Si sabes qué significa la expresión “cada segundo cuenta” o “sí, chef”, no podéis perderos Hierve (Boiling Point, 2021), de Philip Barantini. Hierve se cocina a fuego rápido, en un plano secuencia sin cortes de 92 minutos que mantiene al espectador atrapado, sin poder apartar ni un segundo la vista de la pantalla (ni de los fogones). Tuvo su estreno en exclusiva en Filmin el 29 de diciembre de 2021.
Crítica de 'Hierve'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Hierve
Título original: Boiling Point
Reparto:
Taz Skylar (Billy)
Stephen Graham (Andy Jones)
Hannah Walters (Emily)
Vinette Robinson (Carly)
Izuka Hoyle (Camille)
Áine Rose Daly (Robyn)
Hannah Traylen (Holly)
Gary Lamont (Dean)
Año: 2021
Duración: 92 min.
País: Reino Unido
Director: Philip Barantini
Guion: Philip Barantini, James Cummings
Fotografía: Matthew Lewis
Música: Aaron May, David Ridley
Género: Thriller
Distribuidor: Filmin
Tráiler de 'Hierve'
Sinopsis
En la noche más concurrida del año en uno de los restaurantes de moda en Londres, el carismático jefe de cocina Andy Jones se pasea por el hilo de la navaja tratando de no sucumbir ante una crisis personal y profesional que podría destruir todo aquello por lo que ha trabajado. La inesperada visita de un inspector de sanidad y seguridad alimentaria aumenta la presión sobre el personal mientras no dejan de llegar más y más clientes. Andy abronca y engatusa a su equipo indistintamente, haciendo todo lo posible para disipar las tensiones entre la gerencia y los trabajadores, mientras atiende a las ridículas demandas de sus clientes. (Filmin)
Dónde se puede ver la película en streaming
Una experiencia gastronómica narrada a un ritmo frenético
En Navidad, en Londres, un restaurante de lujo, una noche de servicio con más de 100 comensales y un jefe de cocina en mitad de una crisis personal y laboral. Así comienza Hierve pero, el servicio debe continuar sobre todo esa noche en la que la presión no deja de aumentar; un inspector de sanidad, una crítica gastronómica, un equipo sin directrices claras, un aumento de sueldo que no llega, la falta de stock, una pedida de mano y varias mesas plagadas de comensales, influencers y familias hacen fila para colapsar el espacio y ocupar cada rincón de la pantalla.
No espereis grandes planos detalles de ingredientes ni de cuidadas presentaciones de platos, aquí la comida es “simple” y lo que realmente quiere transmitirnos Philip Barantini es la acción constante, sin freno.
Que se refleja perfectamente en la actuación de Stephen Graham, como Andy Jones, el jefe de cocina y copropietario del local. Mostrándonos como lo personal se refleja en lo laboral y como la falta de implicación en los problemas que atañen a su restaurante y su vida personal llevan a nuestro protagonista a encontrarse totalmente colapsado, agotado y perdido.
Hierve juega a mantener al espectador en una tensión continúa, logrando mantener una sensación de claustrofobia y estrés en cada segundo, en cada plano y en cada movimiento.
Una crítica a la perfección e hiperexigencia de la alta cocina
Mientras los clientes disfrutan de su cena, en bambalinas se cocina el desastre. Detrás de la perfección que esconde la restauración de lujo hay un alto nivel de exigencia y tensión que coloca a todo el equipo en un ambiente laboral en el que no hay cabida al error ni espacio para lo personal.
El equipo trabaja a destajo pese a que las presiones económicas, los problemas de salud mental, la xenofobia, las adicciones y el abuso laboral aderezan cada plato.
Cada personaje, con su crisis vital, intenta sacar adelante el servicio de manera ágil y positiva, mientras sus dramas internos se reflejan en sus elaboraciones, sus platos y hasta su forma de servir y atender a los clientes.
Las historias de estos personajes y sus arcos individuales se entrelazan de tal forma que el espectador experimenta una inmersión total, una sensación de disociación entre la realidad personal de cada uno y la hiperexigencia que se vive cada noche en el restaurante… Dejando en el aire una pregunta: ¿Hasta qué punto es sostenible este ritmo frenético y este ambiente caótico?
Conclusión de 'Hierve'
Hierve hace honor a su nombre y no por qué la trama se desarrolle entre fogones, sino porque la tensión es palpable en cada escena y las emociones están al borde de la ebullición en cada secuencia.
Encontramos una crítica a la opulencia, al lujo y a la perfección que exige la alta cocina. Emocionalmente arrolladora y fiel al drama psicológico y experimental, Hierve es una película que no baja el ritmo, narrando de forma cruda y auténtica los entresijos de la cocina de un restaurante de lujo.
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