"Lujuria": Sexo en Suecia

Lujuria (Lust) es una comedia escandalosa y dolorosamente honesta sobre cuatro mujeres de mediana edad en Estocolmo que luchan por mantener viva su libido en un mundo sexualmente frustrante. (HBO MAX).

Dónde se puede ver la serie en streaming

Exploración sexual

A lo largo de la historia de la humanidad, la sexualidad ha sido un tema tabú que recientemente ha ido abordándose poco a poco. Así, Lujuria (Lust) explora a través de cuatro mujeres, con sus distintas circunstancias, aquellos aspectos que influye en su propia forma de vivirla. Además, lo adereza con una comedia que permite que los episodios se disfruten de una forma agradable. Asimismo, no solo basa su guion en lo sexual, sino que expone cómo influye este aspecto en otros campos vitales como la vida familiar, el éxito, la frustración personal, la edad... Ahí es donde encuentra su mayor éxito, en poder mostrar distintas realidades desde una óptica feminista, donde se denuncian y mencionan debates que son importantes a nivel social. Por este motivo, la serie logra causar un efecto reflexivo, dentro de su propia comicidad.

También cabe destacar que sabe equilibrar el peso de cada una de las historias paralelas, permitiendo que en cada capítulo se sepan más detalles sobre los personajes que hay tras ellos. Lógicamente, el bagaje y el trasfondo no es el mismo, pero es lo que da riqueza a la línea narrativa, al mostrar distintas aristas. Por otro lado, recuerda en algunas ocasiones a formatos que ya tuvieron éxito previamente, como la célebre “Sexo en Nueva York”. Por ende, podría llevar, de alguna manera, a este tipo de estructuras, lo que hace que funcione, pero no sea absolutamente innovador. Aun así, el resultado es notable, también se aprecia un humor que no se queda en la mera anécdota. Como apunte, se aleja de maniqueísmos, para traer personajes imperfectos, que facilita que el espectador pueda empatizar con ellos.

La mesa redonda

El eje central de la trama principal de Lujuria (Lust) se sostiene en los cuatro personajes protagonistas. En primer lugar, Sofia Hellin da vida a Annette, la cual se encuentra inmersa en un estudio sobre la sexualidad femenina. La interpretación de Hellin cumple con su labor, encontrándose en todo momento en el tono en el que se desenvuelve la serie. Por lo cual, entra dentro de la dinámica, siguiendo en línea con el resto de sus compañeras. Sin embargo, su trabajo dramático no destaca igual que las demás protagonistas. Después, Elin Klinga es mordaz en su actuación, con una potencia muy bien llevada, que le aporta carácter y determinación. Con lo cual, a través de las miradas, de la forma de interactuar, teje la personalidad de su personaje a la perfección y hace que se sienta a través de los ojos de los telespectadores.

Por su parte, Anja Lundqvist es de las mejores interpretaciones de la serie, siendo de las que va realizando una progresión ascendente. Poco a poco, según van avanzando los episodios, va transformándose, con una labor delante de cámara que impresiona por las grandes dosis de carcajadas que ofrece. Gracias a ello, hace que su personaje adquiera aún mayor atención por parte del espectador, así como cierta simpatía en la forma en la que expone su desastre. Por último, pero no menos importante, Julia Dufvenius tiene un magnetismo especial ante la pantalla, resulta tremendamente atractiva en audiovisual. De esta manera, termina por redondear el elenco principal, con un trabajo desenfadado y ligero. Las cuatro son un cóctel disfrutable, convergiendo en esa sensación de cercanía grupal. Así se culmina el trabajo en conjunto, llegando a buen puerto.

Sexualidad y feminismo

Una de las principales virtudes de Lujuria (Lust) es la capacidad de suscitar interés con cada episodio, para invitar al espectador a disfrutar del siguiente. Además, le acompaña una duración que es perfecta para este tipo de formatos, donde no hay una búsqueda de duración más elevada y las tramas van desarrollándose de una manera dinámica. Por lo cual, hay ese ritmo entre los distintos episodios que hace que fluya sin problema, haciendo que sea un divertimento efectivo y con el que una audiencia conectará fácilmente. A pesar de no haber una renovación en el apartado técnico, hay que aplaudir la labor de montaje, que han sabido dar espacio a cada una de las partes, así como la dirección del propio proyecto que logra que el resultado sea eficaz, visualmente relajado y juguetón.

Por otra parte, la dirección de arte lanza una línea editorial en la que se busca la mayor verosimilitud con la realidad actual, por lo que propone un estilo que hace que sea fácil identificar de quién se trata. De esta forma, se plantea una concreción en el sello de identidad de cada uno de los personajes, facilitando que se pueda relacionar fácilmente varios de los elementos independientes. Asimismo, hay una confluencia de decisiones artísticas bien realizada en el momento en el que coinciden las diferentes facciones de la serie. También hay que destacar la selección de exteriores, que aportan mayor actividad a la ficción en sí. En resumen, es una serie relajada, con puntos más que notables de humor y que gana en la manera en la que retrata la sexualidad femenina.

Conclusión

Lujuria (Lust) es una ficción que aborda la sexualidad, desde un punto de vista feminista, pero también muestra cómo influye en los distintos campos de la rutina. Así logra establecer un diálogo que es importante, por la carga social que implica, pero donde también se disfruta por un buen manejo del humor. A nivel interpretativo, las cuatro protagonistas conectan entre ellos, destacando entre sí Anja Lundqvist y Elin Klinga. Por otro lado, a nivel técnico, se valora positivamente el ritmo fluido entre los distintos episodios, así como un buen resultado de la dirección artística. Una conversación con humor, donde se valora la progresión de sus personajes principales y el hablar sin tapujos del sexo en sus distintas aristas.

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