La noche siempre llega (Night Always Comes), dirigida por Benjamin Caron y protagonizada por Vanessa Kirby, es un thriller psicológico y social que aborda la lucha de una mujer por mantener a su familia en un mundo cada vez más hostil y gentrificado. La película sigue a Lynette, una mujer que se embarca en una peligrosa odisea nocturna para reunir 25.000 dólares y salvar su hogar. Con un ritmo trepidante y una crítica incisiva a la sociedad contemporánea, La noche siempre llega plantea preguntas difíciles sobre el precio del sueño americano y la supervivencia en un entorno urbano despiadado. Estreno el 15 de agosto de 2025 en Netflix.
Crítica de 'La noche siempre llega'
Resumen
Ficha Técnica
Título: La noche siempre llega
Título original: Night Always Comes
Reparto:
Vanessa Kirby (Lynette)
Jennifer Jason Leigh (Doreen)
Zack Gottsagen (Kenny)
Stephan James (Cody)
Randall Park (Scott)
Julia Fox (Gloria)
Michael Kelly (Tommy)
Eli Roth (Blake)
Dana Millican (Rebecca)
J. Claude Deering (David)
Curtis McGann (Henry)
Rachel Pate (Mona)
Jennifer Lanier (Shirley)
Jason Rouse (Elvis)
Erin Way (Profesor)
Jake McDorman (Jack)
Año: 2025
Duración: 108 min.
País: Reino Unido
Director: Benjamin Caron
Guion: Sarah Conradt-Kroehler. Libro: Willy Vlautin
Fotografía: Damián García
Música: Adam Janota Bzowski
Género: Thriller. Drama
Distribuidor: Netflix
Tráiler de 'La noche siempre llega (Night Always Comes)'
Dónde se puede comprar la novela
Sinopsis de 'La noche siempre llega'
Arriesgándolo todo para asegurarse un futuro para ella y su hermano, Lynette emprende una peligrosa odisea, enfrentándose a su oscuro pasado. (Netflix)
Dónde se puede ver la película en streaming
Una carrera contrarreloj
La trama de La noche siempre llega (Night Always Comes) mezcla bien el pulso del suspense con el trasfondo social, la gentrificación, la desigualdad y el peso de un sistema que empuja a los más vulnerables hacia la marginalidad. Sin embargo, aunque el viaje de Lynette es absorbente en sus primeros compases, el guion a veces cae en cierta repetición, encuentros con personajes turbios que funcionan como pruebas sucesivas, pero que no siempre aportan capas nuevas a la protagonista. Aun así, el arco de la noche mantiene suficiente tensión para que el espectador se pregunte hasta el último momento si ella logrará o no su objetivo.
Noche real
Benjamin Caron imprime al relato un ritmo que fluctúa entre la urgencia y la pausa reflexiva. La cámara se mueve con agilidad en las persecuciones y los enfrentamientos, pero también se detiene en planos largos que muestran a Lynette atrapada entre sombras, farolas o interiores opresivos. Esta mezcla de acción y observación logra que el espectador se sienta inmerso en la ciudad, como si fuera otro transeúnte nocturno testigo de su descenso.
El director acierta en no glorificar la violencia ni convertir la historia en un mero thriller de acción. Su apuesta es realista, casi cercana al cine social europeo, aunque con la tensión narrativa propia del thriller estadounidense.
Una protagonista luchadora
La interpretación de Vanessa Kirby es, sin duda, el corazón de La noche siempre llega. Lynette no es heroína ni villana, sino una mujer atrapada por circunstancias adversas. Su actuación transmite cansancio, rabia y una vulnerabilidad que nunca cae en el melodrama. Cada gesto suyo, cada mirada tensa, hace creíble que alguien pueda arriesgarlo todo en una sola noche para salvar a su familia.
Los secundarios cumplen con eficacia, sin embargo, La noche siempre llega nunca les da suficiente tiempo en pantalla como para que dejen huella, funcionan más como engranajes de la trama que como figuras tridimensionales. Esto, si bien contribuye a mantener el foco en Lynette, también resta densidad al retrato social que la historia intenta construir.
La ciudad como laberinto
La fotografía nocturna es uno de los puntos fuertes de La noche siempre llega. Calles desiertas, bares de mala muerte, carreteras iluminadas solo por faros... todo contribuye a crear una atmósfera de claustrofobia urbana. La ciudad aparece como un personaje en sí mismo, indiferente al sufrimiento humano, imponente y fría.
El montaje refuerza la tensión, aunque en algunos pasajes el ritmo se siente irregular, alternando escenas demasiado rápidas con otras que parecen detener la acción innecesariamente.
Conclusión de 'La noche siempre llega'
La noche siempre llega (Night Always Comes) se mueve en un terreno intermedio, no es un thriller puramente comercial, pero tampoco un drama social intimista. Su mayor virtud está en retratar a una protagonista compleja que, más que buscar redención, busca sobrevivir en un mundo que le da la espalda.
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