El largometraje Los bárbaros, dirigido por Javier Barbero y Martín Guerra, cuyo estreno mundial tuvo lugar en el Festival de Sevilla dentro de la Sección 'Alumbramiento', retrata las vivencias de varios jóvenes marcadas por la precariedad y por la indiferencia hacia el mundo que les rodea. Los bárbaros, película protagonizada por Àlex Monner, Greta Fernández, Job Mansilla y Eliza Rycembel llegará a las salas de cine españolas el 20 de junio de 2025.
Crítica de 'Los bárbaros'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Los bárbaros
Título original: Los bárbaros
Reparto:
Àlex Monner
Greta Fernández
Job Mansilla
Eliza Rycembel
Año: 2024
Duración: 102 min.
País: España
Director: Javier Barbero, Martín Guerra
Guion: Javier Barbero, Martín Guerra
Fotografía: José Luis Salomón
Música: Cristóbal Fernández
Género: Drama social
Distribuidor: Eterno Media SL
Tráiler de 'Los bárbaros'
Sinopsis
Los directores y guionistas, Javier Barbero y Martín Guerra, narran la vida de tres jóvenes que atraviesan la crisis económica mundial, sin dinero y ni preocupaciones. Sin trabajo y sin angustias. Sin futuro y sin preguntarse acerca de él. Los cineastas invitan a reflexionar sobre una paradoja que acompaña hoy a muchos jóvenes y que algunas generaciones no entienden: el extraño equilibrio entre la precariedad y la más alegre indiferencia.
Dónde se puede ver la película en streaming
Rebeldía y ruinas
Los bárbaros narra la historia de un grupo de jóvenes que, al margen de un mundo que los ignora, crean su propio refugio simbólico en un edificio abandonado, lo que podría ser una premisa distópica o una fantasía urbana. Se convierte aquí en una historia de realismo sucio y poesía social.
La idea central, la construcción de una comunidad efímera como respuesta a la exclusión, es potente. Sin embargo, su desarrollo dramático se tambalea, el guion apuesta más por la atmósfera que por una narrativa clara, y algunas escenas caen en un simbolismo algo forzado. Los bárbaros exige al espectador un compromiso emocional que no siempre se recompensa con profundidad o evolución de los personajes.
Una mirada triste, honesta y sin artificios
Javier Barbero y Martín Guerra ofrecen una dirección contenida, alejada de cualquier intento de espectacularidad. Su cámara observa más que juzga. La puesta en escena es sobria, con un ritmo pausado que favorece el carácter casi testimonial del filme. En lugar de buscar una épica de la marginalidad, los directores optan por lo cotidiano, por los gestos pequeños, los espacios compartidos y las miradas perdidas.
A veces esa neutralidad formal juega en contra, Los bárbaros corre el riesgo de ser emocionalmente plana o narrativamente difusa, pero también hay belleza en esa forma de dejar que los personajes vivan y se definan por lo que no hacen o no dicen, es un cine de atmósfera más que de acción.
Contención juvenil
Àlex Monner y Greta Fernández lideran un reparto que brilla por su naturalismo. Ambos están especialmente sólidos en sus papeles de jóvenes rotos que no buscan redención sino simplemente un poco de oxígeno. Eliza Rycembel y Job Mansilla completan con dignidad un reparto coral que funciona más por las dinámicas colectivas que por la profundidad individual de los personajes.
Los actores transmiten de manera convincente esa mezcla de cinismo, fragilidad y necesidad de conexión. No hay grandes momentos dramáticos, pero sí una verdad latente en las miradas, en los silencios compartidos, en los juegos improvisados que revelan una infancia todavía no del todo apagada.
Minimalismo urbano y poético
El espacio del edificio a medio construir se convierte en un personaje más. La fotografía apuesta por una estética gris y cruda, con alguna irrupción ocasional de luz cálida que simboliza los momentos de tregua. No hay un despliegue técnico llamativo, pero Los bárbaros sabe aprovechar las texturas del cemento, la tierra, el polvo, creando un universo visual coherente con el estado anímico de sus protagonistas.
La banda sonora, discreta, refuerza la atmósfera sin buscar protagonismo. El montaje sigue una estructura casi episódica, en consonancia con la naturaleza fragmentaria de la experiencia que se retrata.
Conclusión de 'Los bárbaros'
Los bárbaros es una propuesta sobria, honesta y nada condescendiente sobre la desafección juvenil y la búsqueda de identidad en los márgenes. Su tono contemplativo y su falta de artificio le dan valor, aunque también limitan su impacto emocional y narrativo. Ss más una experiencia sensorial y emocional que una historia con desarrollo clásico.
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