Las hijas del califato (Rabia), película dirigida por Mareike Engelhardt, se estrenó en salas de cine españolas el 13 de diciembre de 2024. La cinta se presentó en la Sección Oficial del FFA (Festival de Cine Francófono de Angulema) y en el Festival War on Screen, y obtuvo el Premio Ornano-Valenti en Deauville. Se trata de un trepidante thriller feminista que revela un aspecto del Estado Islámico nunca visto en la pantalla: el interior de las casas para mujeres destinadas a convertirse en esposas combatientes del Daesh.
Crítica de 'Las hijas del califato (Rabia)'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Las hijas del califato
Título original: Rabia
Reparto:
Megan Northam (Jessica)
Lubna Azabal (Madame)
Natacha Krief (Laïla)
Lena Lauzemis (Oum Maryam)
Christine Gautier (Marie)
Andranic Manet (El luchador)
Clara Wördemann (Oum Mikaïl)
Maria Wördemann (Oum Mansour)
Año: 2024
Duración: 94 min.
País: Francia
Director: Mareike Engelhardt
Guion: Mareike Engelhardt, Samuel Doux
Fotografía: Agnès Godard
Música: David Chalmin
Género: Drama. Thriller
Distribuidor: Adso Films
Tráiler de 'Las hijas del califato'
Sinopsis
Impulsada por la promesa de una nueva vida, Jessica, una joven francesa, viaja a Siria para unirse al Daesh. En la ciudad de Raqa, es acogida en una casa donde mujeres de todo el mundo esperan convertirse en esposas de los combatientes. Pronto, Jessica se gana la confianza de Madame, la carismática y temida directora del centro, quien ejerce una fascinante y peligrosa influencia sobre ella. Esta relación, marcada por la sumisión y el control, empuja a Jessica más allá de sus propios límites, enfrentándola a una realidad cada vez más oscura. (Adso Films)
Dónde se puede ver la película en streaming
La sumisión como destino
La historia arranca con Jessica cruzando fronteras como si viajara al país de las maravillas, salvo que aquí el conejo blanco es un reclutador. Lo escalofriante no es su viaje a Raqa, sino cómo el guion desnuda la mecánica de la sumisión, primeras sonrisas cómplices entre mujeres, luego humillaciones disfrazadas de lecciones, hasta que la esperanza se convierte en un lujo prohibido.
Pero cuando Las hijas del califato (Rabia) debería estallar, el guion se encoge, el desenlace llega con la fuerza de un suspiro, no de un grito. ¿Miedo a ser sensacionalista? Quizá, el caso es que te quedas con la impresión de que la directora tuvo más interés en documentar que en conmover.
Un enfoque sobrio pero efectivo
Mareike Engelhardt dirige como si temiera que el espectador mirara hacia otro lad;, sus planos son jaulas, primeros planos de ojos vidriosos, ventanas selladas con tablones, habitaciones tan estrechas que duelen, la cámara no necesita moverse mucho, el horror ya está ahí, en los detalles.
El problema es que tanta contención termina jugando en contra, hay escenas que se repiten sin añadir capas, y el ritmo a veces parece imitar la parálisis de las protagonistas.
Un duelo psicológico entre víctima y verdugo
Las hijas del califato (Rabia) sobrevive al tiempo, será por el duelo interpretativo entre Megan Northam y Lubna Azabal. La primera logra algo casi imposible, hacerte creer que su transformación de ingenua a espectro es gradual, no un salto de guion, sus manos temblorosas al servir el té, sus miradas furtivas a otras prisioneras son destellos de humanidad en un pozo seco.
Pero es Azabal quien roba la película, con una sonrisa que tranquilizaría a cualquiera en una cafetería y ojos que delatan mil ejecuciones, encarna la dualidad del mal, maternal y sádica, protectora y carcelera.
Un infierno bien diseñado
Aquí no hay música para aliviar la tensión ni colores que no sean el beige de las paredes y el negro de los hijabs. El diseño de producción es tan meticuloso que hasta el pan parece rancio, pero tanta austeridad termina cansando, para el segundo acto, ya sabes que cada escena tendrá una ventana sucia, un colchón en el suelo y una lámpara que parpadea.
La fotografía, aunque efectiva, peca de repetitiva y por momentos, parece que Mareike Engelhardt confunde ritmo pausado con dejar que la cámara grabe hasta que se agote la batería.
Conclusión de 'Las hijas del califato'
Las hijas del califato (Rabia) es un drama inquietante y necesario, que pone el foco en la manipulación y la sumisión de las mujeres en el Daesh.
Sin embargo, su ritmo pausado y su falta de riesgo narrativo hacen que se quede a medio camino entre una película impactante y un relato que no termina de explotar todo su potencial.
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