Irreverente, brutal, perturbador, provocador y sorprendente ha sido el estreno en Málaga de Sons: Ser o no ser, último trabajo de La Fura dels Baus ante su inminente gira europea. Un buen repaso sociológico en el que no dejan títere con cabeza. Una genial crítica del ser humano y la sociedad que lo rodea, sociedad que él mismo ha creado y de la que sufre sus consecuencias.
Tratándose de esta peculiar compañía teatral no es de extrañar que el público, entre divertido y atemorizado, participe en escena junto al elenco y se sumerja en un viaje entre la razón y la locura. Carlus Pradissa, director artístico, ha querido recuperar el lenguaje que les caracterizaba desde sus inicios allá por 1979. Esta vez, el escenario ha sido un local o nave industrial diáfana perteneciente al Teatro Cervantes de Málaga, que por cierto, también coproduce este espectáculo con la compañía catalana. Se podrá ver desde el 28 de mayo al 1 de junio.
Crítica de 'Sons: Ser o no ser'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Sons: Ser o no ser
Título original: Sons: Ser o no ser
Reparto:
Quico Torrent
Tamara Ndong
Guillermina Brandauer
Ferran Plana
Pablo Leyva
Alba Maro
Belén Hernández
Teresa Escobar
Año: 2025
Duración: 70 min. apróx.
País: España
Dirección artística: Carlus Padrissa (La Fura dels Baus)
Asistentes dirección: Tamara Joksimovic y Mireia Romero
Coreografía: Mireia Romero
Escenografía y vestuario: Tamara Joksimovic
Composición musical: Carlus Padrissa (La Fura dels Baus)
Producción y regiduría: Pau Domingo
Producción ejecutiva: Carla Juliano
Técnico de sonido: Damià Duran
Vídeo y creación audiovisual: Eyesberg Studio
Dirección de vídeo: José Vaaliña
Artistas CG: David Ros, Martina Ampuero y Pol Marquès
Cámara en directo: Tamara Joksimovic
Tráiler de 'Sons: Ser o no ser'
Sinopsis
Sons: Ser o no ser es la nueva creación de teatro inmersivo de La Fura dels Baus. Esta versión "furera" de Hamlet, de William Shakespeare, invita a un viaje entre la razón y la locura, las fuerzas del destino contrapuestas al azar, el enfrentamiento entre el bien y el mal, la duda entre el binomio libertad-responsabilidad, la vida y la muerte.
Hamlet contemporáneo
De todos son conocidas las famosas palabras que ese personaje de William Shakespeare pronuncia en la tragedia de título homónimo. La muerte lo acompaña desde que su padre es asesinado y clama venganza. De la misma manera, la muerte envuelve al ser humano desde el mismo momento de nacer, aunque preferimos verla de lado.
Sons: Ser o no ser huele a tragedia desde el mismo momento de entrar en el recinto. Todo a oscuras, con imágenes de un tétrico cementerio proyectadas en las paredes y unos monjes encapuchados que se acercan de improviso con mirada inquisidora.
Muy pronto, el dolor y la ira del joven Hamlet, interpretado magistralmente por Quico Torrent, se pone de manifiesto ante la pérdida de su padre. Al pronunciar las célebres palabras escritas hace más de cuatrocientos años "Ser o no ser, esa es la cuestión", uno se pregunta si, en realidad, no ha pasado el tiempo. ¿Acaso no nos preguntamos a nosotros mismos, si vale la pena seguir viviendo? ¿Seguir soportando las dificultades o mejor buscar la paz en la muerte?
¿Un mundo perfecto?
No, por supuesto que no lo es. El mundo que hemos creado es egoísta, superficial y despiadado. Tal y como se muestra en Sons: Ser o no ser. Tamara Ndong es una joven actriz multidisciplinar guineana que se pone en la piel de Ofelia, quien, ironías de la vida, busca desesperadamente agua para beber, pero no encuentra, para morir posteriormente ahogada.
¿Les suena eso de la falta de agua? En muchos países es un gran problema y lo será para una gran cantidad de la población del mundo en un futuro. Una crítica medioambiental para concienciarnos de una vez.
Guillermina Brandauer y Ferrán Plana son otros dos actores que completan el transgresor elenco, junto con algunos jóvenes procedentes de la ESAD de Málaga, como son Pablo Leyva, Alba Maro, Belén Hernández y Teresa Escobar. Todos ellos, agarrados con arneses, sobrevuelan sobre el público que no sabe muy bien a qué atenerse.
El inframundo
Se podría referir al mundo de los muertos y de los espíritus. De hecho, en Sons: Ser o no ser aparecen cubiertos de barro, pero recobrando vida, como unos zombis. Sin embargo, si nos ponemos a pensar fríamente, en este mundo muchos se han convertido en muertos vivientes.
Muertos que trabajan a desgana, mecánicamente. Muertos que conviven en relaciones tóxicas. Mas Muertos que soportan humillaciones. Muertos que no tienen ilusiones. Y Muertos que viven de forma miserable porque el lugar donde se nace es una lotería.
Resumiendo, muertos atados de pies y manos porque el libre albedrío no existe. Envueltos con filme transparente que nosotros mismos permitimos, engañados porque, eso sí, vamos a obtener una coca cola de premio, por ejemplo. Estados Unidos y sus oportunidades...otra gran mentira. Cualquier premio material es la excusa para esclavizarnos, para ser simples borregos.
La vida es sueño
Otras escenas en Sons: Ser o no ser representan el mundo onírico. El de los sueños. El que ya relataba el gran escritor y dramaturgo Calderón de la Barca sobre la libertad. "¿Qué es la vida? Un frenesí ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción, y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son".
El monólogo de Segismundo cuando está encerrado en una torre es sublime. Quico Torrent está encerrado en una gran bolsa de plástico. La transformación que vive este personaje es similar a la de muchas personas en la actualidad. La reclusión interior, la preponderancia de sus egos a la que ellas mismas se someten, les hace ser seres vengativos y despiadados. Quizás, con un poco de suerte, se conviertan en compasivos y humanos.
Conclusión de 'Sons: Ser o no ser'
Sons: Ser o no ser, la última performance de La Fura dels Baus, de nuevo consigue provocar y crear un vínculo muy especial con el espectador. Su director artístico, Carlus Pradissa, junto con el magnífico elenco que se deja la piel, crean una atmósfera excéntrica y posmoderna sobre la dualidad de la vida y la muerte.
El bien y el mal, así como diversos problemas de hoy y siempre, son presentados de manera brutal. Como una bofetada para despertar del sueño en el que vivimos. Frases de Hamlet y de La Vida es Sueño demuestran su indudable vigencia en la actualidad.
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