Roofman: Un ladrón en el tejado es la nueva película de Derek Cianfrance, galardonado cineasta a quien descubrimos con la hipnótica Blue Valentine. Su trabajo tanto en esta cinta como en Cruce de caminos (The Place Beyond the Pines) dejaron claro que su compromiso con el drama y el romance es absoluto. Tras varios años trabajando en televisión y escribiendo guiones, Cianfrance regresa a la dirección con la ficcionalización de uno de los casos criminales más impactantes y alocados jamás vistos en Estados Unidos. Roofman se estrena el 12 de diciembre de 2025 en salas de cine españolas.
Crítica de 'Roofman: Un ladrón en el tejado'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Roofman: Un ladrón en el tejado
Título original: Roofman
Reparto:
Channing Tatum (Jeffrey Manchester)
Kirsten Dunst (Leigh Wainscott)
Peter Dinklage (Mitch)
Ben Mendelsohn (Pastor Ron)
Juno Temple (Michelle)
Uzo Aduba (Eileen)
Lakeith Stanfield (Steve)
Melonie Diaz (Talena)
Tony Revolori (Duane)
Molly Price (Sargento/Oficial Scheimreif)
Emory Cohen (Otis)
Lily Collias (Lindsay)
Michael Harding (Dean Woods)
Año: 2025
Duración: 126 min.
País: Estados Unidos
Director: Derek Cianfrance
Guion: Derek Cianfrance, Kirt Gunn
Fotografía: Andrij Parekh
Música: Christopher Bear
Género: Drama. Thriller
Distribuidor: Diamond Films España
Tráiler de 'Roofman: Un ladrón en el tejado'
Sinopsis
Basada en una historia real contada por un mentiroso.
Chaning Tatum, Kristen Dunst y Peter Dinklage protagonizan la extraordinaria y divertida historia de Jeffrey Manchester (a quien da vida Tatum), un criminal que asaltó más de 60 McDonald's entrando por un agujero que hacía en el techo en medio de la noche. Tras ser arrestado, se escapó de prisión y vivió escondido en una tienda de Toys R Us durante seis meses. (Diamond Films España)
Dónde se puede ver la película en streaming
Todo sea por la familia
Roofman: Un ladrón en el tejado me ha pillado un poco por sorpresa. Viniendo de Derek Cianfrance, maestro del romance desesperado y del drama meticuloso, me sorprendió (un tanto para mal, he de decir) que presentara como su siguiente película una comedia basada en hechos reales. Y no unos hechos cualesquiera, no: la historia más disparatada de uno de los atracadores más famosos de este último siglo. Si a eso le sumas el tener como protagonista a Channing Tatum, conocido especialmente por ser alguien carente de profundidad dramática, apaga y vámonos.
Sin embargo, uno no gana nada en la vida enfrentándose así al cine. El cine es para disfrutarlo y, sobre todo, para sorprenderse; dejemos, pues, que Cianfrance nos sorprenda. Y eso es lo que hice, lo que dio pie a una muy agradable sorpresa: Roofman: Un ladrón en el tejado quizá no sea la película más redonda del cineasta americano, y tampoco es que lo intente, pero no cabe duda de que resulta una obra con una profunda carga emocional que consigue calar hondo en el espectador.
Dirección meticulosa y buenos detalles técnicos
Uno de los principales aciertos de la cinta lo encontramos en la dirección de Derek Cianfrance. Alejado de las grandes peripecias técnicas y de la construcción de imágenes apoteósicas, su apuesta por la minuciosidad del plano y el montaje resulta francamente satisfactorio. Roofman: Un ladrón en el tejado es una película minimalista en tanto al constante uso de planos detalle, primeros planos y leves movimientos de cámara, acompañados constantemente por zoom-in y zoom-out que permiten al espectador comprender la meticulosidad de las artimañas ejecutadas por el protagonista.
Por supuesto que hay espacio para alguna que otra secuencia más “arriesgada” en lo técnico, como la aparición de un par de planos secuencia o un interesantísimo uso de la perspectiva en una secuencia de huida de la cárcel. Sin embargo, estos artificios no impiden comprender que la cinta de Cianfrance se encuentra más cerca de la meticulosidad de Robert Bresson y el intimismo de Alexander Payne que del frenetismo exacerbado del cine de acción y comedia moderno.
Durmiendo entre juguetes
Quizá el tono de Roofman: Un ladrón en el tejado puede pillar a más de uno por sorpresa. No es común encontrar una película que salta constantemente entre la comedia, el romance y el drama, y aunque esto juega más en contra que a favor de la cinta, lo cierto es que el excelente trabajo de Channing Tatum consigue aportar a la cinta un más que necesario toque de verosimilitud.
Así, alejándose de lo exagerado (e incluso ridículo) de sus papeles más conocidos, el actor de Alabama consigue representar a un personaje imperfecto, desesperado y carismático, que resulta al mismo tiempo tan creíble como increíble. Aunque en la primera secuencia pueda resultar un tanto inútil, su Jeff consigue calar hondo en los espectadores, lo que juega muy a favor de la ya mencionada carga dramática de la cinta.
En cuanto a los actores secundarios, encontramos un trabajo algo más irregular. Dejando a un lado la buena dirección de los niños actores y el genial papel de Kirsten Dunst, encontramos en Roofman: Un ladrón en el tejado una representación a ratos caricaturesca de los personajes secundarios. Estos no consiguen alcanzar un estatuto mayor al de meros arquetipos, personajes que rozan lo insoportable y cuya actuación resulta bastante limitada. Esto es una pena, y más teniendo en cuenta que en el reparto encontramos nombres tan impresionantes como Peter Dinklage (reducido al encargado gruñón) o Tony Revolori.
Mención especial a la banda sonora, compuesta por Christopher Bear. Su uso de la percusión y de las melodías tenues no solo ofrecen a los momentos más emocionantes de la cinta un toque más personal, si no que también permiten ahondar en la ambientación navideña (esto durante la segunda mitad del metraje) y en, como no, el sentimiento de soledad que ahoga a los protagonistas.

Conclusión de 'Roofman: Un ladrón en el tejado'
Roofman: Un ladrón en el tejado es una película que busca abarcar mucho, navegando en primera instancia y casi sin rumbo entre distintos tonos y géneros. Por momentos, parece que Derek Cianfrance no estaba seguro de cómo querer afrontar el proyecto, si desde el humor o desde el drama. Resulta sorprendente, pues, cómo todo el componente dramático y emocional cala tan bien en la segunda mitad de la obra: la actuación de sus dos personajes principales, unido al meticuloso manejo del encuadre y la cámara, permiten dar forma a un relato que poco a poco va volviéndose más íntimo, un estudio de personajes marcados por la soledad y la desesperación.
¿Se trata de una película graciosa? A ratos, pero no es para nada su objetivo. ¿Se trata, entonces, de una película entretenida? Sin lugar a duda. A pesar de contar con un inicio algo cliché y un conflicto inicial sencillo, la mezcla de true crime y la presencia de un buen romance dan forma a una película que, lejos de ser una obra maestra, resulta recomendable.
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