Estrenada en Netflix, Escena del crimen: Desaparición en el Hotel Cecil recopila todos los datos, teorías, hechos y misterios que surgieron alrededor de la desaparición de Elisa Lam. Y es que el caso de esta joven removió los cimientos de lo conocido gracias al poder de internet.
Elisa Lam fue vista por última vez en un vídeo de seguridad del siniestro hotel en el que se alojaba en el centro de Los Ángeles: el Hotel Cecil. El extraño comportamiento de la joven y la historia del lugar dieron pie a un movimiento en las redes en el que cientos de personas se obsesionaron por resolver el misterio. Desde el 10 de febrero en Netflix.
Crítica de 'Escena del crimen'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Escena del crimen: Desaparición en el Hotel Cecil
Título original: Crime Scene: The Vanishing at the Cecil Hotel
Reparto:
Viveca Chow (Elisa Lam recreación)
Judy Ho (Neuropsicólogo clínico y forense)
Artemis Snow (Elisa Lam)
Año: 2021
Duración: 50 min.
País: Estados Unidos
Director: Joe Berlinger
Guion: Joe Berlinger
Fotografía: Jeff Hutchens
Música:
Género: Documental
Distribuidor: Netflix
Tráiler de 'Escena del crimen'
Sinopsis de 'Escena del crimen'
El célebre hotel Cecil cae en la infamia cuando desaparece su huésped Elisa Lam. Con el creador de Las cintas de Ted Bundy, explora los aspectos más oscuros del crimen.
Dónde se puede ver el documental
El vídeo detonante
Es muy probable que, desde la desaparición de Elisa Lam en 2013 te hayas cruzado alguna vez con sus últimas imágenes con vida. Se trata de un vídeo de cuatro minutos en el que una joven muestra un comportamiento muy extraño dentro de un ascensor. Está en el Hotel Cecil, un lugar de encuentro y alojamiento para personas con pocos recursos en una de las zonas más peligrosas de Norteamérica.
Durante mucho tiempo este vídeo circuló por la red debido a la curiosidad que provocó en muchos que, por suerte o por desgracia, decidieron convertirse en algo parecido a un detective. Y aquí es donde palidece esta serie documental. No muestra de un modo objetivo todas las teorías surgidas, sino que se regodea en ellas cual prensa amarilla en un intento por querer abarcarlo todo.
El caos de los hechos
En Escena del crimen: Desaparición en el Hotel Cecil estamos ante una exposición de hechos a menudo desordenados cronológicamente en los que el espectador se pierde buscando el sentido a la investigación oficial. Ese caos es intencionado con la única finalidad de crear intriga, puesto que es casi engañoso darle cientos de vueltas a detalles que más adelante nos resuelven del modo más simple posible.
El intento por mostrar una investigación como si la viviéramos in situ cuando en realidad ya ha obtenido las respuestas lógicas que intentan esquivar en los dos primeros episodios, crea una sensación de estafa. Si a esto unimos el intento descarado de limpiar la imagen de los responsables del Hotel Cecil, el resultado es una serie documental con aires periodísticos ejecutada desde el morbo barato en el que es fácil caer en la red.
Despistando al espectador
Para el espectador resultará difícil a menudo ordenar en su cabeza los conceptos que rodean no solo a Elisa Lam, sino al propio Hotel Cecil. Utilizar un cuentagotas en una trama solo es útil si se sabe contar las gotas y si se tiene claro el orden en el que las mostraremos. Curiosamente, es cuando se explica la historia del Cecil cuando la narración se alza hasta su máximo punto de interés, pese a que no era lo que veníamos buscando. Un pasado que abarca no solo docenas de sucesos propios de la crónica negra más aterradora, también rodea con cuidado la mala gestión de la ciudad de Los Ángeles respecto a este lugar y su finalidad.
Y es que venimos en busca de una historia turbia, siniestra y misteriosa. Pero nos encontramos con algo muchísimo más sencillo de lo que nos quieren vender. Algo que acabó, tras un paseo por internet, en una recopilación de conspiraciones paranoicas. Es interesante por el modo en el que se desarrollaron los acontecimientos alrededor de Elisa Lam y su desaparición, dignos de un estudio sobre el impacto de la red en la sociedad y sus consecuencias. Más allá de ello, solo giraremos a modo de peonza una y otra vez sin saber que nos están dirigiendo sin sentido.
El peligro en la red
Emponzoñado por oportunistas que se lucraron con las visualizaciones de su investigación personal, se tapa con ello lo verdaderamente intrigante. ¿Por qué no justifican el torpe trabajo de los verdaderos investigadores? ¿Es todo este envoltorio morboso un intento por hacernos mirar hacia otro lado? Sin embargo, resulta interesante que un misterio como este mueva a nivel internacional a cientos de personas que rozan la obsesión con el caso.
Las ideas locas que nos quieren mostrar a menudo nos arrancan una risa propia de la vergüenza ajena. Conspiraciones, armas químicas humanas, espíritus de fallecidos en el hotel, empleados asesinos… De repente acabamos en un entramado en el que grandes instituciones estarían implicadas en la desaparición de una joven claramente trastornada. ¿Cómo hemos llegado hasta aquí?
¿Y si…?
Jugando con la elipsis al más puro estilo de un deus ex machina tras otro, el mareo aumenta considerablemente en el segundo tercio. Lo curioso es que, pese a todo, seguimos siendo un espectador atento. Y es que Escena del crimen: Desaparición en el Hotel Cecil juega esta baza con inteligencia. La baza del “¿Y si…?”. El espectador se pregunta si existe algo más allá de lo conocido, ya sea paranormal o sobre las teorías relacionadas con las grandes élites mundiales. Capítulo tras capítulo siempre surgen nuevos “¿Y si…?” con los que nos mantienen atentos. Y eso es todo un logro digno de ser reconocido.
Conclusión de 'Escena del crimen'
Si tropezaste con el vídeo de Elisa Lam seguro que quedaste intrigado por su comportamiento, lo que parecía que la rodeaba y lo que quizás le ocurrió. Aficionado o no a lo paranormal, desde el inicio este vídeo se “vendió” por la red como algo relacionado con este tipo de temas. Escena del crimen: Desaparición en el Hotel Cecil aclarará las dudas que pudieran surgir viendo aquel vídeo. Muestra los detalles que rodearon aquel suceso que nos dejó en jaque cuatro minutos. Aunque (al menos la gran mayoría) seguimos con nuestras vidas como si tal cosa.
Cuatro episodios de aproximadamente una hora de duración que abarcan cada mínimo detalle relacionado con el caso. Interesante, pero pretende engañar por lo que, dependiendo del nivel de morbosidad, funcionará mejor o peor. Eso sí, nos deja con unas ganas tremendas de una serie documental centrada en la historia del propio Hotel Cecil.
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