Enemigos, potente historia de superación personal dirigida por David Valero y producida por Amazon MGM Studios y Atípica Films. Protagonizada por los jóvenes Christian Checa (En los márgenes, Un largo viaje) y Hugo Welzel (El hijo zurdo, La chica de nieve) que aquí interpretan a Chimo y El Rubio, respectivamente. Estreno el 9 de mayo de 2025 en salas de cine españolas.
Crítica de 'Enemigos'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Enemigos
Título original: Enemigos
Reparto:
Christian Checa (Chimo)
Hugo Welzel (Rubio)
Estefanía de los Santos (Carmen)
Luna Pamiés (Lola)
José Manuel Poga (Tigre)
José María Peinado (Abuelo)
Sara Vidorreta (Raquel)
Año: 2025
Duración: 103 min.
País: España
Director: David Valero
Guion: David Valero, Alfonso Amador
Fotografía: Alberto Pareja
Música: Steve Lean, Remate, Bnet
Género: Drama. Adolescencia
Distribuidor: Vértice Cine
Tráiler de 'Enemigos'
Sinopsis
"¿Qué harías por tu peor enemigo?" Chimo (Christian Checa) y Rubio (Hugo Welzel) son dos adolescentes de barrio, víctima y verdugo, acosado y acosador, cuyas vidas están marcadas por la enemistad y el resentimiento. Un día, Chimo ve la oportunidad de vengarse y poner fin a años de sufrimiento. Sin embargo, lo que no sabe es que el destino tiene un giro inesperado reservado para ambos. (Vértice Cine)
Dónde se puede ver la película en streaming
Laberinto sin salida
Chimo y El Rubio no son enemigos, son espejos rotos, uno, víctima de burlas y puños; otro, verdugo con sonrisa de hielo. David Valero no nos cuenta una historia de redención, sino de cómo el rencor puede convertirse en una droga, Chimo, con la cara marcada por cicatrices invisibles, planea su revancha en un barrio que parece diseñado para ahogar sueños, pero aquí no hay héroes ni villanos, solo adolescentes que confunden el orgullo con la supervivencia.
Enemigos avanza como un puñetazo lento, cada escena construye una tensión que no estalla, sino que se pudre, el guion juega con un dilema incómodo, ¿qué duele más, el golpe o la humillación de admitir que duele? Valero no da respuestas, pero deja que la cámara siga a Chimo como un perro callejero, olfateando su propia destrucción.
Neo cine quinqui
David Valero dirige con las botas manchadas de tierra y asfalto, sus planos huelen a tabaco barato y cerveza caliente. La influencia del cine quinqui está ahí, en la crudeza de las peleas, en la música que suena desde coches tuneados, pero sin nostalgia, esto no es un homenaje, sino un golpe bajo al presente.
La cámara, ágil pero nunca frenética, se cuela entre callejones como un vecino cotilla, en la secuencia cumbre, Valero usa planos cortos que no enseñan, sino que insinúan, sabemos que algo sangra, pero no vemos la herida, es el mismo juego sucio que hace el barrio, mostrar solo lo necesario para mantener el mito.
Rabia adolescente
Christian Checa, como Chimo, tiene la mirada de quien ha aprendido a morder antes de ladrar, no llora, no grita, se desangra en gestos mínimos, una mano que se cierra al escuchar un apodo, una risa que se atraganta cuando alguien menciona a su madre, es una actuación que duele por lo contenida que llega a ser.
Hugo Wetzel como El Rubio, evita el cliché del matón, su personaje no es un monstruo, sino un niño que creció demasiado rápido en un mundo donde la dureza es moneda corriente. En sus escenas no vemos arrepentimiento, sino miedo, miedo a dejar de ser el más fuerte en un mundo que le obliga a serlo.
Barrios que hablan
Alberto Pareja, el director de fotografía, pinta con una paleta de grises sucios y azules eléctricos que hacen que hasta el sol parezca hostil, las sombras en los pasillos de bloques de pisos son tan densas que podrías cortarlas con navaja.
La banda sonora de Enemigos, mezcla beats urbanos con sintetizadores que chirrían como motores averiados, no hay melodías para tararear, solo ritmos que aceleran el pulso, y el montaje juega al despiste, flashbacks que aparecen como spoilers de un futuro que nadie quiere ver.
Conclusión de 'Enemigos'
Enemigos destaca por su mirada honesta al conflicto adolescente y la violencia de barrio, apoyada en un estilo narrativo sólido y actuaciones potentes. Aunque no reinventa el cine quinqui, renueva el género con sensibilidad contemporánea y construcción de personajes creíbles, proponiendo una fábula moral que resuena más allá de sus calles.
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