El francés David Moreau retoma el terror adentrándose en el terreno del nuevo extremismo francés que ya había explorado con Ellos (Ils, 2006). Esta vez dirige MadS, donde un grupo de adolescentes deben experimentar el brote de un virus que convierte a las personas en zombies sedientos de sangre y violencia. Tras su premier europea en el Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges, todavía no cuenta con fecha de estreno en cines españoles.
Crítica de 'MadS'
Resumen
Ficha Técnica
Título: MadS
Título original: MadS
Reparto:
Milton Riche
Laurie Pavy
Lucille Guillaume
Yovel Lekowski
Xiomara Melissa Ahumada Quito (La madre de Alice)
Año: 2024
Duración: 95 min.
País: Francia
Director: David Moreau
Guion: David Moreau
Fotografía: Philip Lozano
Música: Nathaniel Mechaly
Género: Terror
Distribuidor: A Contracorriente Films
Tráiler de 'MadS'
Sinopsis
Tras probar una nueva droga, Romain sale de fiesta. De camino, recoge a una mujer herida de un lado de la carretera, la cual, al subir al coche, es presa del pánico y se golpea la cabeza hasta morir. Así comienza una noche de pesadilla durante la que Romain será incapaz de distinguir qué es real y qué son los efectos de un fármaco tan misterioso como potente. (A Contracorriente Films)
Dónde se puede ver la película en streaming
Un ambicioso ejercicio técnico
David Moreau comentó en el Festival de Sitges que la película se había rodado únicamente en cinco días. Y que el resultado final era el producto de una de esas tomas. MadS es un plano secuencia de 95 minutos.
Este ambicioso ejercicio técnico comienza por todo lo alto. Romain (Milton Richie) prueba una nueva droga, inmediatamente después coge el coche y se encuentra con una chica herida en medio de la carretera. Y, desde ahí, todo se empezará a complicar. La sencillez con la que la cámara cambia de ambientes (la casa del camello, la carretera, el hogar de Romain, la fiesta…) dota a la película de una fluidez muy disfrutable, especialmente durante la primera parte del filme.
En cuanto la trama se dispersa y se fragmenta, el ritmo se ve acelerado por la urgencia de los eventos, fomentando a su vez la sensación de opresión para el espectador y para los personajes, que no pueden escapar de su destino. Ya no se sigue a un chaval drogado, perdido y paranoico. Ahora se enfrenta a una ensangrentada y eufórica Laurie Pavy que lame el cuello y tapa los ojos de Lucille Guillaume mientras esta intenta no perder el control de la moto en la que ambas van montadas. La lente pasa de espectadora a partícipe. La cámara corre, se esconde, vibra y se ensucia mientras filma a los personajes.
Un enrevesado suceso de tramas
De Romain se sabe que es joven, que es rico y que no se siente comprendido. Por lo menos no por su padre, quien parece ignorarlo siempre y cuando no sea necesario alzar la voz para darle una reprimenda. Tiene una novia (Laurie Pavy) que le atosiga y a quien no acaba de soportar. Y tiene una amante (Lucille Guillaume), amiga de su novia, con quien desfoga carnalmente sus frustraciones.
Moreau presenta a una juventud perdida en la fiesta y las drogas para quienes la barrera entre el bien y el mal está muy distorsionada. Qué mejor que un virus extremadamente contagioso para unir a todas esas personas individualistas. Sin embargo, el comentario social no llega a despegar del todo. El nuevo extremismo francés —además de por el extremismo y por lo francés— se nutre también de la crítica y las preocupaciones sobre el ser humano y el mundo. Aquí, una vez se pierde a Romain, las tramas se desdibujan y pierden parcialmente el sentido. No hay un estudio incisivo de los personajes de Pavy y Guillaume, no se llega a entender por qué actúan como lo hacen o por qué reaccionan de determinadas maneras.
Aunque en ocasiones parezca que la cinematografía, la depravación y la sangre pueden opacar el resto de aspectos del filme por su fácil disfrute, no deja de surgir la duda en cuanto a la narrativa. MadS no acaba de tener un sentido completo, ni en el ensamble de los personajes, ni en el desarrollo del virus. Y esto acaba comprometiendo el ritmo de la película, o igual el ritmo compromete a la narrativa. Porque de repente todo va muy rápido y no hay espacio para la humanidad entre el salvajismo.
Conclusión de 'MadS'
David Moreau dirige una película de zombies muy opresiva en cuanto a su estética, ritmo y técnica. Sin embargo, pierde fuerza al dividir su trama en tres partes donde la primera está claramente por encima en la balanza. MadS consigue hacerte saborear la sangre, sentir la violencia y palpar la perversión en un interesante plano secuencia, pero no llega a profundizar del todo en la historia ni en los personajes propuestos.
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