Queer Me es un documental íntimo y político que explora la identidad queer a través de la experiencia personal de su directora, Irene Bailo Carramiñana. La película sigue su viaje de autodescubrimiento, desde sus primeros amores adolescentes hasta su integración en la comunidad queer de Toulouse. A través de material de archivo y registros documentales actuales, Queer Me construye una mirada coral del movimiento transfeminista y su lucha por la visibilidad y el reconocimiento. Con una narrativa emotiva y un estilo visual innovador, este documental se perfila como una obra clave del cine queer contemporáneo. Estreno el 12 de diciembre de 2025 en salas de cine españolas.
Crítica de 'Queer Me'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Queer Me
Título original: Queer Me
Reparto:
Año: 2025
Duración: 95 min.
País: España
Director: Irene Bailo Carramiñana
Guion: Irene Bailo Carramiñana, Céline Ducreux
Fotografía: Arnaud Alain, Sonia Llera
Música:
Género: Documental
Distribuidor: Nueve Cartas
Tráiler de 'Queer Me'
Sinopsis
Desde sus primeros amores adolescentes hasta el descubrimiento de la comunidad queer de Toulouse, Irene explora su relación con las normas sociales y las del propio colectivo. Queer me es un viaje vital, político y generacional que, a través de material de archivo, recuerdos personales y registro documental actual, construye una mirada íntima y coral del movimiento transfeminista desde la casa okupa TDB. (Nueve Cartas)
Dónde se puede ver el documental en streaming
Cartografiarse para existir
Queer Me no es un documental observacional al uso ni una crónica ajena filtrada a través de la distancia formal, es, ante todo, una carta abierta, un mapa emocional, un intento de comprender quién es Irene en el mundo y qué significa pertenecer, o no, a un colectivo que a su vez se encuentra redefiniéndose constantemente.
Lo interesante es que el descubrimiento de la comunidad queer no se trata como la arcadia prometida, sino como un espacio vivo, contradictorio, transformador pero también exigente, donde las etiquetas que liberan a unos pueden ahogar a otros. En ese juego, la directora se expone a sí misma como sujeto en construcción, donde el cuerpo pasa de ser campo de batalla a territorio habitado.
La cámara como extensión de la piel
Irene Bailo Carramiñana demuestra una sorprendente madurez en la puesta en escena, evitando los dos grandes peligros de este tipo de obras, la solemnidad impostada y el panfleto. Su dirección es cercana sin volverse terapéutica, militante sin volverse dogmática. Se nota que conoce bien los debates internos del movimiento transfeminista, desde el lenguaje inclusivo hasta las tensiones generacionales, pero su narración elige observar antes que sentenciar.
Lo más destacable es cómo utiliza la cámara con un pudor consciente, a veces está tan cerca que incomoda, pero no para violentar, sino para obligarnos a estar dentro, otras, mantiene distancia, como si la directora se negara a apropiarse de lo que es colectivo. Ese vaivén, que podría percibirse como titubeo, termina convirtiéndose en su estilo.
Voces que se liberan
Aparecer frente a una cámara sabiendo que nada de lo dicho se perderá exige valentí. Queer Me captura con respeto, y sin romantizar, la fragilidad, el humor, el desencanto, la rabia y la ternura de una generación que crece aprendiendo a defenderse.
La propia presencia de Irene funciona como columna vertebral. Lo interesante es que ella no busca convertirse en protagonista absoluta, sino en hilo conductor, no pide ser mirada, sino escuchada, que es distinto. Las intervenciones de otras voces aportan matices y, por suerte, no se adhieren a la uniformidad que a veces se quiere proyectar desde fuera. Hay dudas, desacuerdos, contradicciones, y ese es quizá el mayor logro del filme.
Lo que queda grabado
En lo técnico, Queer Me abraza lo imperfecto como gesto estético y político. El montaje es ágil pero reflexivo, dejando silencios que hablan solos. La banda sonora, a ratos atmosférica, a ratos cotidiana, sirve de puente emocional sin invadir el discurso.
La fotografía fluctúa, hay planos poéticos de una belleza humilde, donde las manos, las miradas y los objetos cotidianos cuentan tanto como los discursos. Además, también hay momentos visualmente austeros, pero se sienten coherentes con lo que se narra. No es un documental que busque agradar sensorialmente, sino conmover desde la sinceridad.
Conclusión de 'Queer Me'
Queer Me es un documental necesario no sólo por lo que muestra del movimiento transfeminista, sino por cómo lo muestra, con la complejidad que cualquier comunidad merece, lejos de simples consignas. Es íntimo pero político, generacional sin ser excluyente, personal sin caer en narcisismo. No lo considero una obra redonda, a veces el ritmo se resiente, algunas ideas se reiteran, pero su honestidad lo convierte en un espejo que incomoda y abraza casi al mismo tiempo.
Únete a nuestro CANAL DE TELEGRAM





