El pasado 26 de febrero se estrenó La música en el Teatro Infanta Isabel. Basada en la obra de Marguerite Duras, está dirigida por Magüi Mira, una de las directoras más prolíficas de las artes escénicas. Además, supone el regreso de Ana Duato a los escenarios, quién comparte tablas junto a Darío Grandinetti, otro rostro muy conocido para el gran público. Se representa hasta este 13 de abril en el Teatro Infanta Isabel.



La música

Crítica de 'La música'

Ficha Técnica

Título: La música
Título original: La Musica

Reparto:
Ana Duato
Darío Grandinetti

Duración: 70 min. apróx.
Dirección: Magüi Mira
Autoría original: Marguerite Duras
Producción: Okapi

Saludos de 'La música' 

Sinopsis de 'La música'

La música reúne en un hotel y durante una noche a una pareja que se ha separado hace dos años y que se reencuentra para terminar los trámites del divorcio. Son íntimos y extraños que han dicho, han mentido, han callado y no saben bien cómo ni por qué llegaron a esa instancia, la del amor y la disolución del amor. Íntimos y extraños. Y dicen y callan las palabras despiadadas, amorosas y definitivas de Marguerite Duras. (OKAPI). 



La música
Foto de José Oliva

La espiral

Evocar a los clásicos contemporáneos que ya son un referente, suele ser un indicativo positivo para el montaje que desea volver a traerlo al escenario. Por tanto, de La música, obra original de Marguerite Duras, en esta ocasión, bajo la dirección de Magüi Mira, prometía ser una pieza de altos vuelos. El texto habla de la relación de una pareja que va a firmar el divorcio, relatando a lo largo de la obra sus sentimientos, aquello que no se dijo y lo que sí, siendo una batalla dialéctica de un uso lingüístico de alto nivel. Sin embargo, a pesar de tener una base prometedora, las palabras continúan y vuelan sin mayor intención, únicamente el reclamo, que va repitiéndose a lo largo de toda la estructura.

En consecuencia, el libreto original de Duras no consigue brillar de la manera en la que se espera, dado que la adaptación y versión no logra ejecutar y transmitir toda esa vorágine de vivencias, sentimientos e intensidad que se espera de una pareja de este calibre. Sin duda, es complejo, se hablan de varios temas, pero la manera en la que se hace, acaba por pasarle factura. En consecuencia, hay una sensación de parsimonia excesiva, que provoca que la audiencia no conecte lo suficiente con lo que está sucediendo sobre las tablas y se produzca una desconexión muy acentuada. Con lo cual, lejos de ser esa oda al amor, la desesperación, el reclamo, la pasión... se queda en agua de borrajas.

Okapi Producciones
Foto de Okapi Producciones

Palabras, palabras, palabras

Dos grandes nombres protagonizan La música. Por un lado, Ana Duato y, por el otro, Darío Grandinetti. Para comenzar, Grandinetti realiza una labor notable, se puede ver su amplia experiencia en el ámbito de la interpretación, adaptándose de una forma cómoda y solvente sobre el escenario que le ofrece este montaje. Por tanto, la verosimilitud la mantiene durante toda la pieza, sabiendo dónde colocar cada parte de la emoción, de una forma sutil, pero efectiva. Sin embargo, Ana Duato no logra la brillantez que se ha podido ver en otros trabajos artísticos, en especial, en televisión. Ofrece una labor estática, sin apenas cambio. Además, está excesivamente encorsetada, superficial, le cuesta entrar en su personaje y no termina por lanzarse a la piscina del todo. Sería interesante pulir su trabajo escénico.

La puesta en escena inicia con una escenografía grandilocuente, que es lo primero en lo que se fija el espectador. Sin duda, una construcción que emana la nostalgia que se desea dar, llevando al público ante ese hotel que será el marco del recuerdo y del reencuentro. Cabe decir que la escenografía es visualmente atractiva y obtiene un diseño muy bien realizado. Por otro lado, el diseño de vestuario es elegante, delicado, discreto, logra un resultado estupendo. Aun así, el principal problema es el montaje en sí, sin espacio sonoro, sin un ritmo dinámico, ni una diferencia de dinamismo en ninguna parte, acaba dando una sensación de que no sucede nada en escena. Por lo que, tristemente, acaba a la deriva y no remonta el vuelo. Excesivamente lenta, cuando lo que se narra es pasión, excesivamente hablada, cuando no hay movimiento. Una oportunidad que se habría podido aprovechar mejor.

La música
Foto de Antonio Castro

Conclusión

La música no logra encandilar a la audiencia por un exceso de parsimonia, que acaba por doblegar a la pasión de las palabras y ofrece un montaje tibio y lento en el que da la sensación de no suceder nada. El libreto goza de alto nivel lingüistico, pero falta una ejecución más interesante, más embaucadora, que lleve a los asistentes ante ese mar de emociones. A nivel interpretativo, destaca un notable Darío Grandinetti. Sin embargo, Ana Duato ofrece un trabajo que sería importante pulir y mejorar. La puesta en escena es visualmente atractiva, pero se ve desolada al no haber más aspectos artísticos sobre las tablas, ni espacio sonoro, ni un diseño de iluminación vistoso, se encuentra muy vacía. Un reencuentro ante la pasión que acaba en agua de borrajas por una ejecución en la que falta alma.

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Diego Da Costa
Subdirector de Cinemagavia. Comunicólogo audiovisual por la UCM y Máster en Comunicación en la Red por la UNED. Miembro de EGEDA (Premios Forqué) e Ingeniero Audiovisual en Ricoh España. Co-creador de la compañía artística La Joie de la Colina. Como diría Elizabeth Taylor: "Las ideas mueven el mundo sólo si antes se han transformado en sentimientos".
la-musica-critica-teatroNo logra encandilar a la audiencia por un exceso de parsimonia, que acaba por doblegar a la pasión de las palabras y ofrece un montaje tibio y lento en el que da la sensación de no suceder nada. El libreto goza de alto nivel lingüistico, pero falta una ejecución más interesante, más embaucadora, que lleve a los asistentes ante ese mar de emociones. A nivel interpretativo, destaca un notable Darío Grandinetti. Sin embargo, Ana Duato ofrece un trabajo que sería importante pulir y mejorar. La puesta en escena es visualmente atractiva, pero se ve desolada al no haber más aspectos artísticos sobre las tablas, ni espacio sonoro, ni un diseño de iluminación vistoso, se encuentra muy vacía. Un reencuentro ante la pasión que acaba en agua de borrajas por una ejecución en la que falta alma.

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