El pasado 5 de mayo se estrenó Paraíso perdido en el Centro Dramático Nacional, versión de Helena Tornero y Andrés Lima del poema de Milton. Mediante una adaptación moderna, reflexiona sobre cuestiones éticas, morales y filosofías. Un combate dialéctico con Dios, en la piel de Pere Arquillué, y Satánas, encarnado por Cristina Plazas. Estará en cartel hasta el 18 de junio en el Teatro María Guerrero.

Paraíso perdido en el Centro Dramático Nacional

'Paraíso perdido' en el Centro Dramático Nacional

El 5 de mayo llegó Paraíso perdido al Centro Dramático Nacional, en el Teatro María Guerrero, el gran poema épico de John Milton (Londres,1608-1674), adaptado al teatro con texto de Helena Tornero, dramaturgia de Helena Tornero y Andrés Lima, y dirección de Andrés Lima. Estrenada en el Grec de Barcelona en julio del año pasado y coproducida por el Centro Dramático Nacional, Teatre Romea y Grec 2022 Festival de Barcelona, la obra culmina en Madrid una exitosa gira que la ha llevado por múltiples escenarios de España, de Cataluña a Andalucía, pasando por las Islas Baleares y Canarias, Navarra, País Vasco, La Rioja o Castilla y León, entre otras.

La célebre obra maestra de John Milton, Paradise Lost, es uno de los principales poemas épicos de la literatura universal, en la línea de las dos grandes epopeyas homéricas o la Divina Comedia. “Es un texto muy hermoso, aunque complejo, y que ha tenido una gran influencia en la cultura occidental, especialmente la anglosajona, en la cual Milton está a la altura de Shakespeare”, declara Helena Tornero, quien se enfrentó a la labor titánica de adaptar a las tablas los doce libros y diez mil versos que componen el poema.

Paraíso perdido en el Centro Dramático Nacional
Foto de "Paraíso perdido" (CDN)

Texto abierto

“He abrazado mucho de lo que ofrece Milton – un personaje trágico, el tema de la rebelión, la lucha del bien y del mal, el libre albedrío, un lenguaje fuertemente poético - para luego, a medida que avanza la acción, ir llevándolo hacia un territorio más contemporáneo”, apunta Tornero sobre su texto.

Más allá de inspirarse en pasajes de la Biblia, como la historia del pecado original o la del ángel caído, se trata de un texto abierto a muchas interpretaciones, que lanza preguntas trascendentales sobre temas universales, trascendiendo la religión e interpelando al espectador a nivel ético, moral y filosófico. “Este montaje es el intento de comprender nuestros comportamientos, de saber si la fe es sólo un plan preconcebido para asegurar la obediencia; si la espiritualidad es la intangibilidad de la libertad o la perpetuación del miedo”, manifiesta Andrés Lima.

Sobre los personajes

En escena, el personaje de Dios (interpretado por Pere Arquillué -recientemente galardonado en los Premios MAX como Mejor actor por su trabajo en L’adversari-) se bate en duelo dialéctico con Satanás (Cristina Plazas) a raíz de la sublevación del ángel caído. La riqueza de la obra original, para la autora del texto, es precisamente su continua contradicción interna: “Milton nos muestra que ambos personajes tienen sus luces y sus sombras, ya que ni él mismo, aun siendo una persona creyente, pudo evitar sentir compasión, incluso fascinación, por el personaje de Satanás, que aquí tiene toda la carga de un personaje de tragedia griega”. “Creo que el teatro ha de mostrar la complejidad del mundo, hacer tambalear nuestras seguridades y creencias, nuestras certezas”, concluye la dramaturga catalana.

En paralelo, asistimos a la historia de Adán y Eva en el Paraíso (interpretados por Rubén de Eguía y Lucía Juárez), y al engaño perpetrado por el Diablo para inducirles a la desobediencia. Helena Tornero añade a la historia un matiz: introduce el pensamiento de Eva. “Me pareció interesante imaginar, sin cambiar su rol en la escena, qué estaría pensando ella en esa situación concreta”, explica. Así, la autora aporta un potente discurso que visibiliza la voz femenina, históricamente acallada. “No podía obviar una mirada más crítica y decolonial, que pone en crisis ese modelo del hombre como el amo y señor de la naturaleza, de los animales y de la mujer."

CDN
Foto de "Paraíso perdido" (CDN)

Homenaje

La propuesta supone además lo que Helena Tornero define como “un homenaje al oficio del comediante, tantas veces vilipendiado, menospreciado y demonizado por su capacidad fascinante de transformación y transgresión”, una capa que añade la dramaturga a raíz de sus investigaciones sobre la demonización del oficio del actor a lo largo de la historia.

Completan el reparto Maria Codony y Laura Font. La escenografía y vestuario son obra de Beatriz San Juan, colaboradora habitual de Lima, el diseño de iluminación es de Valentín Álvarez (AAI), la música original y espacio sonoro de Jaume Manresa y el autor de la videocreación es Miquel Àngel Raió.

Paraíso perdido se estrenó el viernes 5 de mayo en el Centro Dramático Nacional en la Sala Grande del Teatro María Guerrero, donde estará hasta el domingo 18 de junio.

FUENTE DPTO. DE COMUNICACIÓN DE CENTRO DRAMÁTICO NACIONAL

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