La casa al final de la curva (Sharp Corner), película dirigida por Jason Buxton se estrenará el 6 de junio de 2025 en salas de cine españolas. Inquietante thriller que explora los límites de la obsesión y la paranoia. Tuvo su estreno mundial en la sección Special Screenings en el Festival Internacional de Cine de Toronto, participó en el Festival de Cine de Roma y ganó el premio a mejor película y mejor director en el Atlantic Film Festival.
Crítica de 'La casa al final de la curva (Sharp Corner)'
Resumen
Ficha Técnica
Título: La casa al final de la curva
Título original: Sharp Corner
Reparto:
Ben Foster (Josh McCall)
Cobie Smulders (Rachel Davis-McCall)
Gavin Drea (Erikson)
William Kosovic (Max McCall)
Alexandra Castillo (Tamara Jones-Reed)
Reid Price (Drew)
Julia Dyan (Melissa)
Jonathan Watton (Dr. Peter Murphy)
Bob Mann (Stephen)
Sam Vigneault (Espectador)
Andrew Shaver (Ben)
Dan Lett (David Chapman)
Wayne Burns (Tim)
Año: 2024
Duración: 110 min.
País: Canadá
Director: Jason Buxton
Guion: Jason Buxton. Historia: Russell Wangersky
Fotografía: Guy Godfree
Música: Stephen McKeon
Género: Thriller. Drama
Distribuidor: DeaPlaneta
Tráiler de 'La casa al final de la curva (Sharp Corner)'
Sinopsis
Josh (Ben Foster), un padre de familia, presencia un brutal accidente de tráfico en la curva cerrada frente a su casa. El hecho genera una gran conmoción en el hombre, que empieza a desarrollar una obsesión enfermiza por salvar las vidas de víctimas de accidentes automovilísticos. Una peligrosa obsesión que le llevará a sobrepasar límites insospechados, poniendo en riesgo, incluso, el bienestar de su mujer e hijo. (DeaPlaneta)
Dónde se puede ver la película en streaming
La curva hacia ninguna parte
Josh vive al lado de una curva maldita donde los coches vuelan como moscas, tras presenciar un accidente sangriento, su mente cruza la línea, de testigo a guardián autoproclamado. Instala cámaras, pinta señales con manos temblorosas y vigila la noche con café frío, lo fascinante no es su descenso a la locura, sino cómo arrastra a su familia al barro.
Su esposa trata de comprenderlo, pero también se siente cada vez más aislada de un marido que parece vivir más en el borde del asfalto que dentro de su hogar, el hijo, por su parte, oscila entre la admiración y el miedo. La tensión se acumula lentamente hasta alcanzar un clímax oscuro y emotivo.
Asfixiar sin manos
Jason Buxton construye su narrativa con una dirección sobria y precisa, apostando por un ritmo pausado que no teme detenerse en los silencios, en los gestos mínimos, en las miradas cargadas de preocupación. La atmósfera que consigue crear es claustrofóbica, pero no por el encierro físico, sino por el encierro emocional en el que viven los personajes. Buxton sabe que el verdadero horror no está en lo que ocurre fuera, sino dentro del protagonista.
La elección de planos cerrados y encuadres desde la distancia o detrás de obstáculos ayuda a reflejar la creciente desconexión entre Josh y su entorno. No hay efectismo en la puesta en escena, sino una búsqueda honesta del realismo emocional, que por momentos logra estremecer al espectador.
Una mente descompuesta
Ben Foster ofrece una interpretación sólida, aunque contenida, evitando los excesos melodramáticos. Su Josh es un hombre roto que intenta sostener una causa porque no sabe cómo sostenerse a sí mismo. La progresiva transformación de su personaje es creíble y matizada.
Cobie Smulders, como su esposa, aporta el contrapeso emocional necesario, encarnando a una mujer que lucha por no perder lo poco que queda de la normalidad familiar. Y el hijo, aunque con menos tiempo en pantalla, aporta una mirada inocente pero reveladora sobre el impacto de los comportamientos adultos en la infancia.
La carretera como personaje
La fotografía, de tonos apagados y luz natural, refuerza el carácter íntimo y sombrío del relato. El diseño sonoro juega un papel clave, especialmente en las escenas nocturnas donde el chirrido de los frenos, el crujido de la grava o el zumbido de la electricidad ayudan a construir la tensión. La música, discreta, aparece en los momentos justos para subrayar el dramatismo sin imponerlo.
Conclusión de 'La casa al final de la curva'
La casa al final de la curva (Sharp Corner) es una propuesta interesante, con una premisa potente y un enfoque serio. No es una película perfecta, por momentos se vuelve repetitiva y la resolución resulta algo predecible. Sin embargo, consigue dejar una impresión duradera sobre los efectos del trauma no tratado y la delgada línea entre la compasión y la obsesión.
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