Pared con pared es el debut en el largometraje de la cantante Aitana. Un remake de la película francesa de 2015 Tras la pared, que dirige la catalana Patricia Font (El maestro que prometió el mar). La película es una comedia romántica protagonizada por una aspirante a pianista y un inventor huraño. La gracia reside en que ambos viven en unos apartamentos cuya pared es tan fina que les permite oír absolutamente todo lo que sucede al otro lado.
Protagonizada por la ya mencionada Aitana, vista en la serie La última, la cinta cuenta con otros rostros conocidos como Fernando Guallar (El juego de las llaves), Paco Tous (La casa de papel) o Miguel Ángel Muñoz (100 días con la Tata). Pared con pared llega a Netflix el 12 de abril de 2024.
Crítica de 'Pared con pared'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Pared con pared
Título original: Pared con pared
Reparto:
Aitana (Valentina)
Fernando Guallar (David)
Paco Tous
Natalia Rodriguez
Adam Jezierski
Miguel Ángel Muñoz
Año: 2024
Duración: 98 min.
País: España
Director: Patricia Font
Guion: Marta Sánchez. Remake: Lilou Fogli, Clovis Cornillac, Tristan Schulmann, Mathieu Oullion
Fotografía: Dani Arregui
Música: Arnau Batallar
Género: Comedia, romance
Distribuidor: Netflix
Tráiler de 'Pared con pared'
Sinopsis
Valentina (Aitana) es una joven pianista que se prepara para una audición. David (Fernando Guallar), un inventor de juegos que solo puede concentrarse en silencio. Solo una delgada pared les separa... ¿lograrán aprender a convivir?. (Netflix)
Dónde se puede ver la película en streaming
Un punto de partida original
Pared con pared es la nueva película de la directora Patricia Font. Lo que supone un cambio, podría decirse, brusco respecto a su emotiva y muy exitosa El maestro que prometió el mar. En este caso la catalana, de la mano de Netflix, dirige un remake de una cinta francesa, titulada Tras la pared, estrenada en el año 2015. Una comedia romántica que partía de una premisa bastante original o al menos curiosa. Por un lado tenemos a un inventor de juegos infantiles que lleva tres años encerrado en su piso. Un tipo huraño que necesita silencio absoluto. Y al otro lado de la pared, nos encontramos con una aspirante a pianista que necesita practicar mucho a Beethoven, para una importante audición.
¿Entonces dónde está la gracia más allá de las personalidades opuestas? Pues en algo muy rocambolesco y que podría haber dado más juego. Los dos viven pared con pared y, cosas de la magia, la estructura que les separa es tan fina que pueden oírlo absolutamente todo. De modo que no tardan en comenzar a hablar y a hacerse compañía mutua. No sin antes discutir mucho y hacerse distintas rabietas. Dándose cuenta ambos de que la conversación con ese vecino al que nunca han visto antes les resulta muy confortable y gozosa.
¿Se puede uno enamorar prescindiendo de lo visual?
Así que pronto De pared con pared entra en la fase de pensarse la relación de ambos protagonistas. Haciendo dudar al espectador, muy ligeramente, sobre las bases que cimientan una relación. Porque, ¿se puede uno enamorar de alguien al que no ha visto nunca? Es cierto que hoy en día son muy habituales las amistades o incluso las relaciones a distancia con personas que quizás solamente has visto a través de una pantalla. ¿Es esa pantalla una especie de pared que se interpone entre los seres humanos? ¿Podríamos realmente despojarnos totalmente de los prejuicios visuales a la hora de enamorarnos?
Verdaderamente la premisa de la cinta podría haber dado para abordar temas interesantes, aunque la película prefiere quedarse en la orilla de lo insustancial. Obviamente a una comedia romántica no le pides una reflexión sesuda sobre conceptos muy profundos, pero una pequeña profundidad siempre ayuda a que el conjunto no sea tan anodino. Especialmente si ha cambio lo que ofreces es mucha cafetería especialista en smoothies. Es decir, si te abandonas a la ligereza por completo, por lo menos que sea para conquistar la sonrisa. O porque el romance entre los protagonistas va a ser de esos que calan.
Para fans de Aitana
No obstante, Pared con pared sabe perfectamente que tiene un público muy fiel y muy asegurado. Las legiones de fans de Aitana seguro que devoran con pasión la película y eso Netflix lo sabe y por eso se abandona a su reina. Para dotarla de un instrumento pensado únicamente para que ella se luzca. No hay ningún personaje que pueda hacerle sombra. No por nada, simplemente porque ninguno de ellos está escrito con carisma. Tenemos a la prima pizpireta, al ex-novio tóxico que dirige una orquesta, al vecino raro que realmente podría ser modelo de Vogue, al amigo del vecino raro que seguramente sea el más real y al dueño de la cafetería super cool.
Entonces todo nos conduce a Aitana. Y por eso se echa de menos un poco más de música, ya que cuando Aitana tiene la opción de lucirse en lo suyo lo hace muy bien. Porque como actriz se nota voluntariosa, pero muy plana. Siempre con ese tono aniñado y despistado. Y esa vocecita pequeñita que no acaba de romper. Esto no quiere decir que con más experiencia no pueda mutar en un cisne de las tablas. Ya que carisma y cierta gracia tiene. Siempre muy estilosa y con un look perfectamente estudiado para cada plano. Teniendo quizás la cinta su mayor acierto en ese tono naif. De colores y estancias imposibles. Una especie de mundo de fantasías en el que una camarera puede permitirse un precioso apartamento en el centro de Madrid. Así como un precioso piano.
Conclusión "Pared con pared"
En resumen, Pared con pared es una cinta pensada muy especialmente para aquellos fans de la cantante catalana. Una comedia romántica, remake de una cinta francesa, que lo apuesta todo a Aitana. Sabiendo que su sola presencia será suficiente para arrastrar a un gran número de espectadores. Con un tono naif y de cuento de hadas que puede ser su mayor acierto. Siempre con el look perfecto y la frase que el momento actual requiere. La película podría haberse arriesgado a profundizar algo más. Desaprovechando la faceta en la que mejor se desenvuelve la cantante. Dejándonos con ganas de más voz y menos Beethoven. Al fin de cuentas escuchando cantar también se podría haber distraído el genio de los inventos.
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