Mindhunter se estrenó en Netflix de la mano de David Fincher en 2017 como la adaptación de la novela Mind Hunter: Inside The FBI’s Elite Serial Crime Unit, de John E. Douglas y Mark Olshaker. La serie relata cómo se confeccionó el departamento de análisis del comportamiento del FBI para estudiar la conducta de notorios asesinos secuenciales de la mano de la psicóloga Wendy Carr (Anna Torv) y de los agentes Holden Ford (Jonathan Groff) y Bill Tench (Holt McCallany).
Crítica de 'Mindhunter'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Mindhunter
Reparto:
Jonathan Groff (Holden Ford)
Holt McCallany (Bill Tench)
Anna Torv (Dr. Wendy Carr)
Sonny Valicenti (empleado de ADT)
Stacey Roca (Nancy Tench)
Hannah Gross (Debbie Mitford)
Año: 2017-2019
Duración: 60 min.
País: Estados Unidos
Director: David Fincher, Carl Franklin, Andrew Douglas, Asif Kapadia, Tobias Lindholm, Andrew Dominik
Guion: John Douglas (novela), Mark Olshaker (novela), Joe Penhall
Fotografía: Erik Messerschmidt, Christopher Probst
Música: Jason Hill
Género: Thriller. Crimen
Distribuidor: Netflix
Tráiler de 'Mindhunter'
Sinopsis
¿Cómo nos anticipamos a los locos si no sabemos cómo piensan? Dos agentes del FBI (Jonathan Groff y Holt McCallany) revolucionan las técnicas de investigación para encontrar las respuestas. (Netflix)
Premios
- Premios Satellite: Ganadora al mejor actor de serie dramática (Jonathan Groff), nominada a mejor serie dramática.
- Online Film & Television Associaton: Ganadora al mejor actor de serie dramática (Cameron Britton) y mejor canción de introducción. Nominada a mejor dirección, mejor edición, mejor fotografía y mejor secuencia de créditos.
- Premios Emmy: Nominado a mejor actor de reparto (Cameron Britton).
Dónde se puede ver la película
David Fincher a la cabeza
Netflix anuncia cada año decenas y decenas de series. Unas mejores, otras peores. Algunas aún continúan en marcha, otras fueron canceladas antes de poder si quiera reivindicarse como válidas. Pero entre tanto producto de consumo rápido se alzaba una serie con un nombre propio detrás capaz de opacar cualquier estreno. Se trataba del anuncio de Mindhunter, una serie que indagaría las mentes de famosos criminales americanos adaptada y dirigida por nada más y nada menos que David Fincher, cineasta en cuyo currículum encontramos obras maestras del género como Seven, Zodiac o Perdida. Casi nada.
Pese a que Fincher realmente solo dirige 6 de los 19 capítulos estrenados, lo deja todo bien atado de tal forma que los capítulos en los que no está al frente su huella siga presente, siendo prácticamente imposible diferenciar la autoría del capítulo. El estadounidense consigue producir una serie policial alejada del concepto comercial que siempre ha reinado en este género, dirigiendo una serie con complejo de película –en el mejor de los sentidos- con una dirección muy cuidada y una ambientación sobria pero perfectamente adaptada a los años 70.
El guion como pilar narrativo
Mindhunter está construida fundamentalmente sobre una base que nutre y sirve de apoyo para cada uno de los elementos de la serie: su fantástico guion.
En una serie en la que los protagonistas dedican la mayor parte de su tiempo en pantalla a entrevistar a asesinos en serie, es lógico que estos encuentros tengan un peso importante tanto en el desarrollo de la trama como en el desarrollo psicológico de los propios protagonistas. A lo largo de la serie, los agentes Ford y Tench entrevistan a notorios criminales estadounidenses del siglo XX como Edmund Kemper (Cameron Britton) o Charles Manson (Damon Herriman). Durante estas entrevistas, Fincher consigue trasladarnos de la comodidad del sofá de nuestra casa a alguna prisión americana donde nos hace testigos de traumas, motivaciones y confesiones aterradoras.
Los diálogos de las entrevistas –sobre todo en la primera temporada- son tremendamente hipnóticos. Entrevistador y entrevistado pugnan en una lucha de egos, como si de una partida de ajedrez se tratase, por ganar la autoridad durante la entrevista. Estos diálogos funcionan como un portal a una mente oscura y perversa de la que no podemos evitar querer saber más, haciéndose imposible apartar la mirada del hombre que cuenta con total tranquilidad como asesinó a su madre, le cortó la cabeza y después procedió a “humillarla”.
Pero Fincher no se excede ni un poquito en mostrar o recrear estos asesinatos. Los únicos medios que nos concede para conocer el horror son la palabra y nuestra propia inventiva, haciéndonos testigos de crímenes que nunca imaginaríamos por nuestra cuenta. Así pues, de la misma forma que Holden y Bill enseñan que se puede atrapar a este tipo de asesinos secuenciales a través de las palabras, Fincher demuestra que se puede mostrar el horror únicamente a través de ellas. Puro terror psicológico.
Cambios de temporada
Mindhunter se cocina a fuego lento. La buena relación entre Netflix y David Fincher (House of Cards o Love, Death and Robots) hace que este tenga la confianza de poder realizar por lo menos 5 temporadas. Esto supone que la serie pueda pensar a largo plazo, pudiendo realizar cambios sustanciales entre temporadas, como así ha ocurrido con la trama principal y con las distintas subtramas domésticas de los personajes.
En la primera temporada lo más importante –y lo que nos enganchó a todos- eran las entrevistas con los ya denominados asesinos en serie. Sin embargo, en esta segunda temporada las entrevistas se ven relegadas a un segundo plano delegando la trama principal a la aplicación real de los conocimientos obtenidos de estas entrevistas en un caso real; las desapariciones de niños afroamericanos en la Atlanta de los años 70, en un caso casi irresoluble que nos recuerda por momentos a la maravillosa Zodiac.
La necesidad de las subtramas
Para que este cambio del eje principal de la serie crezca y seamos capaces de aceptar la reducción de protagonismo de las entrevistas serán necesarias buenas subtramas personales, que son quizás, el único ‘pero’ de la serie.
Se hace difícil situar a Wendy más allá de su importancia dentro del FBI. Su subtrama de amor y desamor no desemboca en ningún puerto y no ayuda en nada a mejorar el arco del personaje o de la propia serie, añadiendo innecesarios minutos al metraje.
Por otro lado, Holden da la sensación de haber perdido relevancia y tiempo en pantalla aún siendo el personaje más complejo y carismático de la serie. Sobre todo si lo comparamos con el Holden de la primera temporada, el cual llegó a su límite mental al sufrir un ataque de pánico que posteriormente será meramente mencionado y eventualmente olvidado.
De esta forma, en esta segunda temporada la subtrama con mayor peso narrativo cae en Bill, que tendrá que enfrentarse en su propio hogar a un caso parecido al del entrevistado Elmer Wayne Henley, conocido por participar como cómplice en una veintena de asesinatos. Siendo en este caso el propio hijo de Bill, Brian, el testigo de la muerte de un bebé en unas circunstancias extrañas que sitúan a Bill frente a su mayor reto, tanto personal como laboral.
Conclusión de 'Mindhunter'
Tras solo dos temporadas podemos aventurarnos a decir que Mindhunter es uno de los productos más maduros, cuidados y mejor escritos de todo Netflix. Mindhunter demuestra que sabe cambiar sin perder su esencia gracias a un poderoso guion que permite el desarrollo de personajes y tramas de una forma natural. Sin duda, un gran must para aquellos amantes de lo criminal, de Fincher o simplemente de una gran serie.
Reportaje de Mindhunter en Días de Cine TVE
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