¿Quién teme al pueblo de Hitler?, tal y como se la conoce en nuestro país, es la nueva cinta documental de Günter Schwaiger (conocido por La maleta de Marta, El paraíso de Hafner o el Buzo) centrada en Braunau am Inn. La elección de este lugar como núcleo de la obra no es accidental, pues se trata del lugar en el que nació Adolf Hitler, lo que genera toda clase de preguntas: ¿Cómo ha afectado este hecho a sus habitantes?. ¿Qué acciones se han tomado con relación a la memoria histórica?. Cabe destacar que la cinta, seleccionada recientemente como candidata al Goya a la Mejor Película Europea, se estrenará en Filmin el 29 de noviembre de 2024, y hoy vengo a daros mis impresiones y contaros si merece la pena darle una oportunidad.
Crítica de 'Quién teme al pueblo de Hitler'
Resumen
Ficha Técnica
Título: ¿Quién teme al pueblo de Hitler?
Título original: Wer hat Angst vor Braunau?
Reparto:
Año: 2023
Duración: 99 min.
País: Austria
Director: Günter Schwaiger
Guion: Günter Schwaiger, Julia Mitterlehner
Fotografía: Günter Schwaiger
Música:
Género: Documental
Distribuidor:
Tráiler de ¿Quién teme al pueblo de Hitler?
Sinopsis
¿Por qué nunca se ha hecho una película en Austria sobre el lugar de nacimiento de Hitler? Esta fue la pregunta que se hizo el director Günter Schwaiger cuando empezó a trabajar en esta película en 2018. Poco antes, la casa había sido expropiada por la República de Austria. Durante cinco años, el director acompañó los apasionantes acontecimientos en torno a la reutilización de la casa natal de Hitler con una mirada muy personal. Desde el cuestionamiento del cliché de la "ciudad nazi" hasta sorprendentes e indignantes descubrimientos, su camino le acaba conduciendo a su propia historia familiar. (Syldavia Cinema)
Dónde se puede ver la película en streaming
Una investigación oculta
Hay documentales que atrapan con su premisa, presentando una idea que resulta irresistible para cualquier espectador, mientras que hay otros que necesitan de una exhaustiva exposición de ideas para poder mantener su atención. En el caso de ¿Quién teme al pueblo de Hitler? ocurre lo primero, pues lo que Günter Schwaiger plantea es un viaje al corazón rural austriaco para analizar cómo se aborda la alargada sombra del dictador nacionalsocialista.
La memoria histórica ha sido abordada en una infinidad de obras, ya sean documentales o de ficción, pero en pocas se ha buscado ir hasta la fuente del problema, señalando como hasta el aspecto más inofensivo puede causar problemas si está mínimamente relacionado con quien se considera la fuente del mal. A fin de cuentas, el simple hecho de que Hitler naciera en Braunau am Inn ha llevado a que dicha ciudad cuente con una estigmatización dentro de Austria, señalándose la zona y la región en la que se encuentra como un lugar políticamente afín a la extrema derecha únicamente por su pasado.
Lo que Günter Schwaiger muestra en su cinta es una verdad incómoda: el pueblo austríaco es incapaz de afrontar su pasado de forma objetiva, mirando hacia otro lado cuando resurge el tema e incluso evitando hablar de ello cuando se les pregunta. Esto queda claro en la cinta desde su primera secuencia, un conjunto de entrevistas a transeúntes que son incapaces de mencionar a Adolf Hitler cuando se les pregunta acerca de las personas más conocidas en la historia de Austria.
Braunau am Inn parece ser el único lugar en el que este polémico tema se afronta de frente, pues su población debe vivir con la constante presencia tanto de lugares vinculados al dictador como de turistas interesados en sacar fotos únicamente por el morbo. Y ni hablemos de los neonazis dispuestos a mantener vivo el legado de Hitler, apareciendo en la obra varios en algunas de las secuencias más memorables de la cinta.
Quién no conoce su pasado está condenado a repetirlo
Bajo esta sencilla pero certera frase podría resumirse toda la obra. El pasado es algo que todas las generaciones deben conocer, independientemente de que este resulte más o menos vergonzoso. Aprender es un proceso necesario, y la base de una buena sociedad reside en una educación sólida que no evita hablar de los errores y reflexionar acerca de los actos de nuestros antepasados. Sin embargo, el pueblo austríaco parece interesado en no aprender, llevando a cabo errores que entroncan a la perfección con los deseos del pasado.
La principal línea argumental de ¿Quién teme al pueblo de Hitler? expone esto a la perfección, pues se nos muestra el proceso que se llevó entre 2018 y 2022 para decidir qué se haría con la casa natal de Hitler. Evitando convertirla en un centro de interés histórico, más allá del pequeño monumento de piedra localizado en su entrada, el pueblo de Braunau am Inn tenía como objetivo convertirlo en un centro social dedicado al cuidado de personas con problemas de salud mental. Sin embargo, el gobierno de Austria tenía otras intenciones: convertirla en una comisaría de policía.
Poco importa lo que el pueblo opinara; la decisión se ha tomado, y el lugar pronto servirá como una comisaría. Un triste símbolo del poder, una afiliación aparentemente casual del gobierno con el fascismo y un decepcionante ejemplo de cómo aquellos que evitan su pasado parecen condenados a repetirlo. A fin de cuentas, por mucho que la casa de Hitler no sea hoy en día más que un símbolo, la investigación presentada en ¿Quién teme al pueblo de Hitler? demuestra que las decisiones de un gobierno que rechaza su pasado pueden llegar a cumplir los deseos de aquellas personas consideradas tabú.
A pesar de estar centrado en un tema íntimamente relacionado con el pueblo austríaco, la cinta de Günter Schwaiger resulta universal en su mensaje, criticando la forma en la que la mayoría de los gobiernos modernos parecen rechazar los conflictos del pasado. Quizá es a través del silencio, del rechazo y de la incapacidad de acción cómo muchos países parecen estar volviendo a interesarse por los partidos políticos de extrema derecha. Quizá es que, simplemente, quien no conoce su pasado está condenado a repetirlo.
Una mirada personal
Como documental, ¿Quién teme al pueblo de Hitler? destaca por presentar una enorme variedad de entrevistas y perspectivas, dando un gran número de testimonios y versiones tanto de la situación de la ciudad como del pasado de Austria. Realmente conmovedora resulta la aparición de ciertas personas que vivieron la 2ª Guerra Mundial, incluyendo vídeos de archivo de los familiares del director, generando un interesante contraste entre la perspectiva de hace unas décadas y la perspectiva de la generación actual, más ajena al pasado.
La dirección de fotografía resulta acertada, presentando un vistazo detallado de la localidad de Braunau am Inn, así como del interior de la casa del dictador y de otras zonas del país, si bien en líneas generales el uso del encuadre y el planteamiento de la mayoría de las secuencias no resulta especialmente innovador. Algo más efectivo resulta el tratamiento sonoro, mezclando unos diálogos bien conservados con aportaciones musicales que enfatizan en el mensaje y en la constante ironía de la que hace gala la cinta.
Quizá donde más destaca ¿Quién teme al pueblo de Hitler? es en su acertado montaje, haciendo uso de técnicas no tan comunes en el género que permiten, una vez más, poner el foco en la ironía y en la crítica social sobre la que gira toda la obra. En este sentido, resulta indispensable mencionar la que a mi parecer resulta la secuencia más desgarradora y eficaz de toda la obra, un montaje paralelo de dos conjuntos de metrajes realizados en épocas similares y que evidencian la frialdad y la capacidad de la sociedad austriaca para mirar para otro lado incluso cuando el horror se encuentra en su hogar.
Más allá de esto, destacar que la información presentada en la obra se muestra de forma coherente y acertada, impidiendo en ningún momento que el espectador se pueda sentir abrumado o perdido, si bien el ritmo se resiente enormemente en ciertas partes debido a la reiteración constante de ciertas ideas.
Conclusión de ¿Quién teme al pueblo de Hitler?
¿Quién teme al pueblo de Hitler? resulta un interesante documental que parte de lo que podría considerarse una mera curiosidad histórica para criticar con eficacia uno de los mayores problemas de las sociedades modernas: el rechazo a la memoria histórica y la incapacidad de enfrentar los problemas del pasado, dando pie a dar fuerza a quienes aún aclaman a los dictadores. A pesar de contar con problemas de ritmo, redundando quizá en exceso en sus enseñanzas, y con una puesta en escena acertada pero poco creativa, ¿Quién teme al pueblo de Hitler? se trata de un memorable documental que no puedo más que recomendar.
Reportaje de ¿Quién teme al pueblo de Hitler? en Días de Cine TVE
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