Guilt es una serie de televisión dirigida por Robert McKillop que se estrenará el 19 de abril en la plataforma de Filmin. Cuenta con dos temporadas de cuatro capítulos cada una que recorren un Edimburgo marcado por la criminalidad, la culpa, los efectos del pasado, la corrupción, la venganza y, sobre todo, mucho humor negro.
Crítica de 'Guilt'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Guilt
Título original: Guilt
Reparto:
Mark Bonnar (Max McCall)
Ruth Bradley (Angie Curtis)
Jamie Sives (Jake McCall)
Ellie Haddington (Sheila Gemmell)
Moyo Akandé (Tina Hicks)
Sian Brooke (Claire McCall)
Emun Elliott (Kenny Burns)
Michael Nardone (Henry McKinnon)
Henry Pettigrew (Stevie Malone)
Gregor Firth (Archie)
Noof Ousellam (Cameron Lovat)
Bill Paterson (Roy Lynch)
Tom Urie (Gordie Gemmell)
Anneika Rose (DC Nicola Bowman)
Kirsty Strain (Annie)
Jenny Ryan (Inspectora Elaine Hill)
Año: 2019
Duración: 57 min.
País: Reino Unido
Director: Robert McKillop
Guion: Neil Forsyth
Fotografía: Nanu Segal
Música: Arthur Sharpe
Género: Comedia. Thriller
Distribuidor: Filmin
Tráiler de 'Guilt'
Sinopsis
La primera serie original de BBC Escocia ha sido un pelotazo de crítica, audiencia y premios en Reino Unido. Una divertida comedia negra sobre dos hermanos que cometen un homicidio involuntario y se complican la vida de muy mala manera.
De regreso de una boda, los hermanos Max y Jake atropellan a un anciano en las calles de Edinburgo y deciden ocultar el cadáver. A medida que avanza la historia las dificultades se intensifican mientras irrumpen nuevos personajes, con la culpa como emoción central. (Filmin)
Dónde se puede ver la serie en streaming
Género y estilo
Guilt se clasifica como una serie que aúna tanto el género de comedia como el de thriller. La comedia, en especial el uso del humor negro, consigue diferenciarla de otras obras similares y relajar la tensión del suspense. Consigue funcionar, en este sentido, notablemente en sus dos temporadas. Es en la primera temporada donde más recuerda a ese estilo que caracterizaba a Fargo, ese tono de absurda comedia con un crimen como contexto. En la segunda temporada, sin dejar de lado estas referencias, parece apostar más por el thriller. De esta manera, teje una historia enmarañada que encuentra en la venganza la motivación de cada personaje.
Referente al estilo de dirección, destaca el dinamismo de cada plano. Esta hace imposible el aburrimiento del espectador y transmite a la perfección los continuos bandazos de la trama a los que se ven sometidos los personajes. En este aspecto puede recordar en el visionado al estilo de Guy Ritchie.
Personajes
Tanto en la primera como en la segunda temporada, sorprende la galería de personajes que se presentan en la serie Guilt. Más aún si se tiene en cuenta que cada temporada está constituida por tan solo cuatro capítulos. Si bien es cierto que no todos los personajes secundarios suponen el mismo peso para la trama, cada uno de ellos aporta una visión que hace más rica el universo de Guilt. Esta creación de un pequeño cosmos dentro de Edimburgo es uno de los puntos fuertes de la serie y lo que le permite, en el salto de una temporada a otra, dar más importancia a personajes secundarios y relegar a principales sin que la trama pierda en ningún momento su fuerza.
Pero si de alguien se debe hablar en este apartado, ese es Mark Bonnar. En la primera temporada destaca sobre su hermano en la ficción, apoderando el plano en cada aparición. Supone un acierto cargar sobre sus espaldas la mayor parte del peso de la segunda temporada, ya que Bonnar demuestra que soporta cualquier plano sin despeinarse. Aunque sus acciones y decisiones no lo acerquen en ningún momento a la categoría de héroe, se desea que aparezca en todo momento para acompañarlo en su periplo. Además, a cada paso que da, y cada capítulo que dejamos atrás, se entrevé con mayor claridad el pasado que dio origen a la psicología de este personaje.
Invención constante
Uno de los puntos en los que destaca Guilt es su guion. Recién comenzada la serie nos encontramos con el detonante de la futura trama, un desafortunado crimen. A partir de ese momento podríamos vislumbrar el camino trazado por muchas otras historias, marcadas por la previsibilidad. Y estaríamos en un error. Guilt se toma muy en serio eso de entretener al espectador y no permite que el ritmo decaiga, ya sea con la presentación de nuevos personajes, como el alcohólico investigador, o con los múltiples giros de tuerca del guion.
Sin embargo, esto puede llegar a ser un arma de doble filo llegado a cierto punto. La presentación de diversos personajes y la ampliación de posibles ramas secundarias tiene un doble efecto. Por una parte, enriquece este mundo ficticio y permite no dar tanta importancia a la historia principal. Esto hace que la segunda temporada, que deja de tener como contexto el crimen acontecido en la primera, fluya sin obstáculo alguno.
Sin embargo, al ir diluyendo la trama principal en pro de la creación de este universo, puede que el espectador espere un final más conclusivo respecto al crimen inicial. Además, después de tantos giros de guion, el espectador podría cansarse y no sentir la intensidad esperada en el final de la primera temporada.
Sería algo similar a lo que pasaba con la primera temporada de la serie de David Lynch. Esta dirige una pregunta que divide a los espectadores: ¿Qué importa quién asesinó a Laura Palmer mientras exista un Twin Peaks?
Conclusión de 'Guilt'
Guilt es una miniserie que destaca sobre otros productos similares y que recompensa el tiempo invertido en ella. Si se piensa que en total son algo menos de 8 horas, desaparecen las excusas para sentarse y disfrutar de una comedia criminal enrevesada que, sin llegar al nivel de sus referentes, supone un tanto que apuntar a favor de la televisión escocesa.
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