Producida por James Wan (Aquaman), Gary Dauberman (guionista de “IT” y la franquicia “Annabelle”) y Emile Gladstone (“Army of One”), basada en una versión libre de la leyenda Mexicana de “La Llorona” escrita por Mikki Daughtry y Tobias Iaconis (“Five Feet Apart”) marca el debut de Michael Chaves como director de largometrajes. Estreno el 18 de Abril.



La Llorona

Crítica de La Llorona 

Ficha Técnica

Título: La llorona
Título original: The Curse of La Llorona

Reparto:
Linda Cardellini (Anna Tate-Garcia)
Roman Christou (Chris)
Jaynee-Lynne Kinchen (Samantha)
Raymond Cruz (Rafael Olvera)
Marisol Ramirez (La Llorona)
Patricia Velasquez (Patricia Alvarez)
Sean Patrick Thomas (Detective Cooper)
Tony Amendola (Padre Pérez)
Irene Keng (Donna)
Oliver Alexander (Carlos)
Aiden Lewandowski (Tomas)

Año: 2019
Duración: 93 min.
País: Estados Unidos
Director: Michael Chaves
Guion: Mikki Daughtry, Tobias Iaconis
Fotografía: Michael Burgess
Música: Joseph Bishara
Género: Terror. Thriller
Distribuidor: Warner Bros Pictures España

Filmaffinity

IMDB

Tráiler

Sinopsis

Los Ángeles en 1973. Anna Tate-Garcia (Linda Cardellini), es una trabajadora social y viuda que lucha por equilibrar sus dos roles, además de sobrellevar la muerte de su esposo.

Un día recibe una llamada para atender un supuesto caso de abuso infantil y acude a casa de Patricia Álvarez (Patricia Velásquez) y encuentra a sus dos hijos encerrados en un armario, ella ignora el desesperado esfuerzo de Patricia por mantenerlos ocultos como la única manera de alejarlos de las garras de La Llorona y los libera.

Anna está decidida a conseguirle a Patricia la ayuda que necesita, pero su primera preocupación es la seguridad de los niños. No es consciente del riesgo real que enfrentan, ni de la devastación que causará. Después de la tragedia, Patricia desconsolada culpa de todo a Anna y le advierte que sus hijos serán acosados por La Llorona.

Anna se ve obligada a admitir que este espíritu está cazando niños en Los Ángeles y ha elegido a sus hijos como presa.

Sin otro lugar a dónde ir, Anna pone su fe en Rafael Olvera (Raymond Cruz), un sacerdote que se convirtió en curandero. Con su fe y un arsenal de amuletos, Rafael se une a Anna y a sus hijos, ante el violento ataque en que La Llorona liberará toda la fuerza de su ira sobrenatural.

Dónde se puede ver la película



Un personaje de abolengo cinematográfico

La Llorona ha sido una de las leyendas que más siglos ha sobrevivido en la imaginación popular, especialmente la mexicana. La Llorona ha tenido sus películas “hechas en México”; una de las primeras fue precisamente: “La Llorona” en 1933, de Ramón Peón. Lo cual la coloca como una predecesora de todas las demás damas del terror. Considerando que los protagonistas del género suelen ser masculinos: Drácula, Frankenstein, El hombre lobo, La Momia, El monstruo de la laguna negra, etc., La Llorona es por derecho toda una pionera empoderada en este mundo del terror.

También en México, años después, en 1960 se produce La Llorona de René Cardona con María Elena Marqués y Eduardo Fajardo, y en 1963 llega La maldición de la Llorona protagonizada por Rosita Arenas y Abel Salazar, dirigida por Rafael Baledón.

La Llorona

La Llorona llega también a las salas internacionales; en 2006 con “The Wailer” de Chris Liliedahl y en el 2007 (que parece ser “El Año internacional de la Llorona”), se estrenan 5 cintas sobre ella: “The Wailer II” de Paul Miller, “La maldición de la Llorona” dirigida por Terrence Williams, “The Cry” de Bernadine Santistevan, “La Llorona” de Chris Liliedahl y “La Maldición de la Llorona” por William Terry.

Para no “sobreexponer su imagen”, La Llorona descansa unos años y en 2012 regresa en “La Llorona” de la mano de L.M. Harter y debido al éxito obtenido por sus partes anteriores, se estrena “The Wailer III” de Javier Barbera. En 2015 está la versión de “La Llorona” de Shannon Ivey y Matt Guthrie. Y finalmente llegamos a La Llorona del 2019 así es que, como podemos ver, esta lacrimosa dama ha tenido una buena lista de momentos estelares.

Efectista y predecible

Ahora (sea o no parte del universo de El Conjuro”) llega esta deslucida versión de la ya conocida mujer que llora. Con un guion débil, en el que los personajes actúan de forma por demás absurda y que lleva inscrita la palabra predecible en los primeros cinco minutos de la trama. Se apoya en estridentes efectos sonoros y en un CGI modestito, para provocar los sobresaltos que el guión es incapaz de suscitar.

!Manden refuerzos! ¿Cuáles?… !Los que sean!

Una a una, las incongruencias y lugares comunes van mermando el efecto de terror y hacen que nazca una profunda compasión por quienes tuvieron que sacar adelante esto. Se recurre a soluciones ilógicas y se toman decisiones de trama donde descaradamente se formulan y llevan a cabo porque “al escritor le conviene”. Nada se justifica lo suficiente y el argumento se desinfla cuando se trata de sustentar el terror solo por una lejanísima y forzadamente casual relación con los personajes de “El Conjuro” como si la mera presencia de la Llorona no fuera suficiente.

La Llorona

La película mezcla alegremente y sin pudor lo sobrenatural, con las prácticas shamánicas, el rito católico, “las versiones libres” de leyendas y lo demoníaco, sin definir por qué toma esa ruta. El resultado es una desquiciada ensalada en pantalla.

Llora bebé, !llora!

Al tomar a La Llorona como su centro, uno podría imaginar que se tendría un mayor cuidado en unir la trama con un sentimiento más mítico/mágico, que se acercara a la esencia de la imaginación latina, atrayendo a la vez al espectador universal; no llevar toda la trama a una parodia de un engendro desafortunado que divaga entre la niña de El aro y la nieta que robó el set de maquillaje setentero de Kiss para parecerse a La monja en la fiesta de Halloween de su escuela. Cardellini carga toda la cinta en sus hombros pero muy poco hacen los demás personajes para apoyarla… y el guion mucho menos.

Una leyenda latina que perdió la identidad

La historia se sitúa en un suburbio angelino en los primeros años de los 70’s, en el 73 para ser exactos, que fuera precisamente el año en el que El Exorcista saliera a la luz y provocara infartos en los cines. Esto dudosamente es una coincidencia. Como había que contextualizar a La Llorona en un ambiente latino (mínimo para lograr que los personajes fueran empáticos en sentir terror con ella) le toca a Anna y sus hijos ser los “conejillos de indias” de los escritores.

La Llorona

Aunque Anna misma no se identifica con lo latino y sus hijos: Chris (Roman Christou) y Sam (Jaynee-Lynne Kinchen), tampoco, (ni siquiera hablan español) se les pone ahí porque son funcionales para estereotipar que, por parecer latinos, serían un público que podría creer/aterrorizarse con La Llorona.

Pásame el “pañuelito para llorar”

Pero lo peor es que aún con maquillaje espeluznante, sonidos aterradores y algunas tomas de suspenso en la oscuridad, la maldición de La Llorona no es realmente terrorífica y desafortunadamente los puntos de venta son tan escasos que ya los habíamos visto en el tráiler, lo que hace que al momento de la acción no causen sorpresa. No vamos a spoilear, pero algunos recursos del guión en cuanto a ritos de limpias, conjuros y “amuletos” son tan malos que hacen que nos unamos al llanto de la pobre llorona.

Conclusión

La Llorona y su imaginería legendaria han sido un precedente que merece la inclusión de esta dama en el salón de la fama de los iconos del terror y para ello cuenta con varias cintas en las que su presencia ha desfilado causando más o menos escalofríos. La Llorona ha repetido su título varias veces pero sin duda la dirigida por Chaves es una de las más débiles representaciones de este personaje legendario.

La historia es deslucida temáticamente y basa su efecto en recursos de sonido y maquillaje más que en una trama perturbante donde la presencia y actos de esta mujer que perdió a sus hijos y cuya alma no descansa, pongan la piel de gallina. Bien explotada y viendo su trayectoria es un personaje especial, icónico, una mujer terroríficamente empoderada en el mundo del horror; posee enormes cantidades de drama, terror y condenación como para interesar siempre. Pero desgraciadamente se optó por una solución simple, conocida y poco terrorífica. Cardellini hace lo que puede, pero ni el guion, ni los niños ayudan en nada.

Las soluciones a los conflictos son de una pobreza y extravío que da lástima y si bien es cierto que en estos tiempos de pluralidad y mezclas culturales se podría pensar que todo es válido, el fallido esfuerzo por hacer de esta trama una parte del universo de “El Conjuro” es desastroso.

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