Frontera, thriller histórico dirigido por Judith Colell, que nos cuenta las aventuras de un grupo de personas que, a pesar de las amenazas, se arriesgan a saltarse las normas para ayudar a los refugiados que escapaban de la represión nazi. La película se estrenó en la Seminci 2025, dentro de la Sección Oficial fuera competición y en las Galas de TVE. Estreno el 12 de diciembre de 2025 en salas de cine españolas.
Crítica de 'Frontera'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Frontera
Título original: Frontera
Reparto:
Miki Esparbé (Manel)
Bruna Cusí (Juliana)
Asier Etxeandia (José Antonio)
Maria Rodríguez Soto (Mercè)
Jordi Sánchez (Ovidi)
Kevin Janssens (Jérôme)
Joren Seldeslachts (Rudolf)
Maria Molins (Flors Sabaté)
Lauren Müller (Saskia)
Anna Franziska Jaeger (Judit)
Kasia Kapcia (Esther)
Pepa López (Neus)
Tian Tosas (Quimet)
Año: 2025
Duración: 101 min.
País: España
Director: Judith Colell
Guion: Miguel Ibáñez Monroy, Gerard Giménez
Fotografía: Andreu Adam Rubiralta
Música: Liesa Van der Aa
Género: Drama. Thriller
Distribuidor: Filmax
Tráiler de 'Frontera'
Sinopsis
1943. Franco ha bloqueado el paso de refugiados que huyen de la represión nazi por Los Pirineos. En la aduana de un pueblo fronterizo, Manel Grau, un funcionario con pasado republicano, decide contravenir las órdenes ayudado por Juliana, una vecina del pueblo, y Jerôme, un pasador francés. Entre todos inician una cruzada para ayudar a huir de la guerra a tanta gente como sea posible. Es entonces cuando Manel se verá atrapado en una peligrosa odisea que despertará en él y en su mujer Mercè viejos fantasmas de la todavía reciente guerra civil española. (Filmax)
Dónde se puede ver la película en streaming
Entre montañas
Frontera nos sitúa en 1943, en una España aún marcada por las heridas abiertas de la Guerra Civil y por la rígida sombra del régimen franquista. La historia pretende equilibrar thriller, drama y memoria histórica, pero aunque cuenta con una base emocional potente, la ejecución rara vez consigue que esa tensión se convierta en auténtico vértigo cinematográfico. Lo que debería ser una odisea opresiva y asfixiante entre montañas y secretos se queda en algo más bien ilustrativo, correcto, pero no del todo vibrante.
Directrices y sombras
Judith Colell apuesta por una puesta en escena sobria, centrada en el peso moral de los personajes más que en la espectacularidad. Su mirada, más incisiva en otros trabajos, aquí se percibe contenida, como si el propio respeto hacia el tema le impidiera arriesgar del todo. Los ritmos son pausados, a veces demasiado, y el desequilibrio tonal se hace notar. El suspense aparece en ráfagas, la emoción en pinceladas, y la épica moral que reclama la historia nunca termina de cristalizar.
Colell dirige con honestidad, eso es indiscutible, pero la narrativa pide una intensidad que pocas veces se alcanza, aun así, hay escenas resueltas con delicadeza que revelan el talento de la directora para el microdrama, aunque el relato histórico la devora un poco más de la cuenta.
Voces vigiladas
El reparto realiza un trabajo digno y coherente con el tono general del filme. Miki Esparbé, que encarna a Manel, transmite esa mezcla de culpa, prudencia y necesidad de redención que sostiene el núcleo emocional de la historia, aunque a veces la contención interpretativa termina volviéndose un lastre. Bruna Cusí aporta el contrapunto necesario, energía, empatía, determinación, es quizá el personaje más vivo y el que mejor funciona tanto en escritura como en presencia.
Kevin Janssens aporta carisma y dinamismo a un relato que lo necesita urgentemente, mientras que Maria Rodríguez Soto da pie a las escenas más intimistas, aunque su arco queda algo relegado, como una pieza secundaria que podría haber dado más si la película hubiese querido adentrarse más en su dolor.
Frío y silencio
La fotografía captura bien el clima áspero de los Pirineos y la sensación de aislamiento que define a los personajes. La luz, apagada y casi monocroma, refuerza la idea de una España encerrada en sí misma, congelada moral y políticamente. La recreación histórica es correcta, sin grandes alardes, pero sí con coherencia, vestuario, decorados y atmósferas transmiten verosimilitud.
Donde la técnica pierde fuerza es en el montaje, que no logra imprimir a la trama el ritmo que requeriría un thriller fronterizo. En varios tramos se siente una falta de pulso que le quita impacto emocional.

Conclusión de 'Frontera'
Frontera es una película con buenas intenciones, honorable en su mensaje y cuidada en su ambientación, pero que no consigue transformar su historia en un relato realmente vibrante. Su punto de partida es potente, su contexto histórico apasionante, pero la ejecución resulta demasiado contenida, demasiado fría para lo que la trama pedía.
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