Magical Girl, la segunda obra de Carlos Vermut (Manticora), es una película que hizo resonar su nombre dentro de la escena arthouse del cine español, como un director polémico que no dejaba a nadie indiferente. Además, se alzó con numerosos galardones dentro de festivales cómo los Goya o San Sebastián. Estrenada el 17 de octubre de 2014 en salas de cine españolas.



Magical Girl

Crítica de 'Magical Girl'

Ficha Técnica

Título: Magical Girl
Título original: Magical Girl

Reparto:
Luis Bermejo (Luis)
Bárbara Lennie (Bárbara)
José Sacristán (Damián)
Israel Elejalde (Alfredo)
Lucía Pollán (Alicia)
Alberto Chaves (Tendero)
Teresa Soria Ruano (Adela)
Elisabet Gelabert (Ada)
Eva Llorach (Laura)
David Pareja (Javier)
Marina Andruix (Bárbara niña)

Año: 2014
Duración: 127 min.
País: España
Director: Carlos Vermut
Guion: Carlos Vermut
Fotografía: Santiago Racaj
Música:
Género: Drama psicológico
Distribuidor: Avalon Distribución Audiovisual

Filmaffinity

IMDB

Tráiler de 'Magical Girl'

Sinopsis

Alicia (Lucía Pollán), una niña enferma, sueña con el vestido de la serie japonesa "Magical Girl Yukiko". Luis (Luis Bermejo), su padre, hará todo lo que esté en su mano para conseguirlo. Su destino se cruza con el de Bárbara (Bárbara Lennie), una atractiva joven con desórdenes mentales, y con el de Damián (José Sacristán), un profesor retirado de todo menos de su tormentoso pasado. Luis, Bárbara y Damián quedarán atrapados en una red de oscuros chantajes, en la que instintos y razón se debatirán en una trágica lucha. (Avalon Distribución Audiovisual)

Dónde se puede ver la película en streaming



Encajar las piezas del rompecabezas 

Esta coproducción franco española plantea un duro drama con delicadas notas de la cultura japonesa que contrastan con nuestro imaginario y dotan a la historia un aire casi mágico. 

El autor presenta en Magical Girl la cara de la cruz, la magia o la razón, la pasión más animal o la contingencia más racional; creando paralelismos entre los distintos entornos de los protagonistas que nos hacen pensar en que todos nos balanceamos dentro de esta ambivalencia que es inherentemente humana. 

Magical Girl es una de esas películas que tras verlas, debes dejarte unos minutos para que repose. Para poder ordenar los sentimientos que te ha generado, entender todo lo que nos plantea y encajar la manera tan cruda en la que te presenta, en unas escasas dos horas de metraje, tres historias cruzadas. 

Dividido en tres partes: Mundo, Demonio y Carne, plantea la historia de tres personajes Luis, Bárbara y Damián. 

Creando un complejo rompecabezas donde las vidas de estos tres protagonistas se entrelazan poco a poco, dando sentido al puzzle que plantea Vermut a medida que avanza la trama. 

Magical Girl película
Copyright Avalon Distribución Audiovisual

La trinidad de los desamparados 

Magical Girl empieza por componer las realidades de cada uno de los personajes por separado, a fuego lento y dosificando mucho la información que recibimos. Así consigue sentar las bases de lo que conocemos y de lo que no, antes de empezar a jugar con las casuísticas dentro de la vida de nuestros protagonistas que les hacen coincidir. 

Los tres personajes tienen un punto común, su compleja y dura realidad; (Luis Bermejo) es un profesor de literatura en paro, padre de una niña enferma de leucemia, que es una apasionada del mundo del anime y el manga. Damián (José Sacristán) también es profesor, pero de matemáticas, ya retirado, pretende rehacer su vida tras un período en prisión. Bárbara (Bárbara Lennie), la protagonista dentro los protagonistas y la que vertebra las relaciones entre los tres, es una mujer magnética con tendencias autodestructivas que vive en una relación tóxica con su marido, un psiquiatra que la mantiene medicada constantemente para controlar sus problemas mentales. 

Nos es fácil reconocer el tono del director a la hora de tratar los entornos de los protagonistas, realidades que violentan al espectador y nos hacen mirar muy adentro, planteándonos mucho de nosotros mismos. 

Además, cabe destacar la figura de la protagonista, Bárbara, como la femme fatale del siglo XXI, que arrastra consigo a todos los hombres de su vida casi sin inmutarse, provocando su perdición sin proponérselo. 

Bárbara Lennie
Copyright Avalon Distribución Audiovisual

La trama en los márgenes 

El director juega con nuestro imaginario con una destreza que denota su dominio del séptimo arte. Dejando parte de la trama sobreentendida, en los márgenes, permitiéndonos participar un poco en la historia, completando las piezas que nos faltan para comprender lo que no vemos. 

Este juego de las elipsis funciona tremendamente bien en Magical Girl gracias a que Carlos Vermut nos deja un caminito de mollas de pan a través de la simbología de la película, que permite que conectemos los puntos para trazar la red argumental del largometraje, consiguiendo así engancharnos a la narrativa, ya que nos hace partícipes de ella. 

Magical Girl película
Copyright Avalon Distribución Audiovisual

Entre la razón y la pasión 

En el transcurso del relato, vamos viendo cómo los personajes actúan movidos por los deseos e impulsos más profundos, con una extraña pasividad que nos mantiene en tensión. Vemos como Luis se obsesiona por conseguir un vestido para su hija, como Bárbara hace lo que sea para mantener una relación que en el fondo sabe que le hace daño o como Damián intenta evitar algo a toda costa porque sabe que si se expone no podrá resistirse. 

Esta eterna dicotomía entre lo racional y lo pasional es la génesis del debate que plantea Magical Girl. Con la simple metáfora de las corridas de toros, aterriza este equilibrio Platónico entre la pasión y la razón dentro de los entresijos de nuestra sociedad, la cultura de un país que, aun queriendo ser racional, sigue movido por la pasión y la vehemencia. 

Conclusión de 'Magical Girl'

Magical Girl es una película que habla de la casualidad más fatalista y del debate que tenemos todos dentro de nosotros entre lo que debemos y lo que sentimos. 

Un film que juega con los vacíos, la simbología y la más amarga naturaleza humana para explicarnos un relato en tres actos, que consigue que nos hagamos un poco nuestro. 

Navegando entre lo que conocemos y lo que no (el talante patrio, conocido y la estética japonesa que nos queda lejana y exótica) nos plantea las situaciones más abrumadoras que podemos llegar a hacer por amor y nos hace plantearnos cuan egoístas y crueles podemos llegar a ser para preservar lo que más queremos.

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