Los creyentes (Raptures), de Jon Blåhed, una película premiada en el Festival de Rotterdam sobre la vida en una secta sueca de los años 30. Cuando su esposo crea una secta religiosa extremista, una mujer deberá elegir entre su fe, su hija y la libertad. Basada en hechos reales ocurridos en la Suecia de principios de siglo, esta historia tiene además un valor histórico y cultural: es la primera película rodada en Meänkieli, una lengua minoritaria en peligro de extinción. Seleccionada en la sección Wild Tales del Atlántida Mallorca Film Fest 2025 (del 27 de julio al 27 de agosto en Filmin).
Crítica de 'Los creyentes (Raptures)'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Los creyentes
Título original: Rörelser / Raptures
Reparto:
Jessica Grabowsky (Rakel)
Jakob Öhrman (Teodor)
Maria Issakainen (Elsa)
Rebekka Baer (Jorinda)
Hannes Suominen (Valdemar)
Samuli Niittymäki (Toivo Korpela)
Alma Pöysti (Lisa)
Anton Raukola (Anton)
Elina Knihtilä (Tyra Viola)
Hannu-Pekka Björkman (Karl)
Sampo Sarkola (Hannes)
Año: 2025
Duración: 108 min.
País: Suecia
Director: Jon Blåhed
Guion: Jon Blåhed
Fotografía: Mimmo Hildén
Música: Rebekka Karijord
Género: Drama. Religión
Distribuidor:
Tráiler de 'Los creyentes (Raptures)'
Sinopsis
Rakel es una estricta creyente cristiana que vive en el extremo norte de Suecia en los años treinta. Cuando su marido forma un movimiento sectario, con instrucciones directas de Dios, ella no tiene más remedio que unirse al culto cada vez más explícito. (Filmin)
Religión o libertad
Los creyentes (Raptures) nos introduce en un mundo marcado por la religiosidad estricta y el aislamiento social. El relato, sin necesidad de giros rebuscados, transmite una sensación constante de encierro moral y físico. Los creyentes se centra más en la atmósfera que en la acción, construyendo un retrato pausado pero inquietante del poder de la manipulación espiritual y la dinámica de control en comunidades cerradas.
No es una historia de grandes estallidos dramáticos, sino de pequeños gestos y silencios cargados de significado, que van mostrando cómo la fe puede ser un refugio, pero también una prisión.
El peso del poder
Jon Blåhed opta por una puesta en escena sobria, incluso austera, que encaja a la perfección con la época y el entorno, no busca el espectáculo visual, sino la autenticidad. Los planos largos y el ritmo pausado obligan al espectador a convivir con la incomodidad de los personajes, especialmente de Rakel, la cámara rara vez se aleja de su perspectiva, lo que nos mantiene anclados a su mirada, atrapados en la misma red invisible que ella.
Blåhed demuestra un gran dominio del tono, evita caer en el sensacionalismo fácil al retratar la vida en una secta y prefiere sugerir más que mostrar, esa contención narrativa. Sin embargo, puede resultar demasiado fría para algunos, sobre todo para quien busque un drama con mayor intensidad emocional inmediata.
Fe interpretativa
Jessica Grabowsky que encarna a Rakel, interpretación que merece todos los elogios. Ofrece un trabajo contenido pero devastador, su capacidad para transmitir resignación, duda y miedo con una simple mirada es uno de los pilares emocionales de Los creyentes. No es un papel de discursos grandilocuentes, sino de gestos mínimos que revelan grietas en su aparente sumisión.
El elenco secundario, compuesto en su mayoría por miembros de la comunidad y su marido, aporta credibilidad a la historia, reflejando la mezcla de obediencia, miedo y fanatismo que mantiene viva la estructura sectaria.
La luz que no ilumina
La fotografía de Los creyentes (Raptures) es uno de sus grandes aciertos. Los tonos apagados, dominados por grises y marrones, transmiten la dureza del clima y la austeridad de la vida rural sueca en los años 30, incluso cuando hay luz natural, esta parece filtrada, incapaz de aportar calidez. Esa elección refuerza la sensación de que los personajes viven en un mundo donde la esperanza está siempre fuera de alcance. El diseño de vestuario y decorados respeta con rigor la época, lo que ayuda a sumergirnos en la historia sin distracciones anacrónicas.
Conclusión de 'Los creyentes (Raptures)'
Los creyentes (Raptures) no es una película para todos los públicos, y no por su contenido explícito, que es mínimo, sino por su estilo, lento, introspectivo y más interesado en sugerir que en explicar. Quien entre en ella buscando un drama de confrontaciones abiertas puede sentirse frustrado, sin embargo, para el espectador dispuesto a dejarse llevar por su ritmo y su atmósfera, la experiencia es hipnótica y perturbadora.
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