La furia, el debut en el largometraje de ficción de Gemma Blasco, ha recibido 3 premios en el Festival de Málaga: Ángela Cervantes, mejor actriz (ex aequo), Álex Monner, mejor actor de reparto y mejor montaje (Didac Palou y Tomás López). Estrenada mundialmente en el Festival South by Southwest de Austin, inauguró el Festival D’A en Barcelona, y se estrena en salas de cine españolas el 28 de marzo de 2025.
Crítica de 'La furia'
Resumen
Ficha Técnica
Título: La furia
Título original: La furia
Reparto:
Àngela Cervantes (Alexandra)
Àlex Monner (Adrián)
Eli Iranzo (Elena)
Carla Linares (Julia)
Salim Daprincee (Samir)
Pau Escobar (David)
Ana Torrent (Directora Medea)
Año: 2025
Duración: 107 min.
País: España
Director: Gemma Blasco
Guion: Gemma Blasco, Eva Pauné
Fotografía: Neus Ollé
Música: Jona Hamann
Género: Drama
Distribuidor: Filmax
Tráiler de 'La furia'
Sinopsis
Alex, una joven actriz, es violada en una fiesta en Noche Vieja y no reconoce a su agresor. Cuando acude a su hermano Adrián en busca de abrigo y compresión, éste reacciona cuestionándola y presionándola.
Así, Alex se distancia de su hermano y de todo lo conocido. A lo largo de un año vive sola el asco, la vergüenza y la culpa. Adrián, consumido por la rabia, toma sus propias decisiones en un camino cada vez más oscuro, muy lejos de lo que Álex necesita. Mientras, ella interpreta al vengativo personaje de Medea y encuentra en el teatro la única forma de canalizar su dolor y su ira. (Filmax)
Dónde se puede ver la película en streaming
Sudaderas y lágrimas secas
La furia no es solo sobre una violación, es sobre el eco de esa violación. Alex se pudre en silencio, ni su hermano Adrián, un torbellino de rabia inútil, logra contener su derrumbe. Lo genial está en cómo la película entrelaza su papel de Medea, esa asesina de hijos mitológica, con su realidad, aquí, el teatro no es catarsis, es un cuchillo que Alex usa para diseccionar su propia ira.
El guion evita el maniqueísmo, Adrián no es el héroe redentor, sino un tipo que fracasa como hermano mientras juega a ser una especie de Rambo de barrio.
Filmar el vacío
Gemma Blasco demuestra una particular delicadeza al abordar el tormento interno de sus figuras, su enfoque se distingue por una forma de contar la historia que es visualmente austera y fiel a la realidad, creando un ambiente que a menudo resulta agobiante y sofocante.
Blasco se vale de los escenarios, la luz y la composición de las tomas para ilustrar el aislamiento y la desesperación que siente Alex, además de la creciente penumbra que acecha a Adrián. La directora no evita mostrar el dolor y la ira, sino que los presenta de manera genuina, evitando el dramatismo innecesario, lo que otorga a la cinta una veracidad que llega hondo.
Sangre, sudor y lágrimas
Un punto fuerte de La furia radica, claramente, en su elenco, que brinda actuaciones detalladas y rebosantes de sutilezas. La actuación de Àngela Cervantes es particularmente enternecedora, la actriz plasma de manera auténtica y descarnada el dolor, el desconcierto y la rabia nacidos de un trauma tan terrible, su talento para comunicar tanto la delicadeza como la firmeza interior hace que el público conecte con su esfuerzo por hallar un significado y, mediante el teatro, soltar su rabia reprimida.
A su vez, Àlex Monner interpreta a Adrián con una fuerza que manifiesta la disparidad de sus emociones, por un lado, la furia que lo carcome y, por otro, la dificultad para darle el respaldo que su hermana precisa. La tirantez entre estos dos personajes se palpa en cada secuencia, creando un choque familiar que suma una nueva capa de profundidad a la historia.
Dolor en detalle
La fotografía destaca, erigiéndose en un observador mudo del tormento y la metamorfosis de los personajes. La lente se desplaza con cuidado y variedad, combinando primeros planos que atrapan los semblantes repletos de aflicción y desconsuelo de Alex, con tomas más extensas que exhiben el contexto agobiante y, en ocasiones, desolador donde transcurre el relato.
La edición es exacta y contribuye a fijar un compás que refleja el avance pausado y penoso del tiempo, posibilitando que el público viva cada instante de congoja, la música, a su vez, empasta a la perfección con el espíritu de La furia, con melodías que intensifican la tirantez sentimental.
Conclusión de 'La furia'
La furia es poderosa que no se limita a narrar una historia de violencia y traición, sino que se adentra en el territorio del sufrimiento humano y en la búsqueda de redención.
Con una trama que nos expone la crudeza de un trauma y la dificultad de encontrar apoyo en el seno familiar, La furia se erige como una reflexión sobre la soledad, la rabia y el proceso de reconstrucción personal.
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