La receta perfecta, película ambientada en el entorno rural francés, es la ópera prima de Louise Courvoisier, que se estrenará el 12 de junio de 2025 en salas de cine españolas. Esta cinta naturalista repleta de matices ha sido distinguida con el Premio de la Juventud en el Festival de Cannes, los premios a Mejor ópera prima y Mejor actriz revelación en los César, o el Premio Punto de encuentro y el Premio del público Punto de encuentro en la Seminci de Valladolid.
Crítica de 'La receta perfecta'
Resumen
Ficha Técnica
Título: La receta perfecta
Título original: Vingt Dieux (Holy Cow)
Reparto:
Clément Faveau (Totone)
Maïwène Barthèlemy (Marie-Lise)
Luna Garret (Claire)
Mathis Bernard (Jean-Yves Bretin)
Dimitry Baudry (Francis)
Armand Sancey Richard (Cyril)
Lucas Marillier (Pierrick)
Lorelei Vasseur (Aurore)
Damien Bilon (Guy)
Jean-Marie Ganneval (Serge)
Hervé Parent (André)
Marine Pasculin (El mecánico)
Isabelle Courageot (Nadine)
Año: 2024
Duración: 90 min.
País: Francia
Director: Louise Courvoisier
Guion: Théo Abadie, Louise Courvoisier
Fotografía: Elio Balezeaux
Música: Charlie Courvoisier, Linda Courvoisier
Género: Drama
Distribuidor: La Aventura Audiovisual
Tráiler de 'La receta perfecta'
Sinopsis
Totone, de 18 años, pasa la mayor parte del tiempo yendo de fiesta y bebiendo cerveza con su grupo de amigos. Pero la realidad se impone de golpe: tiene que cuidar de su hermana de 7 años y buscarse la vida. Entonces se propone fabricar el mejor queso Comté de la región, el que le haría ganar la medalla de oro en el concurso agrícola y 30.000 euros. (La Aventura Audiovisual)
Dónde se puede ver la película en streaming
Apoyo familiar de la directora
La directora y coguionista Louise Courvoisier apuesta totalmente por el realismo en su ópera prima, La receta perfecta, ambientada en su región natal, el Jura francés. Los convincentes actores son todos no profesionales de la región, que hablan el dialecto local y algunos de los cuales - como Maïwène Barthélémy y Clément Faveau - trabajan en labores agrícolas de la zona. Faveau, en el papel de Totone, es criador de pollos de profesión, ya que el famoso pollo de Bresse procede de la zona, al igual que el queso Comté.
Esto da a la película un cierto aire documental en algunos momentos, por ejemplo cuando Marie-Lise (Maïwène Barthélémy) da a luz a un ternero o Totone (Clément Faveau) aprende a hacer su propio queso Comté desde cero y observa a un experto elaborando el queso. Elio Balézeaux, antiguo compañero de Louise Courvoisier en el Ciné Fabrique de Lyon, que trabajó con Sébastien Lifshitz en su documental Madame Hofmann (2023), es el responsable de fotografía.
Nacida en 1994, la directora vive ahora de nuevo en la región donde pasó su infancia tras trabajar en Lyon y París, y recibió el apoyo familiar para La receta perfecta. Su hermano Charlie y su madre Linda Courvoisier contribuyeron a la música de la película, que les valió una nominación a los César y que, junto con canciones como Kisses Sweeter Than Wine de Jimmie Rodgers de 1957, confiere a la película un carácter atemporal. Ella Courvoisier, hermana de la directora, es responsable del diseño de producción, que contribuye al efecto realista, sin adornos y también sensual de la película, con sus colores fuertes, paisajes veraniegos poblado de muchas vacas.... Casi se tiene la sensación de poder oler y saborear el omnipresente queso a través de la pantalla.
Coming-of-age optimista y conmovedor
La receta perfecta, coescrita con Marcia Romano y Théo Abadie, es un coming-of-age sin cursilerías, tragicómica y conmovedora, que explora temas clásicos como el crecimiento, la amistad y el amor, así como las rupturas de confianza y la superación del duelo. De las fiestas de los pueblos a las carreras de coches de carreras, en La receta perfecta Louise Courvoisier pinta un cuadro crudo y creíble de la vida en el campo, que no ofrece a los jóvenes muchas oportunidades de futuro.
Sin embargo, La receta perfecta rara vez pierde su tono optimista y humorístico, a veces más áspero, otras veces más emotivo, lacónico y desenfadado, y muchas cosas suceden siempre entre líneas. Por ejemplo, Totone, que, como sus amigos, está constantemente en movimiento y viajando por la vasta zona, no habla nunca de la pérdida de su padre. En cambio, el apoyo de sus amigos y de su hermana en su proyecto de ganar el concurso de queso Comté y los tiernos momentos con Marie-Lise le dan el apoyo que necesita. Y casi de paso, el joven protagonista experimenta una evolución -análoga al difícil proceso de maduración de su queso Comté- de adolescente con tendencia a la masculinidad tóxica a hermano cariñoso y amigo responsable.
El guion parece lo bastante inteligente como para no hacer hincapié en el primer amor. Louise Courvoisier se toma muy en serio a sus personajes, que deben resolver sus conflictos por sí mismos. El hecho de que Marie-Lise haya vivido una situación similar a la de Totone unos años antes puede parecer un poco artificioso, pero hace que la posterior transformación de Totone sea aún más creíble.
Tragicomedia con un toque de humor
La tragicomedia logra un equilibrio entre lo universal y lo individual. La combinación de los típicos momentos cotidianos con aquellos en los que los chicos descubren la producción de queso o se proveen de los materiales necesarios para su fabricación, da un toque original y diferencial sobre otras muchas películas sobre historias de madurez. La receta perfecta es muy vitalista, ya que seguimos a un grupo de personas que sólo tienen una vaga idea de lo que quieren hacer con sus vidas, pero que transmiten la sensación de que el futuro será grande. En su película toca muchos aspectos, desde la familia y la amistad hasta el primer amor. Pero la película también trata de cómo Totone tiene que encontrar un lugar para si mismo en este mundo.
Al principio, Louise Courvoisier nos introduce en la vida poco glamurosa del campo con una secuencia de un documental de un minuto de duración a través de una fiesta de pueblo. Totone, que se divierte allí bebiendo cerveza, con aventuras de una noche, peleas y bailes, cumple con creces el cliché de la juventud de pueblo, sin embargo, la película respira autenticidad. Aquí no hay lloriqueos ni coqueteos. La comunicación se limita sobre todo a murmullos y miradas, a veces melancólicas, a veces con un brillo interesado. La descripción de las precarias condiciones de vida parece inspirada en Ken Loach. Pero en lugar de mensajes políticos, aquí entra en juego la quesería como metáfora. La quesería del joven, que encuentra su camino en medio de los apuros que él mismo ha provocado.
Louise Courvoisier no desarrolla y profundiza en las emociones de sus personajes, sino que confía en que el público las descubra por sí mismo, a menudo sólo a través de miradas o gestos. Totone y su hermana, por ejemplo, no hablan de la repentina muerte de su padre. Sin embargo, esto no significa que no piensen en ello o les afecte. Pero en el campo, a diferencia de la ciudad, no se acude a un terapeuta o psicólogo, se procesan las situaciones de otra manera. La vida y costumbres en el campo son mas duras. Por eso la directora quiso mostrar a sus personajes en su rudeza, sin que al mismo tiempo no se excluye cierta sensibilidad.
Conclusión de 'La receta perfecta'
Louise Courvoisier utiliza medios sencillos y un auténtico reparto amateur para crear una tragicomedia encantadora sobre la amistad, la solidaridad y el primer amor. Pocas veces se puede saborear y oler la vida del campo tan intensamente como en esta película. La receta perfecta ofrece una imagen fiel del mundo en el que crece Totone. La cámara opta por planos estáticos, a menudo a distancia, y utiliza imágenes panorámicas, en las que los primeros planos son poco frecuentes. Esta elección, junto con un guion que evita los diálogos largos, nos ofrece una imagen clara, casi documental, del mundo en el que vive Totone. Con sus imágenes cálidas y veraniegas, La receta perfecta es un maravilloso homenaje a la naturaleza y a las tradiciones de la vida rural.
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