Frutos del viento (Golpe de suerte) es un drama con tintes de thriller, dirigido por Charlie Mcdowell ("The discovery", "The one I love"). La cinta que se rodó durante la pandemia, en un único escenario, cuenta con el guion de Justin Lader y Andrew Kevin Walker. Un guion en el que habitan únicamente cuatro personajes. Por un lado, tenemos al ladrón que se cuela en la espectacular finca. Y por otro, el matrimonio que se verá secuestrado en su propia casa, con una aparición breve de un jardinero con poca fortuna.
La película está protagonizada por Lily Collins ("Emily in París"), Jesse Plemons ("El poder del perro") y Jason Segel ("Cómo conocí a vuestra madre"). Frutos del viento está disponible desde el 18 de marzo en Netflix.
Crítica de Frutos del viento (Golpe de suerte)
Resumen
Ficha Técnica
Título: Golpe de suerte
Título original: Frutos del viento / Windfall
Reparto:
Jason Segel (Nadie)
Lily Collins (Esposa)
Jesse Plemons (CEO)
Omar Leyva (Jardinero)
Año: 2022
Duración: 91 min.
País: Estados Unidos
Director: Charlie McDowell
Guion: Justin Lader, Charlie McDowell, Jason Segel, Andrew Kevin Walker. Historia: Justin Lader, Charlie McDowell, Jason Segel, Andrew Kevin Walke
Fotografía: Isiah Donté Lee
Música: Danny Bensi, Saunder Jurriaans
Género: Drama. Thriller
Distribuidor: Netflix
Tráiler de 'Frutos del viento (Golpe de suerte)'
Sinopsis
Este thriller hitchcockiano narra la historia de una pareja acomodada que, al llegar a su casa de veraneo, sorprende a alguien robando. (Netflix)
Dónde se puede ver la película
"Tú lo tienes todo y yo no tengo nada"
Un hombre sin identidad (Jason Segel) deambula por una espectacular finca, ajeno a todo y todos. Ese es el inicio de Frutos del viento (Golpe de suerte), cinta que se servirá de ese único entorno para ir desgranando una historia de asalto al hogar. El hombre hurga en cajones, se come una naranja, se sienta en una de las tumbonas e incluso mea en una moderna ducha. Todo muy tranquilo e incluso ridículo, hasta que de repente el matrimonio dueño de la casa aparece. Nuestro protagonista intenta escapar, pero la mujer (Lily Collins) le ve y el ladrón no tiene más remedio que iniciar un secuestro.
Un secuestro muy particular, que van a sufrir la mujer y su marido, un CEO muy adinerado (Jesse Plemons). Sin embargo, desde el inicio veremos que este allanamiento dista mucho de atemorizar a sus víctimas. Ya que en ningún momento el matrimonio demuestra estar sufriendo una experiencia traumática. Quizás porque el ladrón tampoco muestra grandes dotes para la delincuencia. Algo que poco a poco va envalentonando más y más al marido, siempre con una actitud arrogante. Incapaz de imaginar que su vida puede correr peligro, como si sus millones le sirviesen de chaleco antibalas.
Siendo Frutos del viento una cinta que intenta tocar muchos palos, empezando por el de la crítica social. A través de ese CEO que es obscenamente rico, gracias a la creación de un algoritmo que perjudica directamente a los trabajadores. Un tipo orgulloso que parece estar al margen del bien y el mal. Lo que hace muy difícil empatizar con él, en teoría la víctima, planteándonos un dilema moral. ¿Quiénes son aquí los malos? ¿El tipo que les tiene cautivos en su casa o el rico sin escrúpulos? Porque el CEO no muestra corazón en ningún momento, ni siquiera con su mujer. Una joven, antigua secretaria que, por cierto, acabará siendo protagonista en el espeluznante final.
En unas dinámicas entre personajes muy peculiares, revestidas de mucha ironía e incluso surrealismo. Con un ladrón muy patán que parece actuar sobre la marcha y sin ningún tipo de plan. Un tipo del que no conocemos apenas nada y que le servirá al director para afrontar otro interesante tema. Concretamente el asunto de la pobreza y los prejuicios que muchas veces se vierten hacia aquellos que necesitan ayuda para salir adelante. En lo que parece una crítica a la figura prototípica del "hombre hecho a sí mismo". Todo dentro de un tono y una ambientación propia del thriller. Eso sí, un thriller muy reposado y falto de alguna secuencia más trepidante.
Empieza bien y se va desinflando hasta su estallido final
De hecho podría decirse que Frutos del viento se inicia de forma brillante y atractiva. Con unas secuencias que despiertan el interés en el espectador, para poco a poco caer en la rutina. Siempre con una banda sonora muy acertada, que actúa de contrapunto y rezuma clasicismo. Hasta un final inesperado, al menos para quién escribe, que parece dar rienda suelta a todo lo previamente contenido. Obviamente no debe ser nada fácil mantener el interés de una cinta, contando exclusivamente con un espacio. En este caso una finca espectacular, provista de todas las comodidades, incluido un extenso campo de naranjas.
No obstante, parece que el director peca de pretencioso, queriendo destacar por original y rompedor. Careciendo a la larga, de elementos que mantengan al espectador totalmente atrapado con la historia. Aunque hay que destacar a sus tres intérpretes, alejados de lo que acostumbran a hacer. Especialmente un Jason Segel que se aleja un poco de la comedia más pura y una Lily Collins contenida en un personaje más maduro. Aunque quizás los momentos más destacables están protagonizados por Jesse Plemons, más acostumbrado a este tipo de personajes más oscuros.
Conclusión 'Frutos del viento (Golpe de suerte)'
De modo que Frutos del viento (Golpe de suerte) es una película que trata de forma peculiar el tema de la riqueza y la falta de escrúpulos de quienes la ostentan. Cuestionando la figura del hombre hecho a sí mismo y de aquellos que desprecian la pobreza. Dejando claro que para que unos lo tengan todo, otros tienen que subsistir sin apenas nada. Todo mediante un nada común asalto y secuestro de un matrimonio en su finca de ensueño. Por parte de un ladrón circunstancial que se ve superado por la situación.
Protagonizada con oficio por Jesse Plemons, Jason Segel y Lily Collins Frutos del viento se inicia con gracia, pero en su nudo se desvanece. Requiriendo una atención paciente por parte del espectador, hasta un final perturbador. Aunque en rasgos generales resulta una propuesta curiosa, olvidable, pero capaz de generar un debate posterior.
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que película tan lenta predecible