Las cuatro hijas, la nueva película de la directora tunecina Kaouther Ben Hania, nominada por la Academia de Cine Hollywood para competir por el Oscar 2024 al mejor largometraje documental, se estrenará en cines el 9 de febrero de 2024 de la mano de Caramel Films tras su paso por la Sección Oficial del Festival de Cannes, donde recibió el premio Ojo de Oro. En España tuvo su premier nacional en la Seminci, donde participó en la Sección Oficial.
Crítica de 'Las cuatro hijas'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Las cuatro hijas
Título original: Les Filles d'Olfa
Reparto:
Hend Sabry (Olfa)
Khaled Abol Naga
Majd Mastoura (El hombre)
Ichrak Matar (Ghofrane Chikaoui)
Eya Chikhaoui
Tayssir Chikhaoui
Nour Karoui (Rahma Chikhaoui)
Olfa Hamrouni
Año: 2023
Duración: 107 min.
País: Túnez
Director: Kaouther Ben Hania
Guion: Kaouther Ben Hania
Fotografía: Farouk Laâridh
Música: Amin Bouhafa
Género: Documental
Distribuidor: Caramel Films España
Tráiler de 'Las cuatro hijas'
Sinopsis
La vida de Olfa, tunecina y madre de cuatro hijas, se desarrolla entre luces y sombras. Un día, sus dos hijas mayores desaparecen. Para suplir su ausencia, la directora Kaouther Ben Hania recurre a actores profesionales y establece un extraordinario mecanismo cinematográfico destinado a revelar la historia de Olfa y sus hijas. (Caramel Films)
Dónde se puede ver la película en streaming
Devoradas por el lobo
Las cuatro hijas es una reflexión sobre como sobrevivir y crecer bajo la maldición del patriarcado, y la transmisión del trauma de una madre a sus hijas. La película documental de Kaouther Ben Hania que intercala elementos de ficción y efectos de alienación, está dedicada a un caso real y al trágico destino de una madre (Olfa Hamrouni) que perdió a sus dos hijas mayores a manos del Estado Islámico en 2016.
Ghofrane (1998) y Rahma (1999) fueron "devoradas por el lobo", como nos cuenta Olfa al principio del documental, mientras que las dos hijas menores, Eya (2003) y Tayssir (2005) permanecen y conviven con su madre en la casa familiar. Olfa Hamrouni se convirtió en su momento en un personaje mediático al dirigirse a los medios de comunicación para criticar la inacción de las autoridades tunecinas.
Lo sucedido se debe, entre otras cosas, a la educación de la madre. Es cariñosa, pero muy estricta. Las hijas carecen de libertad, anhelan algo completamente distinto. Pero también se debe al entorno y adoctrinamiento por parte de un islamismo estricto, religioso y fundamentalista, y a la utilización política de la religión para manipular a la ciudadanía.
Las cuatro hijas nos enseña que el islamismo ya no es sólo un fenómeno marginal en las sociedades árabes, sino que muestra cómo ha penetrado en ellas de tal forma desatando una guerra cultural que divide a muchas familias.
Escenario artificial
Para recordar los dolorosos acontecimientos y hacer frente a los traumas del pasado, Kaouther Ben Hania crea una especie de laboratorio terapéutico, en un escenario reducido, que permite a los participantes mostrar sus heridas internas y romper así las ataduras por los traumas heredados.
En un escenario artificial, las participantes reales se reúnen con actrices (destaca la estrella tunecina Hend Sabri) que interpretan a las dos hermanas ausentes y, en ocasiones, también a su madre. Además de recrear acontecimientos clave, las mujeres hablan de sus experiencias y de las exigencias de sus respectivos papeles. También las vemos en ensayos y ejercicios de interpretación, mientras que la directora, por su parte, hace visible repetidamente la puesta en escena y diseña las imágenes y los arreglos de una manera decididamente artística y bella. Ben Hania utiliza el poder del cine para revelar verdades invisibles y hacerlas visibles.
Esta es la premisa de Las cuatro hijas, una mezcla de ficción y documental autorreflexivo, desgarrador y cinematográficamente complicado, en la que la directora explora cómo se produjo la desaparición de las hijas mayores y cómo los miembros de la familia ven hoy los acontecimientos de forma diferente.
Dos actrices interpretan a Rahma y Ghofrane, las hermanas mayores de la familia. Junto con las dos más jóvenes, Tayssir y Eya, que se interpretan a sí mismas, recrean los momentos más importantes de su infancia para comprender qué condujo a la desaparición de sus personajes.
Realidad y ficción
Kaouther Ben Hania alterna así las escenas reconstruidas y las imágenes del rodaje con las declaraciones de las entrevistas a los protagonistas reales sobre lo que han vivido o están viviendo. En cierto modo, Las cuatro hijas funciona también como catalizador y como su propia mirada entre bastidores. Hay una reflexión constante sobre el uso del cine para recrear situaciones, así como un autocuestionamiento sobre el dilema ético que supone permitir a la gente revivir acontecimientos dolorosos.
Los límites entre realidad y ficción se difuminan una y otra vez a medida que avanza la película. Hay momentos en los que, sin previo aviso, pasamos de los personajes hablando de la escena a la escena en sí. La recreación es tan precisa que a veces se olvida que las dos actrices no son las hermanas de las protagonistas, y su dinámica es tan natural que resulta muy estimulante, como en un momento brillante en el que todas ríen y esta risa se contagia al público en el estreno en el Festival de Cannes.
Esta extraña dinámica permite a Las cuatro hijas explorar temas espinosos de un modo soportable tanto para el público como para los personajes. La película nunca juzga a Olfa ni sus decisiones. Aunque sus hijas y las actrices comparten sus opiniones, Kaouther Ben Hania nos hace ver que éstas son a menudo el producto de años de traumas heredados y de un sistema patriarcal que motivó a la madre a ser muy dura. Como consecuencia, ha desarrollado muchos valores y comportamientos que, en última instancia, han perjudicado a sus hijas.
Conclusión de 'Las cuatro hijas'
La cámara no sólo consigue crear bellas composiciones, sino que también ayuda a sumergir a los espectadores en la historia. Por ejemplo, cuando la directora introduce el tema, los personajes se presentan de forma dramática y eficaz: las dos hijas menores delante de Olfa y las dos desaparecidas al fondo, estas últimas mostradas en silueta detrás de un cristal de color que se ilumina cuando se las menciona para subrayar su ausencia física pero su presencia simultánea.
Las cuatro hijas es un gran y original documental que utiliza el cine para reconstruir la vida de toda una familia e intenta explicar las causas sistémicas y sociales que condujeron a la tragedia. A pesar de lo dramático del tema, Ben Hania maneja el asunto de una forma soportable y digerible al ir acompañado de una gran dosis de humanidad, sensibilidad e incluso de una pequeña parte de humor.
Reportaje de Las cuatro hijas en Días de Cine TVE
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