timador de Tinder da con la horma de su zapato. Este fascinante documental, de los productores de El impostor y A los gatos, ni tocarlos: Un asesino en Internet, cuenta cómo destaparon su verdadera identidad y lucharon por llevarlo ante la justicia. (Netflix España)
Dónde se puede ver el documental
La estructura del documental
El timador de Tinder es la ópera prima de Felicity Morris, quien supo cuidar la forma y la estructura del documental. Morris se basa en la primicia inicial de las aplicaciones de cita (encontrar el amor) para presentar las historias de Cecilie Fjellhøy, Pernilla Sjoholm, Ayleen Charlotte y Simon Leive, quienes son los personajes principales del documental.
Felicity Morris usa esta narrativa como un MacGuffin para el espectador. Esto es la primera fortaleza. Lo que pareciera una historia romántica de cuento de hadas, es en realidad el relato de estafa que salió a relucir en el 2019. Para apoyarse en esta narrativa, la estructura está compuesta por entrevistas a las tres mujeres, así como a los periodistas y fotógrafo Erlend Ofte Arntsen, Natalie Remøe Hansen y Kristoffer Kumar. Además, cuenta con la recreación de los encuentros de las mujeres con Leive; las imágenes de las redes sociales, documentos y videos que sirven como evidencia y corroboración de la historia.
También incorpora las escenas de las películas The Yellow Rolls-Royce y Glentleman prefers blondes. No es casual el uso de estas dos películas y la frase de una de ellas en El timador de Tinder, pues giran en torno al dinero.
En cuanto a la fotografía, el documental lo torna más oscura o más brillante conforme a la historia. El espectador podrá apreciar que los planos con una iluminación más oscura se asocia a los encuentros de las mujeres con Simon Leive; en cambio, es más brillante cuando sale a relucir la verdad. Esta estética funciona para resaltar los diversos temas y la intención de la directora.
El timador de Tinder: la narrativa
El timador de Tinder se guia por el romance mencionado, por medio de la narración de Cecilie Fjellhøy, quien es la primera víctima que da su testimonio. Ella es la que abre y cierra el documental con la premisa del amor. Aquí está el MacGuffin y el engaño para el espectador.
Si el espectador se deja llevar por el MacGuffin, puede pensar que El timador de Tinder es sobre engaños amorosos mediante aplicaciones de cita. Sin embargo, a medida que avanza la historia (con las perspectivas de Pernilla, Ayleen y los periodistas noruegos), el tono romántico se tona más sombrío.
El timador de Tinder saca a relucir la ilusión del amor por detrás de las imágenes que se muestran en Tinder. También resalta la fantasía de muchas mujeres por el príncipe azul. Morris denuncia con mucha fuerza el espejismo del dinero, que la seducción y el romance vienen realmente por la manipulación emocional para sacar provecho del otro. Esta es la tercera fortaleza del documental.
Cecilie, al inicio de El timador de Tinder, indica que es una experta en esta aplicación. Habla de los tipos de imágenes que hay que subir a la red, cuál es la que invita a una relación estable, cuál es la que alude al sexo casual. Sin embargo, (y como paradoja del destino) es la primera estafada gracias a las imágenes que colocaba Leive.
Leive, muy astutamente, también conoce cuáles son las imágenes que se debe subir para captar la atención. Él sabe que las imágenes del lujo venden. Es un narcisista y los narcisistas se venden a sí mismos. En unas escenas sencillas, la directora manifiesta el peligro de las imágenes en las redes sociales y de cómo sus usuarios se dejan llevar por ellas.
El periodismo en El timador de Tinder
La cuarta fortaleza es la importancia y el rol del periodismo ante la impunidad, y la denuncia desvalorizada por los cuerpos policiales. Felicity Morris pone a los periodistas noruegos como los verdaderos protagonistas por detrás de esta historia de estafa. Son ellos que con su trabajo minucioso de investigación y el contacto respetuoso con las víctimas (e incluso el acompañamiento), logran revelar al público la noticia y poner en jaque mate la estrategia manipulativa de Leive.
La impunidad como norma
Una de las debilidades de El timador de Tinder es la falta de respuesta, en especial en torno a Simon Leive, quien es el villano de la historia. Una vez que visiona el documental, el espectador no sabe por qué no es juzgado en Europa, por qué anda libre en Israel si ahí también cometió delitos con otra identidad. Leive estuvo 5 meses detenido por falsificación de documentos, y salió antes del tiempo estimado por buena conducta.
Para el espectador, hay una sensación de impunidad que no se resuelve ni con la resilencia de las mujeres o la venganza de Ayleen con el guardarropa de Leive. Y acá está la intención de la directora: exponer el nivel de impunidad que existe en el sistema judicial (de cualquier país) ante este tipo de delitos.
Para la abogada Carlys Durán, este y casos similares se hace difícil procesar por el uso de la carga probatoria debido al afecto como recurso para estafar. Leive manipuló afectivamente para que les cediera voluntariamente el dinero. Las evidencias presentadas en el documental son digitales y no sustentan el caso más allá del elemento afectivo. Esto genera un vacío legal y deriva en impunidad.
Las víctimas de estas estafas están desprotegidas y vulnerables. Su indefensión es tal que solo vieron una posibilidad de ayuda por medio de la prensa, para exponer a Leive a nivel público, como si esto fuese (al menos) una justicia simbólica. Lo mismo está sucediendo en España, en este momento, con el caso de Albert Cavallé.
La falta de respuesta que siente el espectador se debe al punto de vista tomado por la directora: la narrativa romántica. Quizás si se cambia el punto de vista al de los periodistas, resolvería estas inseguridades. Se abriría al testimonio de otras víctimas y explicarían estos detalles jurídicos. Quizás Netflix tome esta idea para la película que prepara sobre este caso, que está en fase de preproducción.
Conclusión de 'El timador de Tinder'
El timador de Tinder es muy semejante a programas como Catfish, Inventing Anna (exhibido por Netflix) o Fake Famous (HBO).
La opinión del espectador no puede ser condenatoria, de nuevo. El ejemplo que deja El timador de Tinder sirve para cuidarnos de los estafadores emocionales, que son muy peligrosos por su poder de persuasión. Nadie está libre de ellos. Es apropiado conversar con la familia y los amigos. Repito: cuidarnos los unos a los otros puede ser la mejor forma de evitar estas situaciones.
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