Navidad en Baltimore es una comedia romántica dirigida por Jay Duplass que sigue la historia de un hombre que se rompe un diente en Nochebuena y se embarca en un romance inesperado con su dentista de urgencias. La película es un retrato cálido y divertido de la conexión humana en la época navideña, explorando temas de vulnerabilidad, esperanza y el poder del amor. Ganadora el Premio del Público (categoría Narrative Spotlight) en el festival de cine y televisión SXSW de 2025. Se puede ver desde el 13 de diciembre de 2025 en Movistar Plus+.
Resumen
Ficha Técnica
Título: Navidad en Baltimore
Título original: The Baltimorons
Reparto:
Michael Strassner (Cliff)
Liz Larsen (Didi)
Olivia Luccardi (Brittany)
Rob Phoenix (Marvin)
Chris Strassner (Darlene)
Lewis Peterson (Conductor de grúa)
Jessie Cohen (Shelby)
Zoe Strassner (Maddie)
Brian Mendes (Conway)
Mary Catherine Garrison (Patty)
Morgan Dixon (Tonya)
Drew Limon (Kayden)
Stacy Caspari (Tracy)
David Strassner (Tío Frank)
Marina Erickson (Kathy)
Año: 2025
Duración: 99 min.
País: Estados Unidos
Director: Jay Duplass
Guion: Jay Duplass, Michael Strassner
Fotografía: Jay Duplass, Michael Strassner
Música: Jordan Seigel
Género: Comedia romántica
Distribuidor: Madfer Films
Sinopsis
Una divertida, encantadora y dulce comedia romántica sobre un excómico de improvisación y una dentista cuyas vidas chocan por casualidad en una Nochebuena cualquiera.
Dónde se puede ver la película en streaming
Una historia sin mordiente
Navidad en Baltimore parte de una premisa sencilla y potencialmente encantadora. Es el tipo de punto de partida que remite a la comedia romántica indie de los 2000, donde los encuentros fortuitos y los diálogos cotidianos prometen una conexión emocional honesta.
Sin embargo, Navidad en Baltimore nunca consigue convertir esa anécdota simpática en un relato con verdadero peso narrativo. El guion avanza a trompicones, apoyándose casi exclusivamente en la casualidad y en la supuesta química entre los protagonistas, sin desarrollar conflictos reales ni una progresión emocional creíble.
Jay Duplass opta por una puesta en escena minimalista, muy en la línea del cine independiente estadounidense que prioriza la naturalidad y los diálogos aparentemente improvisados. El problema es que aquí esa contención se confunde con falta de energía y de intención.
Las escenas se suceden con un ritmo plano, sin picos emocionales ni una verdadera sensación de viaje. Duplass parece más interesado en capturar momentos que en construir una historia, lo que en una comedia romántica resulta especialmente problemático. Hay una sensación constante de obra menor, de ejercicio ligero sin ambición, como si el director se conformara con la simpatía de la idea inicial sin esforzarse en desarrollarla.
Correcto pero sin chispa
Las interpretaciones son funcionales, naturales, pero demasiado contenidas. Los protagonistas, Michael Strassner y Liz Larsen, cumplen con el tono discreto que propone Navidad en Baltimore, aunque esa discreción acaba jugando en su contra, falta carisma, falta tensión romántica y, sobre todo, falta vulnerabilidad real.
Los diálogos, que deberían ser el corazón del filme, no terminan de despegar, se mueven entre lo anecdótico y lo intrascendente, sin frases ni momentos que dejen huella. La relación se construye más por acumulación de escenas que por evolución emocional.
Postales bonitas, emociones ausentes
Visualmente, Navidad en Baltimore es agradable sin ser memorable. La fotografía aprovecha bien las luces navideñas y algunos rincones urbanos, pero todo tiene un aire genérico, casi televisivo, no hay una identidad visual clara ni un uso creativo del espacio.
La música acompaña sin destacar y el montaje mantiene un ritmo uniforme que, lejos de resultar relajante, termina siendo monótono. La Navidad está presente como decoración, pero no como atmósfera emocional.
Navidad en Baltimore es una película pequeña incluso para los estándares del cine indie. Su premisa prometía un romance cálido y espontáneo, pero el resultado es una historia desangelada, sin conflicto ni verdadera emoción. No es una película ofensiva ni desastrosa, pero sí profundamente olvidable, una comedia romántica navideña que, paradójicamente, carece de espíritu navideño y de corazón.
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